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Castropol, Pueblo Ejemplar de Asturias

El acantilado de Castropol sigue cediendo, denuncian los vecinos

3 comentarios

Antonio Murias Vila -

El tema del progresivo desmoronamiento del Peñón de la Costa Verde es recurrente. Que se achaque a los ediles lo que en buena parte resulta ser un fenómeno geológico, tampoco. En los anales de la crítica figuran piezas de vates ignotos, emulando a los bardos de nuestro pasado, pero más romanizados, como la que hallé este verano entre viejos papeles, escrito a máquina, y que puede ser una transcripción de algo más antiguo (años 30 o así), aunque la expresión "por la cara" resulta de difícil encaje en esa época, es posible que se haya incluido posteriormente (años 60 o 70) forzando la rima:

"Acrópolis del Occidente,
otrora muy preciada Villa
del Saber y del silente
asombro ante cuanto brilla
entre brumas inermitentes
que suelen invadir la Ría
pertinaz y regularmente,
trayendo soñera baldía,

Castropol: ¿Qué carajo te pasa,
que te estás cayendo a trozos,
que ya casi no cuentas nada
en lo de alzanzar los votos
que pa no quedarse en casa
mucho precisan esos mozos
pa seguir ahí por la cara
y sin reparar en destrozos?"

Pues pasa, señor, que aquí,
en este rincón de Asturias,
ya nadie da más de sí:
y esto es causa de la incuria
por la que me véis así,
despeñándoseme las murias,
casas, rocas, piedras y
el personal fechu una furia."

"¡Ay, Castropol, muy mal te veo!
¡Tanta resignación te mata!
¡Debes ya perder el miedo,
y no temas meter la pata,
ni temas meter el dedo
ya acusador en la llaga:
pon en evidencia a los memos
y despierta a los papanatas!"

Al no haber firma, ni fecha, ni siquiera una raya, tiendo a pensar que los versos seguían en otras cuartillas, porque además el tema prometía.

Desde Barcelona, en el solsticio de invierno del MMVIII.



ten -

Me duele Castropol
como si fuera mi propio cuerpo;
me duele ver cómo se desmorona
cual castillo de arena barrido por el agua.
Pocos alcaldes, quizá ninguno,
son tan inconscientes como para permitir
el deterioro de la capital del concejo.


Desidia, desinterés, abandono,
autoridades y vecinos
son todos uno en la dejadez.
Todos en silencio,
permitiendo la decadencia
de la Villa.

Sólo los afectados hablan.

Sólo aquellos a quienes incumbe directamente
el desastre.

Los que se llenan la boca
con el nombre de Castropol
cantando su belleza,
ahora callan, y, por tanto, otorgan.

Desvían la mirada al caminar
por el paseo marítimo
prefieren mirar al mar
y no al cielo
que se desmorona sobre sus cabezas,
no es galardón de gloria
lo que muestran con sus actos.

No es esta una lucha partidaria
sino un único destino
al que se ven abocados
todos los castropolenses,
unidos por igual ante el destrozo
de su tierra, de sus raíces,
de su hermoso pueblo.


Gran parte del patrimonio
e incluso vidas
están en juego.


Sin embargo, el vil metal,
poderoso caballero,
arenga a los gobernantes,
que invierten el dinero de todos
en frías edificaciones,
para provecho de algunos.


Todo a golpe de lucro,
a golpe de dinero,
de loores, de fotografías,
de cintas de inauguración.


La consolidación del acantilado,
ya hace algunos años,
fue el principio.
Una obra que no aguanta
ni las típicas lluvias de la región.
No es obra para esta tierra.
Sin embargo, ante las lluvias,
la culpa es del clima,
o de los vecinos que habitan
al borde del precipicio,
los vecinos...
o alguna que otra asociación...
“un poco díscola”.

Ese fue el inóculo
de la enfermedad.
Ahora nos preparan el golpe de gracia.


Mientras se sigue discutiendo
con vacuidades
de quién es la culpa,
el invierno avanza en Castropol,
y de nuevo vendrá la catástrofe,
los derrumbes, el caos.
Una vez más.


Somos una voz que clama
en el desierto de las poltronas
esperando que alguien, en algún lugar
escuche esta voz que clama
por nuestra tierra.


Alguien que destine
el prometido dinero
de los ayuntamientos
a algo útil
a consolidar lo que tenemos,
también a embellecer
pero no a derrochar en obras
sin planificar, sin necesidad
solo por hacer aún mas hondo
el hueco en el oscuro fondo
de la poltrona...

un asiduo -

Y seguirá...
El Ayuntamiento de Castropol y el Sr. Areces ( que ni siquiera se dignó venir a Castropol cuando cayó la Mirandilla) tienen dinero para gastar en todo el municipio (Polideportivo y polígono industrial en Barres, centro de día en Tol, un Ari digno y puerto deportivo en Figueras etc.), mientras en Castropoltenemos que conformarnos con las migajas, nos ponen un alumbrado y en menos de un año, lo levantan, para hacer de nuevo la canalizacíón y poner una acera (a medias, pues un vecino no deja hacerlo en su propiedad) o el empedrado de una calle que al cabo de una semana, se levantan las piedras con una simple patada de un viandante. ¡Que fácil es tirar el dinero de los demás! Castropol está condenada a quedarse sin una calle para siempre y a seguir cayendo, mientras los vecinos peligran en sus casas. Cuando haya una desgracia, vendrán las lamentaciones...
¿ Que pasa Sr. Alcalde? ¿que en Castropol gana el PP?

Vergonzoso y lamentable