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Castropol, Pueblo Ejemplar de Asturias

Lourdes García Stark.

Quien realiza la parodia es  Lourdes García, hija del castropolense Amadorín del Forno.

2 comentarios

luis del alzheimer -

Perdón por la segunda consonante labial que debería ser "pequeña". Será el subconsciente, porque los mejores vendavales son cuando "benta en vlanco" y hay que "arrisar a vela”. A veces, ni con esas se podía ir desde a Punta a Figueirúa o viceversa. Lo menos complicado sería hacer caso a Gracía Márquez en su libertinaje ortográfico. “Así a un lado y al otro Uropa y hallá enfrente está un vaúl”. ¡Pa lo que ay ke hoir! Pero siempre reconfortan los versos musicales y bien medidos de García Acebo. Allá van otras brisas:
”Como un leve suspiro
siempre estoy en tu brisa
soy lágrima en tu lluvia
y cantar en tu viento,
soledad en tu alma,
silencio en tu silencio”.....
“Soy tierra de tu tierra.
Seré polvo en tu entraña”

l. legaspi -

Ante este video, cargado de nostalgia con el “adeéne• de Amador del Forno, “Samitier” en el equipo “Balomnpie la Filoxera” (Sobre el vecino tema futbolero volveré, si resisto, ¡Animo Nano!) me limito a recordar, como aplauso a su hija Lurdes, estos hermosos versos, “gritos desoídos, cantos robados” por tantos de nosotros, yo y tú; que seguimos los toros desde la barrera. Menos mal que queda un rescoldo de “gratitud”. Recuerdo una última queja de Amador: “Luis, no nos queda ni un Vendabal!

A MI FAMILIA Y AMIGOS DE CASTROPOL CON GRATITUD.

He vuelto como ave migratoria,
después de treinta años,
a retornar al nido
He vuelto con mis plumas
sin brillo, humildemente,
apenas aleteando
emociones y frío.
He vuelto, ya sin canto,
mi voz se fue gastando
en gritos desoídos.
Sólo mi corazón
y la esperanza
eran los mismos.
He vuelto siendo otro.

¿Dónde están mis hermanos?
Todos fuimos cobardes.
Te hemos dejado sola.
Te fuimos desangrando.
Te robamos tus cantos,
tus risas y tus pájaros.

Todo en Ti, es silencio.
Te hemos dejado sola,
llorando tus chubascos
en tus grisáceas tardes.

Te hemos dejado sola
arropada en tus calles
silenciosas, sin niños;
con tus casas llaveadas /
tan llenas de recuerdos.
¡Quedaste despoblada!

Te hemos dejado sola
en tu vejez altiva.
ingrávida, sin hombres,
para engendrar más hijos.
¡Qué dolor tan intenso!