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Castropol, Pueblo Ejemplar de Asturias

Cuidados intensivos para el retablo de San Isidro, el más antiguo de la iglesia de Castropol

 

La estructura, que data de finales del siglo XVII, tiene partes muy dañadas por un ataque de xilófagos y está en tratamiento

Un momento del desmontaje del retablo.

Un momento del desmontaje del retablo. / R. T. C.

Castropol06 MAY 2025 4:00

Se podría decir que el retablo de San Isidro, el más antiguo de la iglesia de Castropol, está estos días en la unidad de cuidados intensivos. La pieza, que data de finales del siglo XVII, sufre un serio deterioro por un ataque de carcoma y la Fundación Ría del Eo se ha hecho cargo de financiar los trabajos de conservación que está ejecutando estos días la firma Antiquas Ars Habilitas.

Cabe precisar que este y el resto de los retablos del templo castropolense fueron restaurados a finales del siglo XX, por lo que estos trabajos actuales solo afectarán a la conservación de la estructura y, en ningún caso, señalan los expertos, supondrán un cambio estético. En esencia, se busca frenar un grave ataque de carcoma.

Se detecta porque tiene mucho serrín, mucho polvillo cayendo, que además tiene depósitos en las cornisas en las que se aprecian pequeñas montañitas de serrínCuanto esto pasa es que el ataque de xilófagos está activo y que el daño irá a más”, señala la directora de la obra, la restauradora Ainhoa López Formadela, que hizo hace unos años un estudio sobre los retablos barrocos de Castropol. Precisa que, para casos graves, como ocurre con el retablo de San Isidro, es recomendable el desmontaje de la estructura para que el tratamiento sea más efectivo.

Un momento del desmontaje.

Un momento del desmontaje. / R. T. C.

Si no los desmontas, dado que son maderas muy gruesas, solo puedes actuar en la parte vista. Entonces, cuando es un ataque grave se desmonta y así puedes darle por todas las partes. Lo impregnas bien con el producto y se envuelve para dejarlo sellado y que el tratamiento actúe y sea más efectivo”, apunta López Formadela sobre este trabajo que ejecuta Antiquas Ars Habilitas. La citada firma ya desmontó la estructura hace unos días. La época, añade, es ideal para hacer este tipo de tratamientos.

Tras la desinsectación, tocará consolidar la madera, de hecho, una de las columnas se fracturó en el desmontaje dado su mal estado. Sin embargo, tranquilizan a los vecinos, ya que es posible recuperar la pieza sin que se note la intervención. Señala López Formadela que el mal estado del retablo “no es generalizado; lo que está mal, está muy mal, pero hay cosas que están bastante bien”. En este sentido, señala que la estructura fue manipulada varios siglos después de su construcción para albergar a tallas de más tamaño que para las que fue inicialmente concebido. En esta modificación de las hornacinas se usó madera de castaño y esta está en mejor estado que la original de nogal.

La columna fracturada por los daños de la carcoma.

La columna fracturada por los daños de la carcoma. / R. T. C.

El desmontaje se efectuó en una sola jornada y fue relativamente rápido. Ahora el retablo está a buen recaudo en un local castropolense donde está siendo tratado. Este retablo forma parte del conjunto de piezas barrocas diseminadas por el concejo de Castropol y que proceden de un mismo taller, si bien está pendiente su identificación.

Un tren fiable para el corredor del Cantábrico

La Nueva España » Cartas de los lectores » Un tren fiable para el corredor del Cantábrico

10 de Mayo del 2025 - Antonio Valle Suárez (Castropol)

¿Por qué seguimos viajando como en el siglo pasado, en lo que a tren se refiere? Necesitamos como agua de mayo un tren que no tenemos, que debería de ser rápido y accesible para todos. Ha de ser lo suficientemente ágil y eficiente como para unir todas las poblaciones diseminadas a lo largo del Cantábrico, desde San Sebastián hasta Santiago de Compostela, y a una velocidad adecuada. Ni que sea un lujo como el contemplativo Transcantábrico, reservado para unos pocos, ni tampoco una matraca con dos vagones como el que actualmente tenemos a mano las gentes de a pie. Un tren plagado de averías, que camina brincando a mínima velocidad por los raíles, amenazando con descarrilarse al menor descuido. Esa herramienta cotidiana es necesaria para miles de personas que hoy día están obligadas a desplazarse para trabajar, estudiar o simplemente para disfrutar de su tiempo libre y que ahora lo hacen en su utilitario, que, muchas veces, lleva a una sola persona.

