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Castropol, Pueblo Ejemplar de Asturias

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Un silencio atronador

7 comentarios

Luis L. Cotarelo -

Dice nuestro contertulio Antonio que Juan de la Cosa era de Santoña, navegante habitual de la costa cantábrica, dibujante de portulanos en base a sus conocimientos personales y directos, conocedor directo de la ría del Eo y que en ella -aunque no sólo en ella- existía la materia prima necesaria -la madera- y profesionales expertos -los carpinteros de ribera-; todo lo cual es cierto o verosimil.
Pero finalmente, la existencia de una atarazana en La Linera la hace depender de una tradición que José Ramón Garcáa López da por cierta.
Pues sigue sin convencerme.
Saludos

Antonio Murias Vila -

Indicios claros de que Juan de la Cosa estuvo, y más de una vez, en la Ría del Eo, lo constituyen los portulanos que de la costa cantábrica elaboró él mismo, basándose en su propia experiencia. Se da por cierto que era natural de Santoña y que en medios marinos se le conocía también por "Juan el Vizcaíno". De su juventud y hasta los treinta años se sabe muy poco. Pero todo apunta a que transitó, y mucho, por toda la costa cantábrica, cuyos núcleos de población, como es sabido, se comunicaban mejor por mar que por tierra. Con esta experiencia propia, junto con los conocimientos atesorados por él mismo en los viajes acompañando a Colón, unidos a los adquiridos a navegante portugueses, elaboró en el Puerto de Santa María la versión conocida de Mapamundi que lleva su nombre. El original está en el Museo Naval de Madrid, y allí se puede examinar a contento (todas las reproducciones que conozco son bastante deficientes). Comparando esta obra con las posteriores de Le Testu, de Ortelius o de Batista Agnese, hemos de concluir que el conocimiento que Juan de la Cosa tenía de la costa catábrica y muy en particular de la Ría del Eo sólo podía ser directo y no por referencias. Desgraciadamente, los portulanos de Juan de la Cosa se perdieron o se destruyeron, o se ocultaron y todavía no se han encontrado. Hay que tener en cuenta que en los siglos XV y XVI, los conocimientos cartográficos eran preciadísimos, y los mapas, objeto de intrigas y enredos sin cuento.

Por otra parte, si se da por cierto (y así lo hace José Ramón García López) que la tradición indica que en los astilleros de La Lieira ya se hacían encargos para la Armada (no precisa que fuese para la "invencible", de infausto recuerdo) en el siglo XVI, esto tiene que ser compatible con que a finales del siglo XV pudiesen construir una nao. Y la importancia de los astilleros de la zona se debe a un arraigo del oficio de carpintería de ribera y también a una abundancia de madera de roble, castaño y pino, ya escasa en otras partes del Cantábrico.

De todo ello deduzco la verosimilitud de lo apuntado "ab initio", que no es otra cosa que la gestación de la Santa María.

Luis L. Cotarelo -

Invito a Antonio a que nos amplíe esa referencia de que Juan de la Cosa pudo ser visitante frecuente de la Ría del Eo. Lo desconozco y siempre es bueno aprender.
Sobre lemas todos habréis leído, pintado en la pared de la iglesia parroquial de Ribadeo, uno que dice "trabaja de 8 a 3, consume de 3 a 8".
Quizás lo ha haya pintado alguna "gran superficie".
Y debe haber gustado, porque lleva allí varios años y resiste el paso de los tiempos.
Y hay -o había, pues no recuerdo si ha resistido- otra pintada en Ribadeo, en el inicio de la Avenida Calvo Sotelo, que dice algo así como "trabajar es un robo".
Saludos.

Antonio Murias Vila -

Tercio en el diálogo, si se me permite. Sobre la Santa María, antes Marie Galante, y antes La Gallega, que no era carabela, sino nao, no sólo se sabe poco, sino que lo que se sabe está sujeto a polémica. Entre los historiadores se debate más sobre su final y quién fue el culpable de su naufragio, que sobre su construcción. Critóbal Colón como Almirante y Juan de la Cosa como Maestre (y propietario, dato qe no debe pasar desapercibido), se tiraron los trastos en su momento,culpándose mutuamente. Yo, desde luego, de elegir a quien defender (los abogados siempre soñamos en tener alguna ocasión en la que poder elegir a quien defender y no que suceda lo contrario, como de costumbre), habría tenido muy claro que preferiría asumir la defensa de Juan de la Cosa. Hay incluso evidencias de que tenía razón, como que fue indemnizado por la pérdida de la nao. Influyen, empero, motivos de simpatía, también: cualquier español atraído por el mary las cuestiones marinas (desde Luis Carrero Blanco -que tomó su nombre como seudónimo- hasta quien menos pueda pensarse) siente una atracción especial por el personaje primero y por la persona después. Y, en el conocimiento que tenemos de la persona, creo que es seguro que estuvo en la ría del Eo, y en más de una ocasión. A partir de esa certeza, se incrementan razonablemente las posibilidades de encontrarse en su devenir comercial con la posibilidad de adquirir una nao construida en astilleros ubicados en la misma ría. Es lícito preguntarse si en la ría se disponía entonces (s.XV) de la tecnología suficiente para construir una nao que lograse culminar una travesía transatlántica. Pero resulta igualmente lícito y oportuno preguntarse: ¿por qué no?

