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Castropol, Pueblo Ejemplar de Asturias

La Bandera del Regimiento de Castropol

La Bandera del Regimiento de Castropol

En la foto, la Vitrina con la Bandera del Regimiento de Castropol, depositada en la Iglesia Parroquial de Santiago Apostol.

 

 

 

El 12 de marzo de este mismo año La Comarca del EO publicaba un artículo sobre la mencionada Bandera, con la firma de Camino del Olmo, un admirador de este pueblo, cuyas palabras los castropolenses agradecemos.

Pero es que, meses pasados, concretamente en septiembre de 1993, la revista "Dragona" acogía en sus páginas otro artículo del mismo Camino del Olmo, cuyo contenido era prácticamente igual al publicado por La Comarca del Eo. Aquel artículo encontraría réplica en la pluma de Luis de Grávalos, en la misma "Dragona" correspondiente al mes de enero de 1994.

Todos estos trabajos hacen referencia a las dudas existentes sobre la autenticidad de la Bandera del Regimiento de Castropol que se guarda en la iglesia parroquial, dudas que ya vienen de antiguo.

Fue, como en muchas otras cosas, Miguel García Teijeiro quien, en su "Alzamiento del Principado de Asturias en 1808 y memorias del Regimiento de Infantería de Línea de Castropol", publicado con motivo del primer centenario de la creación del mismo Regimiento, y recogiendo diversas sospechas, se preguntaba sobre la autenticidad de aquella Bandera. Luego, Juan Fernández de la Llana ("Juan Santana"), en diversos trabajos y finalmente en "Problema resuelto" ("Región", 30 de septiembre de 1979», se planteaba y daba por solucionadas las serias dudas. Y, ahora, Camino del Olmo y Grávalos.

Vamos, entonces, a aportar nuestro grano de arena a la investigación, comenzando por recoger las distintas posturas de aquellos autores.

A) Según Teijeiro, en el trabajo citado, "hay quien dice que esta Bandera...", con otras de diferentes regimientos, una vez finalizada la Guerra de la Independencia, había sido llevada a la Colegiata de Atocha. Más adelante, cuando el Ayuntamiento de Castropol decide reclamarla, le es enviada, por equivocación, otra que no era la suya propia.

El mismo Teijeiro averiguó en el Cuartel del Cuerpo de Inválidos Militares, a donde se habían trasladado las Banderas que se encontraban en Atocha cuando comenzaron las obras para transformar la Colegiata en Panteón de Hombres Ilustres, que allí no se encontraba la Bandera del Regimiento de Castropol; que quizás se guardase, le dijeron, en algún museo de Francia.

Otras sospechas, que también recoge Teijeiro, se refieren al hecho de que la Bandera fuese entregada al Ayuntamiento de Castropol por un antiguo jefe del Regimiento que la guardaba, o que, incluso, se podría tratar de una Bandera española tomada a los franceses por "El Inmortal" Antonio García, en la acción de Fregenal de la Sierra, enseña que vendría a reemplazar a la del propio Regimiento, que habría perdido la suya en combate.

Como luego veremos, la historia real de la Bandera siguió otros derroteros.

Sí acierta Teijeiro cuando escribe que, cualquiera que fuese el origen de la Bandera existente en Castropol, el hecho cierto es que, cuando ésta llegó al pueblo, en 1817, fue reconocida como la auténtica por los excombatientes que habían luchado bajo ella, y que, en ese momento vivían en el pueblo.

Para justificar, sin embargo, el hecho de que los cuatro escudetes que rematan la Cruz de Borgoña que parte la Bandera, no fuesen los del municipio de Castropol ni los del Principado, como reglamentariamente debería de ser, Teijeiro concluye que la Bandera que se guarda en Castropol no sería la primitiva del Regimiento, deteriorada por las batallas y el transcurso del tiempo, sino que el Regimiento pudiera haber tenido otras banderas a lo largo de su agitado historial. Juicio más sólido sobre el que luego volveremos.

B) "Juan Santana" vino más tarde a esclarecer muchos puntos oscuros sobre el origen de la citada Bandera, después de haberse ocupado del tema en otros artículos y conferencias.

El autor, hojeando el conocido libro de Almirall, "Las banderas españolas de 1704 a 1977", creyó encontrar explicación al hecho de que los mencionados cuatro escudetes no correspondiesen a la heráldica del municipio de Castropol ni a la del Principado, en la similitud de aquéllos con los del Regimiento de Málaga (ciudad a la que el Regimiento de Castropol había dado guarnición) regimiento que precisamente en aquella época, siempre según "Juan Santana", habría llevado el nombre de 5.º Batallón de Guardias.

