Castropol, Pueblo Ejemplar de Asturias 1997
Reproducimos a continuación, el Acta del jurado, y los discursos de S.A.R. D. Felipe de Borbón y del Alcalde, Domingo Martínez Fernández.
Acta del jurado
Reunido en Oviedo el Jurado del Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 1997, integrado por D. Efrén Cires, D. José Antonio Coto, D. Felipe Fernández, D.ª Gemma Fernández Gómez, D. Luis Gil García, D. Joaquín Manzanares, D. Guillermo Mañana, D. José Luis Marrón Jaquete, D. Ignacio Martínez, D. Juan Ramón Pérez Las Clotas, D. Ignacio Quintana Pedrós, D. Francisco Rodríguez, D.ª Trinidad Rodríguez Díez y D. Noel Zapico Rodríguez, presidido por D. Francisco Tuero Bertrand y actuando de secretario D. Adolfo Barthe Aza, acuerda conceder el Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 1997 a Castropol.
Castropol, villa y capital del concejo de su nombre, ha sido desde siempre un ejemplo de respeto a las mejores tradiciones ilustradas de Asturias, pero también referencia a unas formas de vida colectiva cuyas características se han proyectado sobre un grupo humano vital y despierto. Esta comunidad ha mantenido vivo el respeto hacia el patrimonio cultural que le fue legado históricamente, a la vez que ha puesto en marcha iniciativas de la más alta significación.
La Biblioteca Popular Menéndez Pelayo es, desde su fundación en los años veinte, una de las mejores bibliotecas públicas de todo el occidente astur. El Club de Mar, con casi medio siglo de existencia como entidad deportiva, ha sabido recoger aspectos esenciales de la vida marinera y pescadora de la ría. Con menos años, la fiesta del Corpus es también una expresión de la sensibilidad cultural y tradicional de sus gentes. En idéntica línea de inquietud cultural, destaca también el apoyo de la comunidad a la reparación de la iglesia parroquial y a la restauración del retablo de la Asunción, conocido popularmente como el de «la Marquesa», así como la cesión del Casino Teatro, por parte de la sociedad propietaria, para su restauración y uso como Casa de la Cultura. Factor también relevante es el respeto vecinal hacia la conservación y el mantenimiento del admirable carácter urbano de la villa, cuyos definidos perfiles pueden ser tomados como punto de referencia por tantas otras comunidades.
Oviedo, 10 de junio de 1997
Discurso del Príncipe en el acto de entreg a
Excmo. Sr. Presidente del Principado de Asturias,
Ilmo. Sr. Alcalde de Castropol,
Autoridades,
Excmo. Sr. Presidente de la Fundación Príncipe de Asturias,
Queridos vecinos,
Vengo hoy a Castropol para compartir con vosotros esta entrañable jornada y haceros entrega del Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias, por el que tanto habéis luchado en los últimos años.
Esta espléndida oportunidad de encontrarme cada año entre los hombres y mujeres de pueblos y villas del Principado, y conocer de cerca sus inquietudes, recorrer con ellos sus calles y plazas y participar de un mismo sentir, es para mí una experiencia inolvidable, a la que debo algunos de los mejores recuerdos de mis visitas a Asturias.
Gracias al Premio al Pueblo Ejemplar he tenido la ocasión de convivir con asturianos de la montaña, de la mar y del campo y compartir su generosidad y su cariño que guardo en lo más profundo de mi corazón. El acertado criterio del Jurado, al que quiero agradecer su difícil tarea, me proporciona la satisfacción de estar con vosotros, en este hermoso lugar que es cabeza y símbolo del occidente costero de Asturias y confín con Galicia a cuyos habitantes también envío desde aquí mi más afectuoso saludo.
La ría del Eo, de conmovedora belleza, frontera natural de dos Comunidades que han sabido ir de la mano a lo largo de los siglos, es marco y territorio de vuestro vivir. Castropol es, pues, referencia de la cordial cercanía de dos Comunidades fundamentales en la historia de España.
Entre otras virtudes, admiro en vosotros vuestro sentido del equilibrio entre serenidad e inquietud, tradición y capacidad renovadora, paz y tenacidad, que conviven en perfecta armonía en vuestra Historia y el presente.