Por su parte, los de Poio, en Pontevedra, cuyo gentilicio desconozco (aunque puede ser divertido conjeturar al respecto), tienen muy claro que Cristóbal Colón era paisano suyo, y tan contentos que están por tal paisanaje. Han montado un museo y es uno de los atractivos de tan bonita villa gallega. Igual de convencidos están los santiagueses de que los huesos que reposan en los bajos de la Catedral de Santiago son los del mismísimo apóstol, y no sólo ellos, sino también los centenares de miles (millones ya) de peregrinos que acuden a venerar dichos restos, y los fieles cristianos que lucharon en la Reconquista, en tiempos de Xelmírez y después de él. No estamos ante hechos probados, pero sí útiles y agradables, que ayudan a sobrellevar el peso que nos ha correspondido asumir en este valle de lágrimas.

Por eso, "se non é vero, é ben trovato!". Y cuidado, porque ayer, saliendo del despacho y pasando al lado de la Plaza Cataluña, leí una pancarta que decía "Si no nos dejáis soñar, no os dejaremos dormir". Buenas noches.

Luis L. Cotarelo -

Sobre asuntos filológicos más vale que no opine, puesto que mi ignorancia es muy alta. En mi bachiler ya no se estudiaba el griego, aunque sí el latín (todos, no sólo los de letras; pena que eso no vuelva a implantarse), pero ya lo tengo tan atrás que sería incapaz de declinar el rosa rosae con cierta desenvoltura.
Pero lo que quería ahora matizar era en relación con las naves construídas en un supuesto astillero en La Linera.
Yo, con toda sinceridad, creo que no existe ninguna evidencia de que "A Galega" fuera construida en ese supuesto astillero.
Y sí creo que naves para la Invencible pudieron ser construídas en la ría, pero no en La Linera, sino en Porcillán o en Figueras, puesto que en esos lugares sí está documentado que existieron astilleros.
Hace ya algún tiempo, publiqué en este blog un mapa de la ría de la época de Felipe II que aportaba la prueba de la existencia de esos astilleros en el portal de la ría. Pero tal mapa, hecho con evidentísimos fines militares, para nada cita -ni tampoco dibuja- la existencua de un astillero en La Linera; cosa que no hubiese pasado desapercibida a su autor, cuya profesionalidad queda bien manifestada en su obra.
¿Que dicho astillero "linerense" pudo existir en el siglo XV y haber desapasrecido cuando se levantó el mapa a que refiero?
Es posible, aunque lo veo poco probable.
Felices votaciones.

L.L. CORTINA -

LO MAS SEGURO ES QUE, TAL VEZ, QUIEN SABE

Mi tocayo L. L. Cotarelo hace unas atinadas observaciones que vienen muy a cuento. Pero, si quitamos de la historia el rumor, la leyenda, el cuento, las glosas y las historietas, los libros que narran los sucesos sucedidos sucesivamente adelgazan notablemente. Incluida la Biblia. Nada digamos de la Odisea o las Guerras Púnicas, Pelayo de Covadonga y Liébana, si Prisciliano o Santiago en Compostela, si Tazones o Laredo y Carlos VI ….. El mismo Cristóbal Colón, en su origen, y su tumba, su preparación o su intuición … no anda muy lejos de ser leyenda urbana.

En todo caso a mi que me registren, En tantas cosas los historiadores están divididos y dividen. Nada extraño. Las fuentes, incluso la de ahora mismo, son turbias. No sabemos si el video es photoshop o la firma del notario ha de pasar por un grafólogo o un paleógrafo. Yo estoy muy lejos de ser
historiador, ni siquiera pasé por la universidad. Por eso, a lo mejor, “caladín” estaba más guapo, pero en algo me tengo que entretener.

Esta bitácora es para mi una tertulia amable de vecinos que en la sencilla conversación enriquece y pienso que amiga. Por eso me agrada darle a la tecla. Aquí estoy.

Lo de “La Galega” y las embarcaciones para la Invencible, construidas en Berbesa, y el tampoco exacto tema de etimologías y toponimias yo nunca lo doy por historia cerrada, porque, además, como dice Cotarelo, “queda bien en un reportaje”. En lo que no estoy tan conforme es que sean “leyendas urbanas sin fundamento” Cuando el río murmulla agua lleva.