De esta manera, la Bandera que en 1817 se envía a Castropol pertenecería verdaderamente, siempre según "Juan Santana", a aquel 5º Batallón de Guardias malagueños.

Indudablemente éste es el camino de la investigación, aunque más adelante tendremos que hacer unas precisiones sobre lo averiguado por "Juan Santana".

Desde luego, la representación contenida en aquellos cuatro escudetes tampoco responde a la heráldica de la Casa de Castropol, hipótesis que también llegó a manejarse.

C) Camino del Olmo asegura, por su parte, que los mencionados escudetes reproducen una alegoría de Castropol (es decir, que no corresponden al escudo municipal de la villa) y que el conjunto religioso que corona la alegoría está recogido del retablo llamado de "la Marquesa" que se encuentra en la iglesia de Castropol, altar del primitivo patronazgo de los Navia-Osorio, precisamente el primer coronel del Regimiento.

Por otro lado, Camino del Olmo habla de las posibles banderas coronelas y batallonas que reglamentariamente debería haber tremolado el Regimiento de Castropol, pero no demuestra que realmente hubiese sucedido así. Igual reproche debemos achacarle a la opinión sostenida por José María Bueno, ilustrador del libro de Casariego "La Asturias guerrera", cuando dibuja los diferentes modelos de las banderas que reglamentariamente debería haber enarbolado el Regimiento de Castropol, pero sin demostrar que en algún momento hubiese contado con aquellas enseñas. .

D) Anda más acertado Grávalos cuando afirma en su trabajo que el Regimiento de Castropol sólo contó con una Bandera a lo largo de su historia, como luego veremos.

Sí debemos apuntar a Grávalos, en cambio, que en 1808 ya se utilizaba el escudo municipal de Castropol con las figuras heráldicas con que ahora cuenta.

Por otra parte, disentimos de Luis Grávalos respecto a la posible pérdida en combate de la primitiva Bandera del Regimiento, dadas las razones que más adelante expondremos.

La hipotética confusión de la Bandera de Castropol con otra perteneciente a un. regimiento castellano, dada la similitud de los castillos de los escudetes, no nos parece probable, ya que precisamente la Bandera que se guarda en Castropol no luce aquellos castillos, y, por otro lado, en 1817, al llegar la Bandera a Castropol fue reconocida como la auténtica de su Regimiento.

En cambio, es más que posible que los escudetes originales de la Bandera, tal y como apunta Grávalos, respondan a los de la ciudad de Málaga, desde el momento en que el Regimiento de Castropol estuvo de guarnición en aquella capital andaluza.

Conclusión.- El Regimiento de Infantería de Línea de Castropol tuvo, desde luego, una Bandera, como así lo recoge su Sargento Mayor, Juan de Murias, en la "Relación histórica de los méritos y servicios que ha hecho al Rey y a la Nación el Regimiento de Infantería de Castropol, desde el 17 de junio del año 1808 en que fue creado, hasta el de 1815", publicada en 1817 por el Ayuntamiento con certificado del escribano Antonio García Monteavaro, que dice responder fielmente al original manuscrito del propio Juan Murias, Bandera que sería confeccionada reglamentariamente siguiendo la Real Orden del 26 de agosto de 1802.

Lo que no dice la "Relación..." es si la Bandera era batallona o coronela. Pero lo que sí está claro es que, en un primer momento, el Regimiento sólo contó con una Bandera, que fue bendecida, ya en campaña, el 22 de julio de 1808, en la iglesia parroquial de Naviego (Concejo de Tineo), y luego jurada por el Regimiento en el Puerto de Leitariegos.

Cuando, según la misma "Relación...", en octubre de 1808, las 10 compañías del Regimiento se organizan en dos batallones, se da la circunstancia de que la plaza de abanderado existente en cada uno de ellos se encuentra vacante, lo que parece indicar que el Regimiento continuaba enarbolando únicamente su primitiva Bandera.

Cuando en el mes de enero de 1815, el Regimiento llega de guarnición a Málaga, según la misma "Relación...", sólo cuenta con una Bandera, que, de acuerdo con el Estado de Fuerza del Regimiento, porta el abanderado Pedro Murias.