Aquí nacieron hombres y mujeres de extraordinaria valía, como Fernando Villaamil, un héroe que luchó valerosamente por su patria hasta llegar al sacrificio de su propia vida, y el profesor de Química Fernández Luanco, que llegó a ser Rector de la Universidad de Barcelona. En otros momentos difíciles para España habéis sabido defenderla al promover la creación de un Regimiento de Infantería que luchó en la Guerra de Independencia.
Hoy sois famosos por vuestra dedicación a las actividades agrícolas tradicionales, a las nuevas y prósperas experiencias de turismo rural, y a la promoción de iniciativas empresariales innovadoras como el cultivo de árboles y plantas o el marisqueo.
No menos importantes son vuestras preocupaciones culturales, plasmadas en el Teatro Casino y su biblioteca, en la labor que realizáis de conservación del patrimonio artístico que revela la recuperación de la iglesia y sus retablos, así como de las vetustas calles empedradas que suben a lo más alto de la villa.
Quiero también referirme al entrañable encanto de las alfombras florales del Corpus y a la hermosísima playa de Penarronda, tantas veces distinguida por su calidad y valor natural. Es también conocida vuestra afición a la práctica entusiasta de los deportes náuticos –a través del veterano Club de Remo o del Club de Vela–, y más recientemente a los aéreos gracias al aeródromo de Arnao.
Me gustaría que el Premio al Pueblo Ejemplar fuese para vosotros no una meta, sino un sólido estímulo para insistir aun más en los méritos que os han llevado a lograr esta distinción. El pueblo castropolense debe seguir siendo ejemplar día a día, año tras año, porque este galardón es también una carga añadida de responsabilidad que desde hoy habréis de lucir con orgullo.
En el camino que conduce al bienestar común y al progreso general, la solidaridad y la convivencia en armonía son condiciones imprescindibles. El más brillante legado de Castropol ha sido su capacidad de unir, de sumar, de progresar y de dar en cada momento a los demás lo mejor de su ser. Os animo, pues, a que sigáis teniendo como norte la conservación de esos valores.
Vivís un momento crucial de vuestra historia. La mejora en las comunicaciones os ha acercado al resto del Principado y a Galicia; al mismo tiempo, la revolución experimentada por las tecnologías de la información os facilita el contacto instantáneo con cualquier otro lugar del planeta, y los cambios en el tejido económico y social del país, en sus hábitos de consumo y en sus tendencias generales de los ciudadanos, os afectan también de forma importante.
Tenéis además un valor añadido muy singular, que es consecuencia directa de la estratégica situación de vuestra villa y su entorno. Un territorio que fue pionero en las primeras labores de transformación del hierro, y en la explotación agrícola y ganadera.
Sigo muy de cerca los problemas de Asturias, y participo al tiempo de vuestras alegrías. Desde hace años habéis hecho un notable esfuerzo para superar las dificultades económicas que hoy, todo parece indicar, no ha sido en vano.
Queremos que el Principado tenga una economía llena de vitalidad, competitiva y creadora de riqueza y de trabajo, para aprovechar tantas energías que se pierden sobre todo por la falta de empleo de miles de personas, muchas de ellas jóvenes, que claman por una salida a su difícil situación.
Pero debemos tener muy presente, en cualquier circunstancia, que, para ser auténticamente libres, la prosperidad económica no es suficiente, pues son imprescindibles otros valores que nacen del sacrificio, del esfuerzo y de la generosidad. El bienestar debe ser general, accesible a todos y cada uno de los miembros de la sociedad, sin olvidar la necesaria atención por los que sufren, pues de lo contrario nuestra felicidad nunca estará completa.
Finalmente, quiero tener un cariñoso recuerdo para todas aquellas villas y lugares del Principado que han presentado sus candidaturas al Premio al Pueblo Ejemplar. Conozco la intensidad con que se vive en Asturias este galardón, y sé lo mucho que se trabaja, con las miras puestas en él, en la defensa y conservación del entorno natural, del patrimonio histórico, cultural y artístico, y en la realización de obras comunales.