Parece que “La Gallega”, también llamada “Marigalante”, foliada más tarde como “Santa María” para ser tenida como “Nao Capitana”, ni siquiera era carabela, sino una carraca de bajo porte, fue construida, leyenda muy admitida, en Galicia o en algún lugar de la costa norte de España, algunos señalan Colindres y otros un puerto gallego sin determinar. Alguno, en triple salto sin red, por supuesto, señala el Puerto de Santa María.

Don Arturo Lorido, el Maestro, al que tanto debemos “os nenos” castropoleiros, nos contaba esta leyenda de “La Gallega”. Cuando el ovetense Alonso Quintanilla era canciller del tesoro con Isabel I y hubo de procurar naos pudiera muy bien pensar en lo que navegaba por el Cantábrico o en los calafates asturianos. Tampoco, que yo sepa, está demostrado que “A Galega” no hubiese sido botada n`a Lieira, aunque “asserentis est probare”

Lo que sí tiene leyenda más cercana, también lo decía Lorido, es que en la Linera se construyeron urcas, bergantiños, galeones y otras naves menores solicitados por Felipe II a Sancho Pardo de Donlebún para armar la Invencible, en La Coruña. El que hace un cesto hace un ciento. Andaba muy cerca de estos líos otro de los grandes marinos del concejo de Castropol, Gonzalo Méndez Cancio, pariente de los parientes de Villamil y Cancio de la parentela de los Cotarelo, porque, como dice Jacques Tati en la película “Mon Oncle”. “en la mansión todo comunica”.

En lo que se refiere a la etimología de Castripol casi hay que decir lo mismo, lo más seguro es que tal vez quien sabe o recurrir al burladero latino: “Disputatur Inter “auctores”.

Mi fuente primera, don Arturo, nos decía lo de castra-castrorum y polus- poleos. José Ramón Luanco ya señala la dificultad de admitir una etimología híbrida de Castro-pol, pero no insinúa otra y, por otra parte, muchos la dan por buena. Ahora circula lo de Castrum con el antropónimo Paulus. Así lo recoge, como “más posible”, Julio Concepción. (Ayer asistí a una interesante conferenia suya). Castro Pauli suena fácil, pero un castro de un particular a mí no me suena demasiado. Más bien sería una villa o una quinta. ¿Quién era el tal Paulus? ¿Alguién conoce muchos Pablos en la “hispaniarun gens”?

Hay otras pretendidas raíces más de ensueño. De mi primera visita al foro romano traje un recuerdo que aquí tengo siempre a la vista, es una pequeña reproducción de tres columnas, restos del templo de los dioses Castor et Polux que brillan en el alto firmamento. El que no se consuela…

En otra ocasión, estudiante de griego que nunca llegué a saber, me dio por averiguar si Castropol tendría algo que ver con Cristóbal, Cristobo, Christophoro, y me entretuve jugando con los fonemas y sus derivadas etimológicas, con letras según su fonética: labiales, guturales, platales, nasales, oclusivas, abiertas etcétera. Tras este bisoño esfuerzo de gramático estampillado tuve ocasión y la osadía de comentar mis resultados con uno de los primeros filólogos de RAE,
Me frenó en seco: “No ha lugar” “Anda, volve por outra”, me dije. Y quedé tendido en la lona.
Sólo muchos años después, ya viejo, con muchos recuerdos y menguantes ilusiones, me llega un liviano consuelo. En El Aldeano 15 de agosto de 1930 Manolo Marinero escribe: “Desde ahora las etimologías de Castropol son tres, porque voy a lanzar una nueva…” Partiendo de que muchos topónimos reflejan nombre del santo patrono. (Santander = San Emeterio) El patrono de Roboredo era Sanctus Christophorus Cristobal, Cristobo, Marinero, después de variadas “reviravoltas”, como yo, hace desembocar en Cristopol. Castripol se dice, aún, por alguna gente de nuestra tierra y “fala”.
El filólogo importante me frenó en seco, pero me hace gracia ahora coincidir en tal disparate con Manolo Marinero que tan castropolense era. Se ve que el amor es ciego

Luis L. Cotarelo -

Que en astilleros de La Linera se construyó "A Galega", creo sinceramente que no tiene ningún fundamento, como tampoco lo de naves para la Armada Invencible, cuestiones éstas que ya comenté en otro lugar del blog. Ambas cosas me parecen leyendas urbanas sin fundamento, pero quedan bien en un reportaje.
Lo de "puebla del castro" también es discutido, y personas con más y mejores conocimientos que yo dicen que más bien procede de "castro de Pablo".
Estoy de acuerdo en los demasiados disparates y mucho desatino estético; y en el ambiente liberal e ilustrado que definió, entre otras cosas, la creación de la Biblioteca Popular Circulante, obra de "librepensadores", todos jovenes universitarios.

Buena primavera a todos.