En ningún momento se dice en la "Relación..." que, perdida o deteriorada la primitiva Bandera fuese sustituida por otra, pues la nueva hubiese tenido que ser jurada por el Regimiento, y este hecho tendría que constar en una "Relación..." tan minuciosa.

Por otra parte, es más que verosímil que la Bandera siguiese las vicisitudes del Regimiento. Así, cuando en enero de 1815 el Regimiento comienza a dar guarnición a Málaga, es probable que se hubiese tomado la decisión, más o menos reglamentaria, de recoger en la Bandera histórica del Regimiento una alusión a aquella ciudad, y nada mejor que la que lucía el regimiento de su nombre, para lo que sólo hacía falta descoser los cuatro escudetes que remataban las puntas de la Cruz de Borgoña con el escudo municipal de Castropol y colocar el nuevo en su lugar.

Más adelante, en el mes de mayo de aquel mismo año, el Regimiento sale de Málaga para Navalcarnero, en las cercanías de Madrid, para integrarse finalmente, el 24 de agosto, en el 5º Batallón de Reales Guardias Walonas, de guarnición en la Corte, que se había formado el 31 de agosto de 1814 con los restos de los regimientos de Cádiz, Lorca, Pravia, Infiesto, Gangas de Tineo y Castropol.

A lo largo de su historia, el Cuerpo de Reales Guardias Walonas sufrió diversas reestructuraciones, por lo que el número de sus batallones osciló entre 2 y 6, según las épocas. Así, al comenzar la guerra de la Independencia, los Reales Cuerpos de Guardias Españolas y Walonas contaban con 3 batallones cada uno, pero el 1O de julio de 1810, cada cuerpo se vio incrementado por un batallón, el 4º, y el 31 de agosto de 1814, ya finalizada la guerra, por un 5º Batallón, en el que precisamente se integraron los soldados del Regimiento de Castropol. Finalmente, en 1818 el Regimiento de Walonas perdió su nombre por el de Reales Guardias de Infantería.

La aparente confusión entre el llamado "5º Batallón de Guardias" de Málaga y el 5º Batallón de Reales Guardias Walonas, en el que se integra el Regimiento de Castropol, proviene, en los términos de la conversación que mantuvimos con Luis Sorando Muzas, de la confusión propia de la guerra, en el curso de la cual, algunos miembros de Walonas, que dicho sea de paso mantuvieron una equívoca lealtad durante la guerra, se dispersaron por diversos puntos de España, entre ellos Málaga, donde se fundieron con el regimiento que llevaba el nombre de aquella ciudad. Finalizada la guerra y aclarada un tanto la confusión orgánica del Ejército, el Regimiento de Málaga recuperó su nombre y e! Rey reorganizó su Guardia Real, en base a la creación, el 31 de agosto de 1814, de un 5º Batallón de Reales Guardias Españolas y un 5º! Batallón de Reales Guardias Walonas, en el que acabaría integrándose el Regimiento de Castropol, lo que llevará a decir a Juan de Murias en la "Relación..." que el Regimiento de Castropol "se hizo acreedor de aquella particular gracia por sus servicios, buen porte y disciplina que siempre le han distinguido".

El escudo municipal de Castropol, desde los tiempos en que se crea el Concejo;>, allá por el siglo XIII, al margen de la polémica de si era partido o no y de los colores que llevaba, no coincide en modo alguno con los que figuran en la Bandera del Regimiento que se guarda en la Iglesia.

Así, en los escudetes de la mencionada Bandera se distinguen fácilmente el castillo y muralla del Gibralfaro malagueño. Por otra parte, las figuras que coronan el castillo, como dice Grávalos, representan a la Virgen María rodeada por San Ciríaco y Santa Paula, patronos de Málaga; y en modo alguno al conjunto central del retablo de la capilla de "’La Marquesa" de la Iglesia de Castropol. Sin olvidar que los Navia-Osorio nunca tuvieron entre sus armas esa composición.

La bordura que rodea aquellos escudetes está formada por yugos y flechas, conmemorativos de la conquista de Málaga por los Reyes Católicos, yugos y flechas ajenos a la heráldica castropolense.