Agradezco estos esfuerzos y animo a todos a continuar esta labor, pues si importante es el premio en sí mismo, también lo es la ejemplaridad de los que se esfuerzan por conseguirlo.
Sean ya mis últimas palabras de enhorabuena a todos vosotros, vecinos de Castropol, por esta distinción, y para aseguraros que ya no podré olvidar nunca este paisaje y la hospitalidad con que me habéis recibido.
Muchas gracias.
Discurso de agradecimient o
Intervención de D. Domingo Martínez, alcalde de Castropol
Alteza,
Excmo. Sr. Presidente del Principado de Asturias,
Excmo. Sr. Presidente de la Junta General del Principado,
Excmo. Sr. Delegado del Gobierno,
Sr. Presidente de la Fundación Príncipe de Asturias,
Sr. Presidente del Jurado del Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 1997,
Compañeros Alcaldes,
Señoras y señores todos,
Bienvenidos todos a Castropol. Bienvenidos serían siempre Su Alteza y todos los demás. Este pueblo así lo demostró a través de su larga historia, pero hoy es un día muy especial. Recibimos con honor, orgullo y gratitud el Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 1997. Gracias a la Fundación Príncipe de Asturias por la feliz instauración de este galardón. Gracias al jurado que este año eligió a Castropol. Un recuerdo entrañable en este momento para los finalistas ?El Carbayo? de Langreo y Navelgas de Tineo, recordándoles que Castropol fue finalista los dos años anteriores. Hay una expresión popular que dice: a la tercera fue la vencida.
Gracias, en fin, Alteza, por su visita y compañía en este día. Su presencia colma de alegría a este pueblo. El corazón de todos hoy es suyo. Su familia también tuvo relación con este pueblo. Su Majestad el Rey Don Alfonso XIII, bisabuelo de Su Alteza, acompañado de S.A.R. Don Carlos de Borbón, entonces Príncipe de Asturias, el 28 de julio de 1904 hizo casi el mismo recorrido que hacemos hoy; estuvo en el Muelle, en el Ayuntamiento, en la Iglesia y en este mismo parque. En 1925 S.A.R. el Príncipe de Asturias Don Alfonso visitó este concejo y en fechas más recientes (en el año 1983) sus hermanas las Infantas Doña Elena y Doña Cristina pasaron unos días en el Palacio Valledor de esta villa. El monumento al ilustre D. Fernando Villaamil que tenemos enfrente fue construido por suscripción popular que encabezó Su Majestad la Reina Regente con 1000 pesetas, seguida del Príncipe de Asturias con 750 y la Infanta Isabel con 500 pesetas. Como dato anecdótico, y por hacer una justa relación de las cantidades, he de decir a Su Alteza que el coste total de la obra fue de 73.043 pesetas. Su relación, Alteza, con Castropol continúa hasta hoy. Todos los años (y van catorce) organizamos una de las regatas de traineras más tradicionales del Cantábrico y que con honra y orgullo denominamos ?Bandera Príncipe de Asturias?. Por todo ello, este pueblo siempre le recuerda y sigue con cariño sus viajes. Que uno de estos viajes de Su Alteza tenga por destino Castropol llena de dicha a estas gentes que ven a Su Príncipe entre ellos.
No querría pasar la ocasión sin transcribir y hacer llegar a todos unas frases que me emocionaron en su día y que hoy siguen estando vivas y que fueron pronunciadas por Su Alteza en enero de 1983, al cumplir los quince años:
?No bastará que me considere yo a mí mismo bueno, sino que hará falta que lo diga todo el pueblo, no comprendo que se pueda ser Rey de una parte sólo del pueblo. Para mí la palabra democracia se parece mucho a libertad, es decir, que cada uno se sienta libre y pueda expresar lo que sienta?.
Estas palabras suyas, Alteza, permítame que se las apropie y enarbole como bandera hoy el pueblo de Castropol y que todos digan que es bueno y que, desde la libertad que Su Alteza comparaba a la democracia, exprese pleitesía a su Príncipe, Su Alteza el Príncipe Don Felipe, Príncipe de Asturias. Desde hoy el nombre de Su Alteza quedará ligado para la historia de Castropol, desde la firma en el libro de honor de nuestro Ayuntamiento, el paseo por nuestras calles; la presencia entre todos, aquí, ahora mismo, hacen que la fría placa que hace un momento descubrió Su Alteza no sea más que un símbolo, porque el recuerdo vivo en la mente de todos quedará grabado para siempre. En nombre de la Corporación Municipal que presido y en el de todo el pueblo de Castropol que represento, Alteza, gracias por su presencia entre nosotros. Nos honra y nos blasona para el futuro. Futuro que este pueblo desea para Su Alteza venturoso y feliz.
