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Castropol, Pueblo Ejemplar de Asturias

El catedrático desliga en Castropol la revolución del inicio de la Guerra Civil

6 comentarios

legaspi -

PRECISIONES UN TANTO IMPRECISAS

Mucho me alegra volver a dar con Victor Díaz y Antonio Murias a la vera de mis balbucientes comentarios. Dos jóvenes castropolenses que ensanchan y matizan el tema. Yo centraba mi superficial opinión en dos puntos que, según el resumen de prensa, había destacado el magnate comunista camarada Lagunero :
a).- las concomitancias entre el movimiento de octubre del 34 y el movimiento de julio del 36.

b).- El paradigmático “asombro” mundial de la revolución del 34.

Ambos noveles escritores, con maneras de nobel, en educada esgrima dialéctica van ensanchando y matizando el tema.

Victor entra en condicionantes políticos y sociológicos: “derechas e izquierdas, propietarios caciques y jerarquía eclesiástica…” versus “advenedizos que soñaban en modernizar el país sacándolo del atraso” o dicho de otra manera, “el laicismo que aspiraba al progreso al que se oponía, entre otras fuerzas, una iglesia con poder terrenal” Pone el historiador algunos ejemplos ilustrativos, como el sueldo de los maestros, el número de escuelas y otros mil ejemplos que se pueden esgrimir con eficacia en actos multitudinarios de políticos. Murias recuerda una frase: “Donde empieza la leyenda agoniza la verdad” Vale. Me apetece parafrasear: donde empieza la demagogia peligra la democracia y la filosofía. Las verdades gritadas suelen perder algo de fuerza. No niego, ni mucho menos trato de disimular, lo cierto de esos análisis, pero, sin “ir con los de feria y volver con los del mercado”, recuerdo lo de “distingue tempora et concordabis jura” y el anverso y reverso de la moneda que circula.

Es claro que en la II República se erigieron más escuelas que en la Monarquía, También es verdad que había mayor población, que había más mejores vías de comunicación hechas, no gracias a, sino durante la dictadura de Primo de Rivera. En tiempos de Franco hubo más “seiscietntos” que diligencias con Carlos III, y mayor seguridad social que en tiempos de la II República y que, si alcanzó el descanso dominical es porque en el Sinaí se había programado descansar el sábado y los curas se cansaban de predicar lo de guardar las fiestas, aunque fuere “sin puentes”. Las frías estadísticas llegan a ser la mayor mentira. No conviene apurar los argumentos comparativos en el progreso de una sociedad.

Muchos años antes de las escuelas laicas de Giner de los Ríos a la que yo me siento orgulloso de haber asistido, gracias a don Arturo, estaban las escuelas en todos los cabildos de las parroquias, el Maestrescuelas de todas la Catedrales que habían heredado la tradición docente de los Monasterios. Las Universidades del Occidente son muy antes del Estado Laico. En Oviedo fue fundador un jerarca eclesiástico que, para mayor “inri”, era gran inquisidor, la Complutense con un cardenal, metido a político. En Salamanca Vitoria y otros frailes proclamaron “les droits de l`home” que, por otra parte, son la médula del Evangelio de Jesús, “el primer socialista”, dicen. Muchos siglos antes que existiera Harvard o Houston, y cuando en España apenas, había tres o cuatro universidades los misioneros españoles, habían fundado Universidades en Lima, Guatemala. Quito, Santa Fe de Bogotá… Pero dejo este discurso, porque no me gustaría rebatir una demagogia barata -de chiste y chascarrillo, dice Victor- con una apología copiada del taco del Sagrado Corazón.

Nadie puede negar que el poder corrompe y que “corruptio optimi, pésima”. Hay ejemplos, bien actuales en la historia de socialismo internacional y doméstico, de la dererchona y del centro moderado, aún en caso de una “situación tremendamente democrática”. Tremendo es lo que hace temblar. Nunca aspiraría yo a una “situación tremendamente democrática”. Me apaño con democrática a secas. Tampoco admitiría yo una democracia definidora de la verdad histórica, científica, religiosa… La democracia es un sistema político y no, una escuela filosófica. “Iudicia non numeres, sed aestimes” dijo un andaluz universal glosado por dos eximios asturianos de adopción, Benito Feijoo y Gustavo Bueno Bueno.