El Transcantábrico, ese tren turístico de lujo, no está nada mal, pero está pensado solo para quienes pueden pagar tarifas elevadas por una experiencia exclusiva, amén de no tener prisa alguna por llegar al destino marcado. Para el resto, para la mayoría de la población que es currante y jubilada, la alternativa es el Feve, una red de trenes de vía estrecha que gozan de una lentitud tercermundista; con un total síntoma de abandono, demostrando una falta de inversión en estas infraestructuras creadas para uso de la llamada clase media y baja y tan necesarias para que un país funcione bien.

Por otra parte, viajar en tren, ese gran desconocido en esta parte de España, sigue siendo una experiencia casi exótica. En lugar de ser una opción práctica y cotidiana, como ocurre en otras regiones de Europa, e incluso de nuestra España, parece más un capricho ocasional. Y, sin embargo, debería ser todo lo contrario, dado que el tren ofrece ventajas innegables: ahorro de tiempo y dinero, despreocupación por el aparcamiento, escapar de las multas de tráfico y la posibilidad de disfrutar, por ejemplo, de un par de vinos sin tener que pensar en conducir de vuelta a casa.

Después de lo dicho, hoy me apetece comentar, para conocimiento de aquellos lectores que no conocen o no palparon este medio, un pequeño ejemplo de lo vivido hace días en el viejo tren de Feve, en el trayecto entre Castropol y Viveiro. Con un viaje gracias a los bonos promocionales disponibles para los meses de mayo y junio, este viaje puede salir prácticamente gratis al usuario. Pero ni con esas, pues va con una escasa docena de personas en cada viaje. Durante casi dos horas se puede disfrutar de una excursión encantadora. Al subir al tren, mi primer recuerdo fueron aquellos viajes desde Oviedo en el mismo tren, allá por el año 1974. Ahora prácticamente viene solo o con algún que otro turista, con vestimenta y atuendos para caminar. El paso lento por las poblaciones de El Valín, San Juan, Vilavedelle, Vegadeo, Porto, Ribadeo, Rinlo, Foz, Burela, hace que contemplemos hermosos paisajes de mar, playa y montaña. El regreso a las 17.00 horas tras una jornada relajada. Una maravilla para jubilados pero... no para los currantes que tienen el tiempo y el dinero contado.

La experiencia se vuelve aún más entrañable si, como en algunos trenes del altiplano sudamericano que vemos en los documentales, aprovechamos el viaje de vuelta para comer a bordo una tortilla, empanada o cualquier otra vianda asequible, disfrutando al tiempo del paisaje que se despliega por las ventanillas a un ritmo pausado y, nunca mejor dicho, acompañado del chacachá del tren.

Un tren para vivir y conectar, no solo para soñar. No es el "Andean Explorer", pero casi, en lo que a hermosas vistas se refiere; pero no apto para aquellos que tienen la hora marcada para llegar.

Este tipo de iniciativas demuestran que hay un potencial enorme por explotar. Un tren rápido -no necesariamente de alta velocidad, pero sí moderno y fiable, semejante a los "Cercanías"- podría transformar la vida en el Cantábrico; vertebrando el territorio, impulsando la economía local, haciendo el trabajo de la actual sobre flota de pesados camiones, fomentar el turismo interno y mejorar notablemente el transporte para miles de personas.

No hace falta soñar con futuristas trenes magnéticos o Hyperloops tecnológicos. Solo se necesita voluntad política, inversión en infraestructuras y una visión clara a tener en cuenta: El tren no es solo un medio de transporte, es una herramienta de cohesión social, un motor de desarrollo y una manera inteligente de cuidar del medio ambiente.

Hoy más que nunca, el Cantábrico necesita subirse al tren del futuro que, precisamente, no hace falta que sea el AVE. Y, cuanto antes, mejor sería para todos.