Castropol, villa y capital del concejo de su nombre, ha sido desde siempre un ejemplo de respeto a las mejores tradiciones ilustradas de Asturias, pero también referencia a unas formas de vida colectiva cuyas características se han proyectado sobre un grupo humano vital y despierto. Esta comunidad ha mantenido vivo el respeto hacia el patrimonio cultural que le fue legado históricamente, a la vez que ha puesto en marcha iniciativas de la más alta significación.
La Biblioteca Popular Menéndez Pelayo es, desde su fundación en los años veinte, una de las mejores bibliotecas públicas de todo el occidente astur. El Club de Mar, con casi medio siglo de existencia como entidad deportiva, ha sabido recoger aspectos esenciales de la vida marinera y pescadora de la ría. Con menos años, la fiesta del Corpus es también una expresión de la sensibilidad cultural y tradicional de sus gentes. En idéntica línea de inquietud cultural, destaca también el apoyo de la comunidad a la reparación de la iglesia parroquial y a la restauración del retablo de la Asunción, conocido popularmente como el de «la Marquesa», así como la cesión del Casino Teatro, por parte de la sociedad propietaria, para su restauración y uso como Casa de la Cultura. Factor también relevante es el respeto vecinal hacia la conservación y el mantenimiento del admirable carácter urbano de la villa, cuyos definidos perfiles pueden ser tomados como punto de referencia por tantas otras comunidades.
Oviedo, 10 de junio de 1997
Discurso del Príncipe en el acto de entreg a
Excmo. Sr. Presidente del Principado de Asturias,
Ilmo. Sr. Alcalde de Castropol,
Autoridades,
Excmo. Sr. Presidente de la Fundación Príncipe de Asturias,
Queridos vecinos,
Vengo hoy a Castropol para compartir con vosotros esta entrañable jornada y haceros entrega del Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias, por el que tanto habéis luchado en los últimos años.
Esta espléndida oportunidad de encontrarme cada año entre los hombres y mujeres de pueblos y villas del Principado, y conocer de cerca sus inquietudes, recorrer con ellos sus calles y plazas y participar de un mismo sentir, es para mí una experiencia inolvidable, a la que debo algunos de los mejores recuerdos de mis visitas a Asturias.
Gracias al Premio al Pueblo Ejemplar he tenido la ocasión de convivir con asturianos de la montaña, de la mar y del campo y compartir su generosidad y su cariño que guardo en lo más profundo de mi corazón. El acertado criterio del Jurado, al que quiero agradecer su difícil tarea, me proporciona la satisfacción de estar con vosotros, en este hermoso lugar que es cabeza y símbolo del occidente costero de Asturias y confín con Galicia a cuyos habitantes también envío desde aquí mi más afectuoso saludo.
La ría del Eo, de conmovedora belleza, frontera natural de dos Comunidades que han sabido ir de la mano a lo largo de los siglos, es marco y territorio de vuestro vivir. Castropol es, pues, referencia de la cordial cercanía de dos Comunidades fundamentales en la historia de España.
Entre otras virtudes, admiro en vosotros vuestro sentido del equilibrio entre serenidad e inquietud, tradición y capacidad renovadora, paz y tenacidad, que conviven en perfecta armonía en vuestra Historia y el presente.
Aquí nacieron hombres y mujeres de extraordinaria valía, como Fernando Villaamil, un héroe que luchó valerosamente por su patria hasta llegar al sacrificio de su propia vida, y el profesor de Química Fernández Luanco, que llegó a ser Rector de la Universidad de Barcelona. En otros momentos difíciles para España habéis sabido defenderla al promover la creación de un Regimiento de Infantería que luchó en la Guerra de Independencia.