A propósito, más bien al lado, de la “liasión d`affaires” o del “asombro” que estos susciten, se ponen también en la mesa otras interesantes cuestiones. por ejemplo, “la magia, el mito, la leyenda y religión” La religión como acontecimiento y palabra revelada no puede deducirse del mito, sino que está en abierto contraste con él. Los elementos expresados en algunos mitos pueden tomarse para exponer el misterio y el sentido de acciones y palabras religiosas, pero no convierten el mito en religión. Otras derivas serían la solvencia de historiadores “radicales” y “controlables” según sean de un lado u otro del muro; la participación y abandono de de otras comunidades, por ejemplo catalana y la vasca; la sintonía estratégica y, sobre todo, ideológica de participantes en la revolución, citemos a Prieto y Largo Caballero, González Peña y Belarmino Tomás, o Lluis Companys no, con Batet, sino consigo mismo, la CNT y la UGT etcétera.
Todos estos flecos me parecen demasiada tela para este foro y, sobre todo, para tratarlos en un confuso “convoluto”. La lógica escolástica exige explicar bien el término y esclarecer claramente con claridad el estado de la cuestión.

Cedo el “He dicho” a nuestro querido y admirado paisano Pepillo del Preferente: “A la revolución de Asturias, cuyo plan era la dictadura del proletariado, hay que juzgarla generosamente, con arreglo a un criterio histórico, sin ocultar sus errores ni añadirle crueldad.”

Antonio Murias Vila -

Querido Don Victor: totalmente de acuerdo con usted en cuento a la general tendencia al mito, general que no común. Deseo añadir tan sólo que, en cuanto se refiere a la concreta cuestión de los hechos del 34 (la revolución, la revuelta minera, la comuna asturiana, etc.) la leyenda se forja en torno a la bizarrería de unos hombres que se atrevieron a decir "¡Basta!", y, sobre todo, a mentenerlo, porque ni en Cataluña ni en Vascongadas tuvieron lo que había que tener entonces para aguantar. La crudelísima represión fue encabezada por "el comandantín" Franco, que contaba, entre sus capitanes, al famoso abuelo de nuestro actual Presidente del Gobierno. Éstos últimos, claro está, no entrarán en la leyenda. Aquéllos, sí. Es más: ya han entrado. Pero la leyenda desfigura la realidad. No porque no la entendamos, sino porque algo nos lleva a percibirla de una determinada manera, un peso que gravita, por ejemplo sobre el libro de Bernardo Díaz Nosty sobre la Comuna Asturiana. Tampoco yo he podido entender la postura de Companys, que tampoco entró en la leyenda, pero en torno al cual se ha construido un mito, muy cuestionado actualmente y enhorabuena por los historiadores (como Enric Ucelay da Cal).

Victor de Primote -

Estimado Don Antonio: no se si los asturianos somos individualistas y mitificadores con nuestro pasado. Pero pienso que el genero humano, de por sí, tiende a mitificar e idealizar, no solo su pasado, sino aquello que no logra comprender: por ejemplo, las distintas religiones que profesan los seres humanos, que no son otra cosa que un modo de aprehender lo que lo rodea, como también lo son los mitos, la magia, etc.

Antonio Murias Vila -

Yo no estaba. Ni siquiera era. Pero sí he oido y leido mucho acerca del año 1934 en Asturias. Quizás incluso demasiado, por lo que me declaro poco apto para opinar, a menos que me extienda en demasía. Lo que sí quiero precisar es que los asturianos (Asturias, no: los asturianos) somos de un natural individualista e independiente. Y los de Occidente, más todavía los pobladores del antiguo Honor del Suarón, en grado sumo. Por lo tanto, es totalmente lógico que, cuando un nutrido grupo de asturianos se pone de acuerdo en algo, ya sea arremolinarse en torno a Pelayo y liquidar a los invasores norteafricanos en el año 722, ya constituirse en Junta e iniciar una guerra contra las huestes francesas en 1808, o ya alzarse como en 1934, al resto del mundo no le dejamos otra alternativa que el asombro. Lo curioso es que tal asombro lo compartimos nosotros mismos, lo retroalimentamos y lo mantenemos vivo durante mucho tiempo, pero cristalizando el recuerdo en leyenda. Y donde empieza la leyenda agoniza la verdad. Pero nos da igual, porque con tal de asombrar a los demás y quedarnos satisfechos nosotros, pues ya nos vale.