Hasta 28.000 ostras se servirán durante el festival de Castropol

La cita gastronómica se completa hasta el domingo con actividades recreativas y música

Autoridades durante la inauguración del Festival de la ostra. | R. D. Á.

Autoridades durante la inauguración del Festival de la ostra. | R. D. Á. 

Castropol02 MAY 2025 3:59

Las dos empresas de acuicultura que trabajan en la ría del Eo en la ostra pondrán a disposición del público durante este fin de semana 28.000 unidades del molusco, con motivo de la celebración del XI Festival "Somos la ostra", que se inauguró este jueves y se desarrollará hasta el domingo en Castropol. Se trata de una cifra superior a la puesta en venta la pasada edición.

Para inaugurar este festival gastronómico, junto al alcalde de la localidad, Francisco Javier Vinjoy, estuvo el consejero de Medio Rural, Marcelino Marcos, que destacó "el importante empuje que está teniendo la ostra" y para ejemplificarlo dio los datos de 2024, cuando se trataron más de 131.000 ostras en centro de experimentación pesquera de Castropol.

Al evento también asistió el presidente del PP, Álvaro Queipo, que desatacó lo único de este producto que en Asturias solo se produce en Castropol: "Es un orgullo para los castropolenses saber que tenemos este buen producto y que gran parte se exporta y que, por lo tanto, genera riqueza y empleo".

Una lancha engalanada, ¿para una procesión? Al fondo Castropol

Una lancha engalanada, ¿para una procesión? Al fondo Castropol

La ostra de la ría del Eo llega "más gorda" a su undécimo festival anual "Somos la ostra"

"Están muy bien, casi entran depuradas", señalan los ostricultores, que tienen en depuración una remesa de 28.000 unidades, más que en la pasada edición

Manuel Fernández y Eduardo Martín, ayer, trabajando en la depuradora.   | T. CASCUDO

Manuel Fernández y Eduardo Martín, ayer, trabajando en la depuradora. | T. CASCUDO 

Castropol23 ABR 2025 4:00

Los ostricultores de Castropol trabajan estos días a pleno rendimiento para seleccionar y depurar el producto que se degustará en el XI Festival "Somos la ostra", que tendrá lugar entre el jueves 1 y el domingo 4 de mayo. En total, las dos empresas de acuicultura que operan en la ría del Eo servirán unas 28.000 ostras, una cifra superior a la de la pasada edición.

"La ostra está muy bien, estas semanas de atrás parecía algo floja, pero ha vuelto a engordar. Además, las condiciones de la ría están muy bien y se podría decir que la ostra entra casi depurada", señala el biólogo de Acueo, Eduardo Martín. Coincide con él José Manuel Lojo, de la firma OstrAstur, que certifica el aumento en los últimos quince días del porcentaje de carne del molusco bivalvo.

Martín, ayer, limpiando las ostras recién sacadas de la ría y antes de meterlas a la depuradora.

Martín, ayer, limpiando las ostras recién sacadas de la ría y antes de meterlas a la depuradora. / T. Cascudo

"La ostra está perfecta, creo que llega más gorda que los últimos años gracias al aumento de la temperatura del agua. En general, esta época es buen momento", añade. Los de OstrAstur metieron una remesa de 10.000 ostras en la depuradora del Centro de Experimentación Pesquera de Castropol, mientras que Acueo ha reservado 18.000 unidades para estos días tan especiales. Los trabajos de extracción del producto de la ría comenzaron la semana pasada y concluyeron ayer. Ahora la ostra aguardará en el centro a su gran día.

El 1 de mayo será la inauguración de la cita, en la carpa que se instalará en el puerto de Castropol. Durante cuatro días habrá degustación de ostras, exhibiciones de cocina (a cargo de las escuelas de cocina de los institutos de Tapia y Aller, así como del cocinero Avelino Gutiérrez, de Figueras), visitas guiadas y actividades complementarias como una contrarreloj de traineras o un bautismo de buceo.