Hoy sois famosos por vuestra dedicación a las actividades agrícolas tradicionales, a las nuevas y prósperas experiencias de turismo rural, y a la promoción de iniciativas empresariales innovadoras como el cultivo de árboles y plantas o el marisqueo.
No menos importantes son vuestras preocupaciones culturales, plasmadas en el Teatro Casino y su biblioteca, en la labor que realizáis de conservación del patrimonio artístico que revela la recuperación de la iglesia y sus retablos, así como de las vetustas calles empedradas que suben a lo más alto de la villa.
Quiero también referirme al entrañable encanto de las alfombras florales del Corpus y a la hermosísima playa de Penarronda, tantas veces distinguida por su calidad y valor natural. Es también conocida vuestra afición a la práctica entusiasta de los deportes náuticos –a través del veterano Club de Remo o del Club de Vela–, y más recientemente a los aéreos gracias al aeródromo de Arnao.
Me gustaría que el Premio al Pueblo Ejemplar fuese para vosotros no una meta, sino un sólido estímulo para insistir aun más en los méritos que os han llevado a lograr esta distinción. El pueblo castropolense debe seguir siendo ejemplar día a día, año tras año, porque este galardón es también una carga añadida de responsabilidad que desde hoy habréis de lucir con orgullo.
En el camino que conduce al bienestar común y al progreso general, la solidaridad y la convivencia en armonía son condiciones imprescindibles. El más brillante legado de Castropol ha sido su capacidad de unir, de sumar, de progresar y de dar en cada momento a los demás lo mejor de su ser. Os animo, pues, a que sigáis teniendo como norte la conservación de esos valores.
Vivís un momento crucial de vuestra historia. La mejora en las comunicaciones os ha acercado al resto del Principado y a Galicia; al mismo tiempo, la revolución experimentada por las tecnologías de la información os facilita el contacto instantáneo con cualquier otro lugar del planeta, y los cambios en el tejido económico y social del país, en sus hábitos de consumo y en sus tendencias generales de los ciudadanos, os afectan también de forma importante.
Tenéis además un valor añadido muy singular, que es consecuencia directa de la estratégica situación de vuestra villa y su entorno. Un territorio que fue pionero en las primeras labores de transformación del hierro, y en la explotación agrícola y ganadera.
Sigo muy de cerca los problemas de Asturias, y participo al tiempo de vuestras alegrías. Desde hace años habéis hecho un notable esfuerzo para superar las dificultades económicas que hoy, todo parece indicar, no ha sido en vano.
Queremos que el Principado tenga una economía llena de vitalidad, competitiva y creadora de riqueza y de trabajo, para aprovechar tantas energías que se pierden sobre todo por la falta de empleo de miles de personas, muchas de ellas jóvenes, que claman por una salida a su difícil situación.
Pero debemos tener muy presente, en cualquier circunstancia, que, para ser auténticamente libres, la prosperidad económica no es suficiente, pues son imprescindibles otros valores que nacen del sacrificio, del esfuerzo y de la generosidad. El bienestar debe ser general, accesible a todos y cada uno de los miembros de la sociedad, sin olvidar la necesaria atención por los que sufren, pues de lo contrario nuestra felicidad nunca estará completa.
Finalmente, quiero tener un cariñoso recuerdo para todas aquellas villas y lugares del Principado que han presentado sus candidaturas al Premio al Pueblo Ejemplar. Conozco la intensidad con que se vive en Asturias este galardón, y sé lo mucho que se trabaja, con las miras puestas en él, en la defensa y conservación del entorno natural, del patrimonio histórico, cultural y artístico, y en la realización de obras comunales.
Agradezco estos esfuerzos y animo a todos a continuar esta labor, pues si importante es el premio en sí mismo, también lo es la ejemplaridad de los que se esfuerzan por conseguirlo.
Sean ya mis últimas palabras de enhorabuena a todos vosotros, vecinos de Castropol, por esta distinción, y para aseguraros que ya no podré olvidar nunca este paisaje y la hospitalidad con que me habéis recibido.
Muchas gracias.