Victor de Primote -

Yo tampoco puede asistir. Y me habria gustado.
Yo creo que las Derechas si comenzaron a conspirar antes del 36, concretamente desde 1931. De hecho, la Republica las cogio con el paso cambiado, por decirlo de algun modo: de golpe y porrazo tenian que enfrentarse a una situacion tremendamente más democrática que la anterior, en la que perdio mucha fuerza el caciquismo y el pucherazo. Eso significo, para importantes sectores, muy acostumbrados a detentar el poder (caciques locales, burgueses ricos, propietarios, jerarquia eclesiastica,...)perderlo de golpe, y dejarlo en manos de unos "advenedizos" que soñaban con transformar y modernizar el país, sacandolo del atraso en el que se encontraba. Es cierto que es un dato muy manido, pero tengan presentes todos que durante el tiempo que duro la II Republica (9 años, más o menos) se crearon tantas escuelas como en los 30 años anteriores, además de dignificar el sueldo de maestros y maestras. Sin estos elementos no se habria logrado salir de un atraso secular.
La perdida de poder politico por caciques, propietarios, jerarquia eclesiastica... traia aparejado, cuando menos, un riesgo de perdida de "poder adquisitivo": la Republica amenazaba con una reforma agraria para tratar el problema (nunca solucionado, por la oposición de terratenientes y caciques), que mantenia en la miseria y en el hambre a ¡UN MILLON DE JORNALEROS!
A ello hay que sumar el laicismo que venia aparejado con una Republica que aspiraba al progreso de la sociedad. Si bien no es justificable en modo alguno la muerte de ninguna persona, religioso, ateo, laico o lo que fuera, hay que tener presente que la Iglesia tenia un poder terrenal que no dudaba en emplear: hay multitud de historias burlescas populares, chistes, etc que reflejan un sector eclesiastico que hacia uso de este poder. Evidentemente, no niego las vocaciones de muchos. Pero nadie me podra negar que el poder corrompe.
Otro elemento mas a tener en cuenta es el momento histórico: la sociedad española, a esas alturas del siglo XX, ya no era la sociedad del siglo XIX eminenmente agricola. La industria y el mundo obrero se estaban haciendo un importante hueco, y eso estaba transformando muchas pautas sociales. Esas masas obreras, en un muy lento proceso, van tomando conciencia de clase, o en otras palabras: asumen la fuerza que pueden emplear como grupo de presión. Gracias a ello se logra limitar el trabajo de mujeres y niños dentro de las minas en pleno siglo XX, o reducir la jornada laboral, o lograr el descanso dominical.
La posturas radicales de las que hablan los hispanistas e historiadores que cita Luis Legaspi, se daban también, por esos mismos años, en otros paises, que con mejor (Gran Bretaña, Francia) o peor fortuna (Italia, Alemania, Austria) lograron controlarlos. La situación estaba muy polarizada en el mundo: la crisis economica mundial iniciada en 1929 afectaba a los paises más industrializados, pero también a los mas pobres. Estados Unidos, con el inicio de la crisis, trata de recuperar los dineros invertidos en Europa tras la I Guerra Mundial, y en el resto del mundo. Esto provoca las quiebra de bancos en Austria y Alemania, que conducen a impagos a las potencias vencedoras de la I Guerra Mundial, que tratan de resarcirse de las mismas con ocupaciones temporales de territorios alemanes (la importante zona minera del Rhur). A los paises menos industrializados también los afecta: sus productos de exportación son los principales perjudicados en esta situación, ya que los paises ricos adoptan medidad proteccionistas y autarquicas. En otros casos ven como sus productos industriales no tiene salida, porque existe un exceso de stoc en el mercado.
En este ambiente, con sociedades hambrientas (y España no era una excepción) las tensiones afloran: un casi inexistente partido nazi se ve ascendido al poder por los millones de parados desesperados por una solución mesianica, en Italia, Mussolini y sus camisas pardas se hacen con el poder haciendo uso del terror, ... en España la oligarquia politica y economica trata no solo de reconquistar el poder, sino también de, una vez alcanzado este, subyugar al resto de población.

luis legaspi -

“MOVIMIENTO” EN EL 34 Y “MOVIMIENTO” EN EL 36

Es claro que no asistí a la conferencia. Supongo que haya habido interesante diálogo, Llego tarde y me arriesgo a cantar “extra chorum” Disculpen. Comento sólo el resumen de prensa que aquí veo. Espero no matar al mensajero.

1º.-Teodulfo Lagunero, catedrático de Derecho Mercantil, constructor millonario, peluquero de Carrillo, mecenas del partido comunista y de importantes obras sociales, afirma que el “movimiento” del 34 nada tuvo que ver con el otro “movimiento” del 36.

Bueno para empezar se puede anotar una pequeña coincidencia: El general Franco, en nombre del Gobierno de la República, sofocó el 34 y llevó al triunfo el 36, contra el Gobierno de la República. Pero, salvada esta trágica laguna, Lagunero se contradice un tanto al afirmar que “las derechas ya empezaron a conspirar mucho antes, el día después del nombramiento de la República, sin ir más lejos” Efectivamente, sin falta de llegar a Caín y Abel, se podría ir más lejos, por ejemplo, a la Huelga de 1917, a la “Quema de Conventos” 1931 a la “Sanjurjada” 1932, y un etcétera abundante.

Lagunero argumenta contra Pio Moa, otrora su conmilitón ideológico y, hoy, fervoroso adversario político. Efectivamente Moa, historiador y periodista, en recientes libros publicados en ediciones Encuentro y Altera enfatiza el Octubre 34 como la primera batalla del 36. Coincide en el fondo con muchos y grandes historiadores. Muy por lo alto, pues la Historia no es mi oficio, exhumo de mi anaquel algunos testimonios.

