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Castropol, Pueblo Ejemplar de Asturias

Cartel Corpus 2010

Cartel Corpus 2010

3 comentarios

Ovidio Vila -

Alvaro, que no se te haga violento, (ni a ti, ni a nadie) el llegar y preguntar que puedes hacer, por el contrario estamos muy agradecidos a todos, absolutamente todos, los que echan una mano, ya sea durante un mes, un día o unos pocos minutos. Aquí nadie está obligado a nada y por tanto cada uno hace lo que quiere, o lo que puede, que como en tu caso, no es mucho, ¡es muchisimo! dado que tus obligaciones, te impiden estar mas tiempo "al pié del cañon". Desde mi punto de vista, no es mas generoso el que más dá, sino aquel al que le cuesta mas sacrificio dar lo poco que tiene.
Gracias por tu colaboración, y como joven que eres, traete a todos los amigos que puedas, ten en cuenta que los que estamos ahora, no vamos precisamente para jóvenes y vosotros sereis nuestro relevo en pocos años, si no lamentablemente, el Corpus se acabará.

Un saludo

Alvaro Queipo -

Sigo este foro de forma habitual, pero esta es la primera vez que escribo. No puedo reprimir la necesidad de comentar mi particular parecer acerca de esta maravillosa celebración que es el Corpus, y que año tras año no deja de maravillarme.
Cuando a la edad de 8 años fui traído a Castropol (junio 1995), dos cosas me impactaron sobremanera: el remo y el Corpus con sus alfombras florales. Del remo podemos hablar otro día si os apetece, ahora el asunto que nos llama es otro.
Todos sabemos que la celebración consta de dos ejes fundamentales: lo religioso y lo popular. Yo no soy persona religiosa (litúrgicamente hablando), aunque sí creyente, y por eso el primero de los puntos siempre lo he vivido desde una posición más pasiva. Para mí, el verdadero valor del Corpus reside en la capacidad que tiene este día para congregar a todos los vecinos, amigos, familiares; de muchas y muy distintas edades; gente ya experta y otros totalmente novatos; todos ellos colaborando de forma desinteresada y disfrutando de la compañía de sus convecinos.
Año tras año espero con ilusión este momento y hasta el día de hoy, creo que solamente me he ausentado una vez -por causas ajenas- por eso este año haré un alto en el estudio para poder unirme a la celebración, que no me perdería bajo ningún concepto.
Siento mucho que mi condición de estudiante me impida vivir plenamente los preparativos, y me consta que muchos de mis amigos comparten mi parecer. Me refiero a que los menos afortunados sólo podemos vivir el Corpus durante un par de días, arrodillándonos o “humillándonos en el pavimento” como bien dice el señor Legaspi, disfrutando del trabajo que otros han llevado a cabo durante meses; discutiendo, diseñando, pintando, haciendo acopio de materiales, recolectando… Es incluso violento llegar y decir “hala, dejadme algo para hacer”; pero os aseguro que las intenciones son las mejores.
Por último, me gustaría dejar constancia lo mucho que humildemente agradezco la iniciativa de todas estas personas que todos ponemos nombre y apellidos; que se han empleado durante meses para que el domingo todo esté perfecto y que a pesar de todo, comparten con los demás el fruto de tanto trabajo, que se traduce en una hermandad sana y modélica. Para lo que haga falta, el sábado me presto a ser “explotado”… ¡Un saludo y que no llueva!

legaspi -

FERVET OPUS

En Castropol por esta semana, que prácticamente dura todo el año, “fervet opus”. Esta expresión usa Horacio, el poeta latino, para describir la colmena en tiempos de primavera. Las abejas se afanan en recorrer las flores para llenar de rica miel sus panales y a la vez polinizando perpetúan la primavera. Toda la obra está en ebullición; “fervet opus”. No me dirán, que el latín no es expresivo.
Todo el pueblo (hay algún zángano, pero ralos) está en movimiento. Unos recorren setos y jardines en busca de la flor y el aroma, otros diseñan plantillas para el tapiz, otros salpimientan con humor y algún “carajillo” la tertulia.
En la noche de la gran Fiesta Sacramental, todo el pueblo se humilla en el pavimento. “Veneremur cernui”
Al amanecer la alfombra de color y aroma, de imaginación y sueño, de fe y esfuerzo está tendida al paso del “Amor de los amores”.
Nos alegra que este gesto, que se da en otras partes de España y allende fronteras, sirva de estímulo a otras fiestas y a otras parroquias y que Castropol comparta elegantemente su experiencia con otras parroquias.
Siempre Castropol ha celebrado con gran solemnidad esta fiesta. Siempre sus calles han sido cubiertas de espadaña e hinojo, entreverado de calas, hortensias y rosas, con incienso y motetes. Nunca, como ahora. Desde hace un cuarto de siglo el trabajo y la imaginación cada año se desbordan en esta manifestación de fe y devoción a “Tantum Sacramentum”.
Claro que el acopio de material hoy es más fácil, Antes teníamos que trasportar, en “feixes” a la cabeza, o a grupa de burro, la espadaña y el mirto, el tomillo y el “cioyo”.
Hoy un “todo terreno” llega al regato y a la montaña. También hay más jardines y antojanas floridas y no falta cámara fresca para que no se mustie el pétalo.
Pero, más allá del color y el aroma, por encima del esfuerzo la maña y el arte, quiero descubrir en todo este trabajo algo más profundo: una postura de solidaridad y comunión entre todos los vecinos. Los trabajos para el Corpus Christi, deben ser escuela y entrenamiento para la vida ordinaria de convivencia y esfuerzo común para toda la historia de Castropol.
Ya se sabe que hay problemas y algún desencuentro, pero todas las rosas tienen espinas y de mucho agacharse se produce lumbalgia (dolen os cadriles). Todo es llevadero, si, como a Sancho Panza, “bástanos tener el Christus en la memoria”.
Este año el vistoso cartel, con torre del campanario señalando “altius” sigue llamando a la superación. Es difícil tejer alfombras más artísticas, más imaginativas, pero siempre cabe el “fortius” en la comunión de trabajo y en su motivación, que no tiene otra raíz que la Fe cristiana. El cartel anuncia el CORPUS CHRISTI. Christi es genitivo determinativo. No conviene perder “el oremus”.
Como posdata a esta carta me permito una sugerencia al pueblo fiel, a sus tradiciones y a su Fe. Acaso se podría reanudar el rito que hay en todas las procesiones del Corpus Christi, desde Roma, Toledo, Oviedo… hasta la más humilde parroquia, de hacer la “estación” en un lugar del recorrido para el rito de bendición al pueblo con el Santísimo.
En muchas parroquias hay en el campo de la iglesia humilladeros o altares de piedra para este rito. En Castropol se hacía estación en la Capilla Parroquial de Nuestra Señora del Campo.
En los años posteriores a la triste guerra civil se preparaba un altar en el Espolón adornado con reposteros, guirnaldas y flores. Luego, el abandono de curas y feligreses, ha arrinconado esta ceremonia que sigue vigente en toda la cristiandad. ¿Es posible recuperar esta hermosa tradición?. Todo es posible, así que “¡altius, fortius, citius!”