Discurso de agradecimient o
Intervención de D. Domingo Martínez, alcalde de Castropol
Alteza,
Excmo. Sr. Presidente del Principado de Asturias,
Excmo. Sr. Presidente de la Junta General del Principado,
Excmo. Sr. Delegado del Gobierno,
Sr. Presidente de la Fundación Príncipe de Asturias,
Sr. Presidente del Jurado del Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 1997,
Compañeros Alcaldes,
Señoras y señores todos,
Bienvenidos todos a Castropol. Bienvenidos serían siempre Su Alteza y todos los demás. Este pueblo así lo demostró a través de su larga historia, pero hoy es un día muy especial. Recibimos con honor, orgullo y gratitud el Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 1997. Gracias a la Fundación Príncipe de Asturias por la feliz instauración de este galardón. Gracias al jurado que este año eligió a Castropol. Un recuerdo entrañable en este momento para los finalistas ?El Carbayo? de Langreo y Navelgas de Tineo, recordándoles que Castropol fue finalista los dos años anteriores. Hay una expresión popular que dice: a la tercera fue la vencida.
Gracias, en fin, Alteza, por su visita y compañía en este día. Su presencia colma de alegría a este pueblo. El corazón de todos hoy es suyo. Su familia también tuvo relación con este pueblo. Su Majestad el Rey Don Alfonso XIII, bisabuelo de Su Alteza, acompañado de S.A.R. Don Carlos de Borbón, entonces Príncipe de Asturias, el 28 de julio de 1904 hizo casi el mismo recorrido que hacemos hoy; estuvo en el Muelle, en el Ayuntamiento, en la Iglesia y en este mismo parque. En 1925 S.A.R. el Príncipe de Asturias Don Alfonso visitó este concejo y en fechas más recientes (en el año 1983) sus hermanas las Infantas Doña Elena y Doña Cristina pasaron unos días en el Palacio Valledor de esta villa. El monumento al ilustre D. Fernando Villaamil que tenemos enfrente fue construido por suscripción popular que encabezó Su Majestad la Reina Regente con 1000 pesetas, seguida del Príncipe de Asturias con 750 y la Infanta Isabel con 500 pesetas. Como dato anecdótico, y por hacer una justa relación de las cantidades, he de decir a Su Alteza que el coste total de la obra fue de 73.043 pesetas. Su relación, Alteza, con Castropol continúa hasta hoy. Todos los años (y van catorce) organizamos una de las regatas de traineras más tradicionales del Cantábrico y que con honra y orgullo denominamos ?Bandera Príncipe de Asturias?. Por todo ello, este pueblo siempre le recuerda y sigue con cariño sus viajes. Que uno de estos viajes de Su Alteza tenga por destino Castropol llena de dicha a estas gentes que ven a Su Príncipe entre ellos.
No querría pasar la ocasión sin transcribir y hacer llegar a todos unas frases que me emocionaron en su día y que hoy siguen estando vivas y que fueron pronunciadas por Su Alteza en enero de 1983, al cumplir los quince años:
?No bastará que me considere yo a mí mismo bueno, sino que hará falta que lo diga todo el pueblo, no comprendo que se pueda ser Rey de una parte sólo del pueblo. Para mí la palabra democracia se parece mucho a libertad, es decir, que cada uno se sienta libre y pueda expresar lo que sienta?.
Estas palabras suyas, Alteza, permítame que se las apropie y enarbole como bandera hoy el pueblo de Castropol y que todos digan que es bueno y que, desde la libertad que Su Alteza comparaba a la democracia, exprese pleitesía a su Príncipe, Su Alteza el Príncipe Don Felipe, Príncipe de Asturias. Desde hoy el nombre de Su Alteza quedará ligado para la historia de Castropol, desde la firma en el libro de honor de nuestro Ayuntamiento, el paseo por nuestras calles; la presencia entre todos, aquí, ahora mismo, hacen que la fría placa que hace un momento descubrió Su Alteza no sea más que un símbolo, porque el recuerdo vivo en la mente de todos quedará grabado para siempre. En nombre de la Corporación Municipal que presido y en el de todo el pueblo de Castropol que represento, Alteza, gracias por su presencia entre nosotros. Nos honra y nos blasona para el futuro. Futuro que este pueblo desea para Su Alteza venturoso y feliz.
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