Burnett Bollotten, “La Guerra Civil Española” en 1.250 paginas de las cuales 175 son de bibliografía, dice:
“Cuando el 4 de octubre de 1934 Alcalá Zamora cedió a las demandas de la CEDA de tener representación en el gobierno, los socialistas declararon la huelga general. La huelga general fracasó en todas partes excepto en el región minera de Asturias, donde, apoyada por los anarquistas y los comunistas, pronto se convirtió en una lucha por el poder. Después de casi dos semanas de combates, este ensayo de revolución proletaria y preludio de la guerra civil fue aplastado con la ayuda de tropas moras y legionarios extranjeros”

Paul Preston: “Las Tres Españas de 36” escrbe:
“Es una conclusión comúnmente aceptada que la guerra civil española fue una lucha entre extremos llevada a cabo por fanáticos apasionados de la derecha y de la izquierda, por fascistas contra comunistas, por caólicos militantes contra ateos convencidos, por separatistas contra centralistas. Por campesinos hambrientos contra terratenientes. No es difícil encontrar conflictos amargos que parecían hacer la guerra inevitable en los años anteriores a 1936. Sin duda la guerra civil no era una sola guerra sino muchas que coexistieron y se solapaban”
(pag.14)
“La revolución de Asturias demostró a la izquierda que sólo podía efectuar el cambio empleando medios legalaes. También demostró a la derecha que su mejor `probabilidad de impedir el cambio residía en los instrumentos de violencia que proporcionaban las Fuerzas Armadas. En este sentido, señaló el fin de la República.

Gerald Brenan, llama:
“…la de octubre fue primera batalla de la Guerra Civil… El conflicto no acabó con la derrota de los mineros. Como dijo su dirigente Belarmino Tomás, la rendición “era sólo un alto en el camino, un paréntesis, un descanso reparador de tanto surmenage”

Stanley Payne:
“Todos los grandes historiadores, tanto se sitúan en la izquierda como en la derecha, están de acuerdo en que la insurrección revolucionaria de 1934 significó el inicio de la violenta polarización que dos años desupés, explotaría en la Guerra Civil Española”

Otros Historiadores:
Arrarás: “Historia”, pag. 441 ss.- Raymond Car: “Spain”, pag. 1808 ss.- Gil Robles: “No fue posible la Paz, pag. 134 ss- Madariaga: “Spain”, pag.121 ss.- Hugh Thomas, “The Spanish Civil War” pag. 112 ss- Adrian Schubert: “Hacía la Revolución”.

2º.- En lo referente al “asombro que causó al mundo por gesta heroica”, sin dejar de reconocer admirables posturas individuales de mineros aguerridos, yo, por no extenderme en citas, aconsejaría a los castropolinos leer a nuestro convecino ilustre, José Díaz Fernández que en sus obra “Octubre Rojo en Asturias”, manuscrito de un testigo excepcional, describe la falta de estrategia, la desconexión de grupos, la barbarie incontrolada, la huida de lideres, programada, al borde de la cobardía, la orfandad de las milicias.
“Pepillo”del Preferente en su crónica, preciosamente escrita, en la línea renovadora de una literatura abierta al compromiso social, habla de “sublevación de mineros apenas controlada por sus organizaciones obreras”. “En los pueblos (Grado, Salas…) donde los socialistas se apoderaron del mando y practicaron algunas requisas, la cosa no paso de algunos simulacros de revolución”, “El cura (mataron a 33) era conducido al Ayuntamiento y allí pasaba el día, mientras tanto los grupos se armaban de escopetas y pistolas y recorrían las calles desiertas”.

“La revolución había carecido desde el primer momento de una concepción técnica y militar estaba encomendada al valor personal y a la audacia de los obreros, éstos desconocían el valor de las municiones”. “En diez días hubo tres comités revolucionarios, cada uno con un matiz distinto”, “La verdad es que los catorce millones de pesetas que se expropiaron del Banco de España se han perdido. Las camionetas que los llevaban fueron desvalijadas por los aldeanos y por sus propios custodios” ”En Mieres habían comenzado las luchas entre los propios obreros, menudeaban las riñas, las deserciones se hacían en masa. Los asaltos a las tiendas, las borracheras, los escándalos eran mucho más frecuentes”

Estas citas, son sólo un florilegio, indican que es asombroso oír que el octubre asturiano del 34 fue el “asombro del mundo”. Un poco menos. Nada que ver con Numancia o Stalingrado.

“Los que España rompieron y quemaron/
dejando el corazón encadenado/
……/
se pudren a tus pies, Stalingrado”/
(Neruda)