A mayor abundamiento, no debemos olvidar que las banderas batallonas de Walonas, no así las coronelas (y la de Castropol es desde luego batallona) lucían un fondo de color azul y no blanco como el de la Bandera de Castropol. Por otro lado, las banderas de las tropas de Casa Real no podían llevar, como es lógico, escudetes provinciales en los remates de la Cruz de Borgoña, y las coronas que lucían eran desde luego Reales y no ducales como las del Regimiento de Castropol. De donde se desprende que la Bandera que existe en Castropol no responde a las características propias de un regimiento de Walonas.

La posible pérdida de la Bandera de Castropol en acción de guerra no parece muy verosímil, pues constituye un hecho tan grave en los códigos castrenses que necesariamente tendría que venir reflejada negativamente en la mencionada "Relación..." oficial.

La encomiable gesta que protagoniza el soldado del Regimiento Antonio García, llamado "El Inmortal", cuando en la batalla de Fregenal de la Sierra arranca de las manos de los franceses una bandera (gesta que no aparece relatada en la "Relación..." pero sí en la biografía de Antonio García que escribió Teijeiro) explica por sí misma que la bandera arrebatada no fuese la de Castropol, pues la "Relación...", además de no relatar aquella pérdida, tampoco hace referencia a su recuperación, ni cabe que el Regimiento de Castropol hiciese suya una bandera de otra unidad, sin más.

Finalmente, podemos decir que la Bandera de Castropol no se encuentra en un museo francés, ni hubo equivocación alguna en el momento de devolverla, ni se encontraba en la Colegiata de Atocha, ni en el Museo del Ejército, dadas las razones que a continuación exponemos, en base a los documentos que se encuentran en el Archivo General Militar de Segovia.

Como hemos visto ya, finalizada la Guerra de la Independencia, el Regimiento de Castropol pasa a cubrir varios destinos, entre ellos el de dar guarnición a Málaga, hasta que se integra en el 5º Batallón de las Reales Guardias Walonas, formado el 31 de agosto de 1814, y que tras las sucesivas reorganizaciones daría paso a la actual Guardia Real.

Es entonces cuando, ateniéndose a la Real Circular del 12 de junio de 1815, sobre "el honroso destino que se ha de dar a las banderas de los cuerpos creados en la última guerra", los catorce concejos que integraban el Partido de Castropol acuerdan nombrar una comisión de tres diputados, bajo la presidencia del Conde del Pinar, José de Mon y Velarde, para que pase a Madrid a pedir la devolución de la Bandera del Regimiento y Ilevarla al pueblo.

Con este objeto, el Conde del Pinar, con fecha del 23 de octubre de 1816, dirige un escrito al Coronel de Guardias Walonas, que el 14 de noviembre del mismo año contesta diciendo que con aquella misma fecha había dispuesto que la Bandera de Castropol, entre otras, fuese depositada en el Ministerio de la Guerra.

Con la misma fecha del 14 de noviembre, el Coronel de Walonas se dirige al Ministro de la Guerra, Marqués de Camposagrado, Francisco Bernaldo de Quirós y Mariño de Lobera, para comunicarle que, A tenor de la citada Real Circular, procedía a remitir al Ministerio las banderas de los regimientos de Cádiz, Pravia y Castropol, que se habían refundido en el de Guardias Walonas, de guarnición en Madrid.

El Conde del Pinar, entonces, con fecha 5 de diciembre de 1816, oficia al Ministro de la Guerra en requerimiento de la Bandera, que, según nota de Camposagrado, le es entregada a los comisionados de Castropol.

Si esta Bandera hubiese pertenecido a las Guardias Walonas o al Regimiento de Málaga (que pervivió hasta mucho tiempo después) no habría lugar a que precisamente los soldados castropolenses que todavía existían en el Batallón de Walonas la entregasen al pueblo de Castropol, ni a que éste la aceptase como suya.

Con motivo de la llegada de la Bandera a Castropol, los vecinos y los antiguos soldados del Regimiento, según disponía aquella Real Circular, la colocan en la iglesia parroquial, y el Ayuntamiento publica la "Relación..." a que tantas veces hemos hecho referencia.

Muchos años después, y como todavía recuerdo haber oído en el ámbito familiar, la Bandera fue reparada y recosida con esmerado amor por algunas damas castropolenses.

Miguel Angel Serrano Monteavaro ( De La Comarca del Eo del 02/julio/1994)

1 comentario

Anónimo -

Nos gustaría poner en este artículo una foto de la Bandera del Regimiento de Castropol, por tanto rogamos si alguien la tiene, nos la facilite para poder hacer una copia e insertarla. Gracias