Por la época a la que creo corresponden estas fotografías (mediados los años 20 y hasta bien iniciados los 30 del pasado y muy revuelto siglo XX), los pueblos de la Ría del Eo sufrían una epidemia de cursilería de la que estos títulos espontáneamente atribuidos por el fotógrafo o por quien vino tras el fotógrafo con ansias de bautizar, constituyen una prueba palmaria. Por lo que revelan los diarios de la época (conozco en especial el "Castropol" y "El Aldeano", muchas personas se autoprohibieron decir las cosas con sencillez. Lo que parecía un acicate para las sinapsis, muchas veces derivó hacia el fato ludibrio. Al leer estas cosas, con una perspectiva de casi un siglo, sonreímos. Si pusiésemos en marcha la máquina del tiempo, y volviésemos a tal época, probablemente ya no nos haría tanta gracia. Aunque del contexto sociopolítico no digo nada porque barrunto que no era muy distinto al actual, por desgracia, claro.
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Antonio Murias Vila -