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Castropol, Pueblo Ejemplar de Asturias

Insólita «no fiesta»

2 comentarios

luis legaspi -

TENGAMOS LA FIESTA EN PAZ

Me quedo "circunflejo" ante la jerigonza literaria que arman el buen amigo Antonio Murias y el no menos bueno Jorge Jardón, cronista eximio del occidente astur, ahora “invadido por la manía”, dice él, contra las fiestas patronales y molesto, porque, no se celebre, algo insólito, la sólita y distinguida patronal de Santiago en Castropol.
Murias comenta, con un mensaje que me se hace arcano, como en la fiesta de Blas, salen a bailar los ateos con síndrome de misa, los prohibicionistas contrarios a los impuestos alcohólicos, tertulianos “amañalotodo” (los políticos aparte) para constatar lo alejada que está la sensibilidad occidental de la “enemistad acérrima” del odio africano. Pues, bueno.
A los dos, a distinto tono, parece que les preocupa que se pierda la tradición castropolense de la que forma parte importante la Fiesta del Patrón. También a mi. Así que me adentro en el laberinto y, para mayor confusión, yo escribo mi comentario en romance paladino.
Sí, hubo fiesta del Patrón en Castropol. No faltó el sustantivo, “la almendra”, que da sentido a toda la fiesta: La Misa, bien devota, y la procesión bien amenizada por grupo de gaita autóctono, barato y, a buen seguro, también devoto. Algunos de ellos hacían doblete en el coro y en la calle. ¡Muy bien!
Hubo además otros flecos festeros, como la sardiñada con la que el Club de Mar parecía querer olvidar las Regatas, tantas veces, presentes en el programa festero, y la tangencial irrupción
(y que se repita) en la fiesta del “I Concurso Nacional de Alfombras Florales”.
Supongo que no faltaría, en familias y amistades, la clásica empanda. Yo la eché “a faltar”, porque, anunciado el "ite misa est", me vine con mi light bocata, sucedáneo de empanda, a la vetusta Porlier. Ya se sabe “si conduzca no beba”.
Los "vísperos" cabezudos, con avispado son de gaita y tambor, nos alegraron a os rapacíos que algunos vamos siendo. Faltaron, es verdad, los "gruesos palenques" y el repique de campanas. Éstas también enmudecieron para convocar Misa, con el triple recordatorio del esquilón. Pedro Villares se desquitó luego en la procesión. ¡Qué repiquen las campanas, qué toque la gaita y el tambor, que bailen los mozos… todo eso es la fiesta del Patrón.!
La Procesión, sacramental religioso que nos enseña, invita y ayuda hacer juntos el Camino, es integrante de la fiesta, y signo de trascendencia en el camino, estuvo un tanto deslavazada. Sería bueno no perder la sana costumbre de marchar "enfilados", (qui legit intelligat) en silencio, rezando o cantando (las tres cosas valen igual) y no, apelotonados detrás de la músicos y de los curas, como sucedió con buen número de participantes,
Faltó, eso sí, la hermosa y tradicional romería campera con avellanas y churros, matasuegras y globos, músicas y bailes, pandeirada y muñeira, corri-corri y danza prima, pasodobles y valses, tangos y sambas, con extorsiones variadas, incluido algún thriller de Michel Jackson …
Todo es válido para que agnósticos y creyentes, moros y cristianos, periodistas y políticos, nobles y menestrales se encuentren y se quieran. Es bueno que Jorge y Antonio, yo, tú y “aqueloutro” no nos resignemos a perder la fiesta en su poliédrica manifestación.
Por eso debe asociarse el vecindario y no esperar, sino exigir, ayudas del municipio, para la fiesta. No es bueno que unos por otros, la casa por barrer u ocurran los desencuentros de San Roque. Eso sí, con ritmo y respeto en todo, tengamos la fiesta en paz.

Antonio Murias Vila -

... Y los ateos se quejan de la falta de misas, y los prohibicionistas de la subida de los impuestos al alcohol, y ... (en política ya no entro). La queja justifica la incoherencia. Así somos. Arreglamos el mundo en las tertulias y todo queda ahí. Lo único salvable es la sensibilidad occidental y constatar lo alejada que está la "enemistad acérrima" del odio africano.