He participado en numerosas procesiones en las más diversas parroquias de Asturias. Con mucha frecuencia los fieles se manifiestan en grupo que marchan en turba multa o se marginan de mirones. En pocas, por no decir en ninguna, he observado el orden, tan ordenado, de proceder como en Castropol. Delante van la cruz y los ciriales, luego, los niños, a continuación los mayores, mujeres y hombres, antaño diferenciados y hoy, mucho mejor, más entreverados, pero siempre en fila india no intermitente. Cerrando el cortejo, no debajo o pegado a las andas de la última imagen, camina el preste con capa pluvial, flanqueado por diácono y subdiácono, si los hubiere, revestidos con sus dalmáticas. Inmediatamente detrás, en atrapar la calle, van las autoridades civiles o de cofradía, si asisten.. Cierra el desfile la banda de música. Las imágenes van convenientemente distribuidas por el pasillo central a lo largo de toda la comitiva. Ni que decir tiene que el cortejo discurre en discreto y respetuoso silencio, si no hubiere rezos o cantos comunitarios. En la fotografía apreciamos un pequeño desajuste en el orden. Se nota el final de las colas y un conato de barullo. Sin duda, el clero precipitó el paso y abandonó tras el la feligresía. No son pecado otras formas de proceso, pero bien está lo que mejor parece o viceversa. Conservemos lo que, como bueno, otros aprecian y los castropoleiros sigamos formales y en fila -no enfilados-, la procesión.
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legaspi -
He participado en numerosas procesiones en las más diversas parroquias de Asturias. Con mucha frecuencia los fieles se manifiestan en grupo que marchan en turba multa o se marginan de mirones. En pocas, por no decir en ninguna, he observado el orden, tan ordenado, de proceder como en Castropol.
Delante van la cruz y los ciriales, luego, los niños, a continuación los mayores, mujeres y hombres, antaño diferenciados y hoy, mucho mejor, más entreverados, pero siempre en fila india no intermitente. Cerrando el cortejo, no debajo o pegado a las andas de la última imagen, camina el preste con capa pluvial, flanqueado por diácono y subdiácono, si los hubiere, revestidos con sus dalmáticas. Inmediatamente detrás, en atrapar la calle, van las autoridades civiles o de cofradía, si asisten.. Cierra el desfile la banda de música.
Las imágenes van convenientemente distribuidas por el pasillo central a lo largo de toda la comitiva. Ni que decir tiene que el cortejo discurre en discreto y respetuoso silencio, si no hubiere rezos o cantos comunitarios.
En la fotografía apreciamos un pequeño desajuste en el orden. Se nota el final de las colas y un conato de barullo. Sin duda, el clero precipitó el paso y abandonó tras el la feligresía.
No son pecado otras formas de proceso, pero bien está lo que mejor parece o viceversa. Conservemos lo que, como bueno, otros aprecian y los castropoleiros sigamos formales y en fila -no enfilados-, la procesión.