El Castropol
Por cortesia de Pepe Llenderrozos, nos llega esta foto de un coche de la Empresa "El Castropol", cargada de gente en Luarca.
Por cortesia de Pepe Llenderrozos, nos llega esta foto de un coche de la Empresa "El Castropol", cargada de gente en Luarca.
Un bote de vela en la ría del Eo. / R. T. C.
Los oficios y saberes relacionados con el bote de vela latina y la práctica de su navegación en la ría del Eo ya son Bien de Interés Cultural (BIC) de carácter inmaterial. En Castropol celebran una noticia que valora un tipo de navegación que gana adeptos en la ría fronteriza con Galicia. "Lo importante de este reconocimiento es que se da valor al bote y se da un paso para que esta profesión no se muera", señala Martín González, responsable de Astilleros Pacho, el último de ribera de Asturias.
"La práctica de navegación a vela latina es un patrimonio intangible asociado a técnicas y conocimientos transmitidos de generación en generación, que abarca también la construcción de botes y aparejos. Con ella se relacionan una serie de oficios tradicionales, como el de carpintero de ribera, en riesgo de desaparición", señala la nota emitida por el Principado después de que el Consejo de Gobierno diera luz verde al decreto BIC. "De todos los botes con popa en espejo usados históricamente en el Cantábrico desde el siglo XVIII, solo el de la ría del Eo se sigue construyendo hoy con las mismas técnicas. Esta embarcación, perfectamente adaptada a las condiciones del medio, es prácticamente la misma que se usaba antiguamente y constituye todo un símbolo del estuario", añade el Principado, que subraya la "tradición histórica" de estas embarcaciones que siguen surcando la ría más occidental de Asturias.
"Hoy es un día significativo, feliz para Castropol. Es un proyecto que venimos persiguiendo desde el punto de vista cultural y estamos muy orgullosos de ese trabajo que se ha hecho para lograr el BIC. Vamos a disfrutar de él e intentar que nos dé beneficios en el futuro desde el punto de vista cultural, turístico y de todo tipo", señaló el alcalde de Castropol, Francisco Javier Vinjoy, que recibió la noticia de boca del consejero de Medio Rural, Marcelino Marcos Líndez, que ayer visitó el concejo tras participar en el Consejo de Gobierno.
Hace tres años que , nació en Castropol la Asociación Cultural del bote de vela latina de Castropol que persigue como objetivo último que la UNESCO declare Patrimonio Inmaterial de la Humanidad este tipo de navegación convertida en seña de identidad de la ría del Eo. Un primer hito de cara a este ambicioso título es el esperado BIC. Javier Gallego es el presidente del Club de Vela de Castropol, secretario del colectivo ligado al bote de vela y uno de los máximos impulsores de esta candidatura. "Este reconocimiento nos ayuda a dar a conocer el bote y que no desaparezca", señala, encantado con la distinción.
Me encontraba yo sentado en el consultorio médico en la Casa del Mar esperando mi turno para vacunarme de la covid-19 y la gripe a un tiempo, cuando se abrió la puerta del ascensor y por ella apareció Julia, acompañada de su esposo, mi amigo Manolo. Nada más verme, él desplegó su grata y amplia sonrisa al tiempo que me saludaba efusivamente, diciéndome: "¡Hombre, amigo, tanto tiempo! ¿Qué tal estás?". Después de intercambiarnos palabras agradables, mi amigo Manolo, al que llevaba un tiempo sin ver, se fue sonriente a sentarse al lado de su mujer.
Yo me volví al viejo asiento de plástico rojo, al tiempo que pensaba en lo bien que estaba mi amigo Manolo. Igual de bien y dicharachero que cuando íbamos a la montaña a cazar perdices, hace más de cincuenta años: delgado, bien plantado, con todo su pelo negro sin teñir, y con sus ligeros 91 tacos a cuestas. ¡Qué envidia!
Al poco rato, desde el otro lado de la sala escasa de pacientes, la voz de Julia, la esposa de mi amigo Manolo, me sacó fuera de mis pensamientos para decirme: "¡Antonín!, Manolo me dice que quién eres, que no te conoce". Descolocado les sonreí a ambos, mientras mi incrédula mente, sin creer lo que oía, trataba de resetearse a todo gas. Ya sosegado empecé a repasar el currículo de los allí presentes, todos vecinos de los distintos pueblos que pertenecen al mismo consultorio médico que yo: Paco y su mujer suman entre los dos más de 170 años. Pepita, la viuda de Pepe, pasa de los 90... A la mayoría hay que gritarles pues no oyen nada. Yo, aunque duro de oído, oí a la enfermera que le decía a Paco al pasarlo a su despacho: "Paco, tiene azúcar, eh". Y antes de cerrar Paco la puerta oí que alegre le respondía: "Sííí, tengo azúcar, nena, y también café, cuando quieras pasas por casa que te convidamos".