Carnaval en Castropol

Carnaval en Castropol

Segun el pie de una foto de la revista Asturias, cuya fecha desconocemos, se ven tres señoritas disfrazdas para el baile del Casino-Teatro

Los jóvenes no quieren trabajar

3 de Abril del 2025 - Antonio Valle Suárez (Castropol)

No hace muchos años España era un país de grandes familias (con lo de grandes quiero referirme a que tenían muchos hijos). No tan grandes como en la posguerra, que al no haber televisión y sí afición a la misa de domingo, así como la manía de acostarse temprano por culpa de los cortes de la luz, favorecían la explosión demográfica, haciendo que el concepto de "familia numerosa" fuese algo habitual. Luego llegó la modernidad y con ella la revolución anticonceptiva, la entrada de la mujer en el mercado laboral, el auge del individualismo y, finalmente, la llegada de un fenómeno que lo cambió todo: el perro con suéter y el gato con cuenta de Facebook.

En España, en 1976, nacieron 678.000 niños. En 2024 vinieron al mundo 322.000, menos de la mitad. En los años 40, 50 y 60, tener cinco o seis hijos era lo normal. En los 70, ya con dos o tres bastaba. Llegados los 90, la natalidad comenzó a caer en picado. En 2023 la tasa de natalidad fue del 7,15 por cada mil habitantes, y la de mortalidad del 10,38, así que el crecimiento vegetativo presentó un saldo negativo de más de 115.000 personas (lo que es lo mismo que decir que se han muerto 115.000 personas más de las que nacieron en España ese año). Amigo lector, nos alumbrará más la mente el saber que, en 2023, el número de hijos de españolas fue de unos 240.000; mientras que las extranjeras ese mismo año alumbraron unos 78.000 hijos, que representan el 25% del total de nacimientos.

Y es que hoy día los jóvenes tienen otras prioridades que no son, precisamente, el traer hijos al mundo: viajar, opositar durante años, pagar alquileres imposibles y, también, no me digan que no, adoptar un perro, un gato o mascota para llenar el vacío que antes ocupaban los hijos. Pero claro, ten en cuenta, amigo lector, que el criar un hijo no es solo un acto de amor, sino también un acto de valentía financiera y social: guarderías, pañales, educación, extraescolares, hipotecas, silla para el coche y, más pronto que tarde... el teléfono móvil de última generación. Por tanto, queda claro que con mucho menos dinero pueden traer a este mundo, por ejemplo, un cariñoso perrito labrador (yo tuve uno que solo le faltaba hablar, pues reír sí que se reía) y darle una vida de ensueño, ¿o no? Hoy día vemos cómo los cochecitos de bebé han sido sustituidos por carritos de mascotas que, a la vista, son iguales que los otros tanto por fuera como por dentro (y al verlos todos pensamos: "Qué bien, ahí viene un bebé", y nada más lejos de la realidad). Y los parques infantiles por cafeterías donde acuden humanos con sus mascotas, todos revueltos. No será una exageración el decir que si seguimos así, España será un país donde habrá más veterinarios que pediatras.

Mientras tanto, en las redes y en los bares se escucha la eterna queja banal: "Los jóvenes no quieren trabajar". Lo que no dicen es que con una natalidad tan baja ya no hay jóvenes en los pueblos y aldeas. O lo que es lo mismo, simplemente no hay suficientes jóvenes para cubrir los puestos de trabajo que se demandan actualmente.

Aunque en España no nos podemos quejar, ya que nuestra población ya sobrepasa los 47 millones de habitantes y, de ese total, 5.227.000 son extranjeros. Y, claro está, si no fuera por ellos nuestros bares y restaurantes cerrarían, no habría casas en construcción, así como multitud de otros servicios y oficios que, es verdad, muchos de nosotros no queremos. Y... ¿qué decir de la Caja de las Pensiones? Pues que aunque no está muy boyante, de no ser por esos migrantes estaría en llanta, como vulgarmente se dice. Y sin ellos quién pagaría las pensiones a nuestras generaciones X, Y, Z y Alfa en toda Europa, ¿los chihuahuas? Por otra parte, las reuniones familiares de Navidad serían cada vez más pequeñas... pero, eso sí, con más fotos de fetiches en el grupo de WhatsApp.

