Me uno a las alabanzas bien merecidas que mis paisanos, y sobre todo amigos castropolenses, reciben por la ejemplar celebración de la fiesta del Santísimo Corpus Christi. También agradezco, como mi vecina de comentario, Ana Morán Ares, que esta bitácora de Ovidio Vila nos acerque la hermosura de las alfombras a los que no participamos doblando os cadriles y seguimos con nostalgia y, por qué no decir, con orgullo el gran esfuerzo y la hermosa fiesta.
El antiguo engalanamiento floral de las calles viene de viejo, como se puede comprobar en fotos antiguas de este mismo blog. Los más viejos del lugar, que cada vez somos menos y más cascados, aunque otros vienen empujando, recordamos ir a buscar un feixe de espadaña o un brazao de cioyo por regatos y noiros desde Fabal a Berbesa, desde a Regueira al Valin. Lo demás era el extranjero. Algunos que tenían antojana, jardín o huerta, aportaban, acaso, alguna, camelia, hortensia o cuerno. No había entonces pampillo, clavel, jazmín ni otras exquisiteces florales. Las neveras no pasaban de fresqueras a la sombra. Los jubilados no tenían pensión y el horario laboral pasaba de ocho horas. La imaginación no tenía tantos estímulos y nadie pensaba en concos, borras y virutas, plantillas y virguerías. Nunca faltó entusiasmo, pero el tiempo pasado no fue mejor. y cada año se superan todas las marcas, aunque siempre se piensa que se ha tocado techo. ¡Adelante y sursum corda!
Además del aroma y colorido de las alfombras hay otras dimensiones tanto o más hermosas que se han de subrayar y nunca perder.
Es una iniciativa popular no directamente inducida o controlada por ningún organismo de gobierno que recoge una tradición, pero no la fosiliza, cada año se enriquce a si misma. Otras actividades y asociaciones populares han sido absorbidas, asfixiadas o manipuladas.
Es una acción comunitaria abierta a todos los vecinos y que distribuye juego según los gustos y capacidades de cada uno. Aquel acarrexa, el outro esfoya, el más experto diseña y nun falta el chistoso que ameniza la historia. Seguro que es una ocasión para una charla multicolor entre vecinos que a lo largo del año tienen escasas ocasiones para poco más que ¡hola qué tal! Como se trata de el Corpus no habrá mucha tentación al contubernio del dixome dixome maldiciente.
Los medios de comunicación difunden y elogian el acontecimiento, aunque nuestra zona merecería más cobertura mediática,porque, aunque el buen paño se vende en el arca, un poco de es caparate nunca sobra. El Corpus de Castropol atrae a centenares de peregrinos y turistas y a veces algún comando de nuestros artistas es reclamado, incluso allende fronteras, para presentar sus primores. Es una satisfacción para todos nosotros, incluidos restauradores y otros pequeños negocios.
Me parece reseñar, muy positivamente, el hecho de que vengan espías de pueblos cercanos y lejanos para aprender y copiar. Con buen estilo, no se guardan secretos ni trucos. La fe, la luz y el bien aumentan si se comparten.
Creo que de eso se trata en el Corpus Christi. Esta fiesta nació en Bélgica en el siglo XIII. En la Grand Place de Bruselas se extiende todos cada año una gran alfombra de flores de fama universal. La fe en la presencia de Jesús en la Eucaristía es el motivo radical, troncal y floral de la movida del Corpus. La fiesta no tapa lo festejado. Las alfombras no esconden el suelo y reflejan el cielo.
Ana Maria Moran Ares -
Las alfombras preciosas!!! me gusta en especial esta por su colorido, por el contraste de tonos y lo vivos que son! Lástima que a través de la web no se perciba ese perfume mezcla de miles de olores que caracteriza e identifica tambien la fiesta del Corpus en Castropol. Gracias, como siempre, Ovidio, por "acercarnos" los acontecimientos del pueblo a los que estamos fuera! Saludos!!!
2 comentarios
legaspi -
Me uno a las alabanzas bien merecidas que mis paisanos, y sobre todo amigos castropolenses, reciben por la ejemplar celebración de la fiesta del Santísimo Corpus Christi. También agradezco, como mi vecina de comentario, Ana Morán Ares, que esta bitácora de Ovidio Vila nos acerque la hermosura de las alfombras a los que no participamos doblando os cadriles y seguimos con nostalgia y, por qué no decir, con orgullo el gran esfuerzo y la hermosa fiesta.
El antiguo engalanamiento floral de las calles viene de viejo, como se puede comprobar en fotos antiguas de este mismo blog. Los más viejos del lugar, que cada vez somos menos y más cascados, aunque otros vienen empujando, recordamos ir a buscar un feixe de espadaña o un brazao de cioyo por regatos y noiros desde Fabal a Berbesa, desde a Regueira al Valin. Lo demás era el extranjero. Algunos que tenían antojana, jardín o huerta, aportaban, acaso, alguna, camelia, hortensia o cuerno. No había entonces pampillo, clavel, jazmín ni otras exquisiteces florales. Las neveras no pasaban de fresqueras a la sombra. Los jubilados no tenían pensión y el horario laboral pasaba de ocho horas. La imaginación no tenía tantos estímulos y nadie pensaba en concos, borras y virutas, plantillas y virguerías. Nunca faltó entusiasmo, pero el tiempo pasado no fue mejor. y cada año se superan todas las marcas, aunque siempre se piensa que se ha tocado techo. ¡Adelante y sursum corda!
Además del aroma y colorido de las alfombras hay otras dimensiones tanto o más hermosas que se han de subrayar y nunca perder.
Es una iniciativa popular no directamente inducida o controlada por ningún organismo de gobierno que recoge una tradición, pero no la fosiliza, cada año se enriquce a si misma. Otras actividades y asociaciones populares han sido absorbidas, asfixiadas o manipuladas.
Es una acción comunitaria abierta a todos los vecinos y que distribuye juego según los gustos y capacidades de cada uno. Aquel acarrexa, el outro esfoya, el más experto diseña y nun falta el chistoso que ameniza la historia. Seguro que es una ocasión para una charla multicolor entre vecinos que a lo largo del año tienen escasas ocasiones para poco más que ¡hola qué tal! Como se trata de el Corpus no habrá mucha tentación al contubernio del dixome dixome maldiciente.
Los medios de comunicación difunden y elogian el acontecimiento, aunque nuestra zona merecería más cobertura mediática,porque, aunque el buen paño se vende en el arca, un poco de es caparate nunca sobra.
El Corpus de Castropol atrae a centenares de peregrinos y turistas y a veces algún comando de nuestros artistas es reclamado, incluso allende fronteras, para presentar sus primores. Es una satisfacción para todos nosotros, incluidos restauradores y otros pequeños negocios.
Me parece reseñar, muy positivamente, el hecho de que vengan espías de pueblos cercanos y lejanos para aprender y copiar. Con buen estilo, no se guardan secretos ni trucos. La fe, la luz y el bien aumentan si se comparten.
Creo que de eso se trata en el Corpus Christi. Esta fiesta nació en Bélgica en el siglo XIII. En la Grand Place de Bruselas se extiende todos cada año una gran alfombra de flores de fama universal. La fe en la presencia de Jesús en la Eucaristía es el motivo radical, troncal y floral de la movida del Corpus. La fiesta no tapa lo festejado. Las alfombras no esconden el suelo y reflejan el cielo.
Ana Maria Moran Ares -