Mi egoísta mente me reprendió, diciéndome: "Basta, quieto, no sigas por ese camino, vas a enloquecer de tristeza". Y me frené en seco tratando de pensar en otras cosas, pero solo lo hice repasando otras similares: "En los últimos dos años solo han nacido dos niños en el pueblo. Me han dicho que solo hay dos días a la semana médico en el consultorio, el martes y el jueves. Hoy solo tenemos enfermera para hacernos curas y vacunarnos de todo, hasta de herpes, virus que tanto daño está haciendo por ahí... En realidad no nos hace falta médico todos los días. Cada vez somos menos y mayores...".
Frené un poco mis pensamientos y volví a mirar a mi amigo Manolo, que allí al lado seguía sentado, balanceando sus piernas y sin parecer mirar a nadie, sonriendo.
Volví a pensar, pero esta vez un poco más alegre: "Así que, visto lo visto, habrá que ir pensando en la vacuna contra los efectos devastadores de los años... Aunque pensándolo bien, para qué. Los años hemos de procurar llevarlos con dignidad y así no nos pesarán. De ponernos una nueva vacuna, yo quiero una contra la tristeza, sí. Seguro que me transmitirá sus buenos efectos apartándome de ella y, así, poder mantener una sonrisa bien grande..., como la de mi amigo Manolo. Qué suerte tiene Manolo. A él no le hace falta ese tipo de vacuna, pues lo veo feliz como siempre. Portador de una envidiable sonrisa, de oreja a oreja, que muchos quisiéramos manejar como él la maneja diariamente. Me acercaré a darle un abrazo, bien se lo merece".
Foro Comunicación y Escuela
Rollán conversa con Fernando González, rodeado de la cantera del Club de Mar de Castropol. / T. Cascudo
El presidente del Senado, el popular Pedro Rollán, visita estos días el Occidente de la mano del Foro Comunicación y Escuela, el proyecto que impulsa desde hace dieciséis años el instituto Elisa y Luis Villamil, de Vegadeo, con el objetivo de hacer efectiva la igualdad de oportunidades para los jóvenes del medio rural. Su primera parada fue el Club de Mar de Castropol, que este año celebra su setenta y cinco cumpleaños. "Si esto es precioso de noche, cómo debe ser de bonito de día", dijo nada más bajar del coche. Confesó que era su primera vez en el concejo y que, de Asturias, conoce Oviedo y, especialmente, Cabrales.
El presidente de este club creado en 1949, Fernando González, guió un recorrido por las instalaciones de la entidad y explicó algunos de los méritos de una entidad de gran arraigo en el concejo. "Aquí somos sobre todo remeros", dijo el presidente, rodeado por una amplia representación de la cantera de la entidad. Rollán los saludó uno a uno y bromeó por las horas: "El club es importante, pero mañana todos al cole".
Foto de familia con los remeros. / T. Cascudo
En estos años el Club de Mar ha participado en 2.200 competiciones en las que ha contado con la participación de 1.100 deportistas. Estos y otros detalles se pusieron de manifiesto en la visita guiada, en la que Rollán no dejó de hacer preguntas. Tras visitar el Club de Mar, tuvo lugar una recepción en el Ayuntamiento de Castropol. Al acto asistió buena parte de la corporación castropolense, pero también el presidente de la Junta General, Juan Cofiño, así como el coordinador del Foro, Luis Felipe Fernández.
A Pedro Rollán, que preside el Senado desde 2023, le espera hoy viernes una intensa jornada en Vegadeo, donde conocerá de cerca el proyecto que desarrolla el instituto Elisa y Luis Villamil. A las once está prevista una recepción en el Ayuntamiento, seguida de una visita al centro educativo. A continuación, en el auditorio, impartirá la conferencia "Medio rural en España: Retos y oportunidades", que va dirigida a los estudiantes de primero y segundo de bachillerato.
Pedro Rollán observa las embarcaciones en presencia del presidente del club. / T. Cascudo
Con motivo del 75 aniversario del Club de Mar de Castropol, los Amigos del Eo, de Vegadeo, Ribadeo, Figueras y Castropol rindieron homenaje al citado club. En las fotos que siguen, podemos ver momentos del acto celebrado en Casa Vicente de Castropol. Tomaron la palabra por Figueras, Valentín Torres Solanot, por Vegadeo Luis Fega y por Ribadeo Roberto Rodríguez, quienes alabaron merecidamente al club por su historia y sus logros. Se entregó una placa al Presidente Fernando González, quien a continuación agradeció a los presentes su asistencia y sus palabras de halago.