Así que la próxima vez que alguien diga la tan cacareada frase de que "los jóvenes no quieren trabajar", quizá antes debiera de pensar, madurar y acabar reconociendo que no hay jóvenes porque, sin natalidad, no hay niños. Ni después jóvenes ni, por tanto, ciudadanos para los puestos de trabajo que demanda el mercado. Eso sí, si esto sigue como hasta ahora llegaremos a tener muy pocos niños, pero sí a cambio muchas mascotas bien cuidadas y vestidas.

Parque de Castropol

Parque de Castropol

    En esta foto, con el comentario del pie de la misma, es suficiente.

Vendedor descalzo.

Vendedor descalzo.

   Vemos en la foto, un posible vendedor de ¿piñas) por los bultos de los sacos, podriamos pensar que se trata de las mismas, o algo similar. Si nos fijamos en la foto, vemos que se trata de una persona joven, y que anda descalzo.

¿Indianos? en San Roque

¿Indianos? en San Roque

    Hoy recuperamos por una pequeña temporada, la que fué nuestra labor mas importante al principio de nuestra existencia y que nos vimos obligados a abandonar por falta de material.

Comenzamos con esta, la  publicación de una docena de fotos proporcionadas por el gran colaborador de este blog Antonino Esteban. En esta primera vemos un grupo de hombres en San Roque, contemplando la actuación de dos niñas, tocando la pandereta y un señor al violín.¿Serán los expectadore indianos? Calculamos que  todas estas fotos, por diversos motivos que iremos explicando, son de los años 20 o primera mitad de los  30.

Así "siembran" versos los alumnos de Castropol: una bella acción para celebrar el Día de la Poesía

"Acercando la poesía a los más pequeños, la poesía crecerá. Estamos sembrando para tener una buena cosecha en unos años", señaló Manuela Busto

La bibliotecaria de Castropol, Manuela Busto, da la bienvenida a los escolares con poesía.

La bibliotecaria de Castropol, Manuela Busto, da la bienvenida a los escolares con poesía. / T. Cascudo

Castropol21 MAR 2025 18:44
Actualizada 21 MAR 2025 18:45

La Biblioteca Popular Circulante Menéndez Pelayo de Castropol se sumó a la iniciativa "Asturias, Capital Mundial de la Poesía" con una original siembra de versos. Los protagonistas fueron los escolares del colegio La Paloma de Castropol que no solo leyeron poesía, sino que metieron las manos en la tierra para "cultivar" el amor por la lectura. "Acercando la poesía a los más pequeños, la poesía crecerá. Estamos sembrando para tener una buena cosecha en unos años", señaló la bibliotecaria castropolense, Manuela Busto, sobre esta actividad que coincidió con el Día del árbol.

El centro lector, en colaboración con la Fundación Ría del Eo, adquirió unos lápices especiales que portaban semillas florales en uno de sus extremos. Animaron a los niños a escribir con estos lápices unos versos en unos papeles con forma de hoja verde y después a depositar la hoja y el lápiz en una pequeña maceta en la que verán germinar flores en unos días.

Un momento de la siembra de versos.

Un momento de la siembra de versos. / T. Cascudo

La pequeña Ángela López, que precisamente este sábado cumplirá 12 años, se mostró encantada con la propuesta y también con la oportunidad de descubrir la poesía. "Este año empezamos a leerla en el colegio y me gusta mucho", confesó, mientras sus compañeros experimentaban en el particular "invernadero" instalado en la casa de cultura de Castropol.

"Sería una belleza que nos crecieran flores en la cabeza, podría saberse fácilmente quien tiene buen corazón y quien tiene triste la mente", señalan los versos de Gianni Rodari que ayer leyeron los escolares. Por su parte, la bibliotecaria, Manuela Busto, leyó un poema de Gerardo Diego donde la naturaleza está presente. "Gerardo Diego es un poeta muy famoso que dedicó un libro a la biblioteca de Castropol", contó Busto, al tiempo que animó a los pequeños a leer y celebrar la poesía. La jornada ventosa obligó a hacer la actividad a cubierto en lugar del parque Vicente Loriente donde estaba inicialmente prevista.