Estas personas son frecuentes en el paisaje del álbum. Pertenecen a dos o tres familias muy próximas entre si, pero que no llegan, creo, a la parentela de sangre, pero sí a un cierto espiritual parentesco. El triángulo de apellidos podría situarse así: Pérez Magdalena, Villamil Villar y Murias Conde. Tienen una presencia significativa en la vida castropolense del siglo XX, aunque, gracias a Dios, perduran vástagos. Alguno de ellos será, supongo, el que nos acerca la imagen de sus ancestros. El traerlos aquí a este espacio informático que gestiona Ovidio Vila es una aportación interesante y, a mi criterio, de agradecer por todos los castropolinos. Todos y cada uno formamos por igual la urdimbre de la historia del pueblo, prescindiendo nobles motes o emperejilados taburetes. Por eso pienso que los documentos aquí recogidos deben ser acompañados de algún comentario que vaya un pelín más allá de la sencilla descripción personal. Por ejemplo decir que en una fotografía de izquierda a derecha se sientan, Pepe y José, Dolores y Lola, Lolo y Manuel, Conchita y Concepción no ayuda demasiado para que sean identificados por los de la generación siguiente. En la fotografía que ahora nos acompaña : ¿Quién es Tatán? En otro lugar aparece tocado de sombrero con aspecto de ejecutivo vip o, acaso, de detective. Conchita ¿de cuálos Murias? ¿De los Murias Conde, de los Travieso, de los Jonte ? Si ponemos Fernando Villamil, pensamos en la Estatua, ¿son parientes? Al hablar de Antonio Pérez, es claro que no pensamos en Felipe II, pero, si decimos el don Segis, el notario, ya sabemos que hubo un notario de tal nombre. A mi me gustaría conocer algo de Antonio Villamil militar que tengo oído enchufaba a mozos castropolenses que les tocaba servir por mar y que también, cuando la guerra, amortiguó las penas de algún represaliado. Su abuelo, Villar, el padre, creo, de doña Mariquiña era un gran fotógrafo que ha recogido el paisaje y el paisanaje de Castropol en muchas artísticas fotos, algunas en esta colección. Charo y Albertín están protegidos por la ley de menores. Estos pequeños apuntes nada de tesis doctorales- que todos, con frecuencia y precisión, con sencillo y variopinto estilo, incluso con faltas a la gramática, vamos comentando a pie de foto, son la curiosa crónica del pueblo, de tu pueblo.
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legaspi -
Estas personas son frecuentes en el paisaje del álbum. Pertenecen a dos o tres familias muy próximas entre si, pero que no llegan, creo, a la parentela de sangre, pero sí a un cierto espiritual parentesco. El triángulo de apellidos podría situarse así: Pérez Magdalena, Villamil Villar y Murias Conde. Tienen una presencia significativa en la vida castropolense del siglo XX, aunque, gracias a Dios, perduran vástagos. Alguno de ellos será, supongo, el que nos acerca la imagen de sus ancestros.
El traerlos aquí a este espacio informático que gestiona Ovidio Vila es una aportación interesante y, a mi criterio, de agradecer por todos los castropolinos.
Todos y cada uno formamos por igual la urdimbre de la historia del pueblo, prescindiendo nobles motes o emperejilados taburetes.
Por eso pienso que los documentos aquí recogidos deben ser acompañados de algún comentario que vaya un pelín más allá de la sencilla descripción personal. Por ejemplo decir que en una fotografía de izquierda a derecha se sientan, Pepe y José, Dolores y Lola, Lolo y Manuel, Conchita y Concepción no ayuda demasiado para que sean identificados por los de la generación siguiente.
En la fotografía que ahora nos acompaña : ¿Quién es Tatán? En otro lugar aparece tocado de sombrero con aspecto de ejecutivo vip o, acaso, de detective. Conchita ¿de cuálos Murias? ¿De los Murias Conde, de los Travieso, de los Jonte ? Si ponemos Fernando Villamil, pensamos en la Estatua, ¿son parientes? Al hablar de Antonio Pérez, es claro que no pensamos en Felipe II, pero, si decimos el don Segis, el notario, ya sabemos que hubo un notario de tal nombre. A mi me gustaría conocer algo de Antonio Villamil militar que tengo oído enchufaba a mozos castropolenses que les tocaba servir por mar y que también, cuando la guerra, amortiguó las penas de algún represaliado. Su abuelo, Villar, el padre, creo, de doña Mariquiña era un gran fotógrafo que ha recogido el paisaje y el paisanaje de Castropol en muchas artísticas fotos, algunas en esta colección. Charo y Albertín están protegidos por la ley de menores.
Estos pequeños apuntes nada de tesis doctorales- que todos, con frecuencia y precisión, con sencillo y variopinto estilo, incluso con faltas a la gramática, vamos comentando a pie de foto, son la curiosa crónica del pueblo, de tu pueblo.