El año pasado (para ser más exactos el 19/06/2018) se puso de manifiesto en este mismo blog el deterioro del mural de cerámica que se encuenrtra en la plaza del Cruzadero, y que conmemora la concesión a Castropol del Premio al Pueblo Ejmemplar de Asturias y la consiguiente visita del entonces Príncipe de Asturias en 1997:
Debo decir que en su momento el material cerámico con que está hecha la placa ya me hizo albergar temores sobre su futura durabilidad y las dificultades para su mantenimiento. Temores que el tiempo ha confirmado.
Tal vez alguien nos pueda informar sobre el estado actual del monumento. Y si el ayuntamiento ha hecho algo desde que se denunció mal su estado, hace ya un año.
Por otra parte, el valor estético del mural no es nulo, sino negativo. Su animación multicolor como una mecedonia de frutas, y su estilo infantiloide son frontalmente discrodantes con la arquitectura del núcleo urbano de Castropol.
Concretamente, detrás del mural está el palacio blasonado y señorial de Villa Rosita, con cuya arquitectura deciochesca, robusta, elegante y solemne no encaja de ninguna manera.
Tampoco hay integración posible con la arquetectura tradicional del resto de de los edificios de la palza, con balcones y galeraías típicos.
Por último el material cerámico del mural tiene una textura plástica también discordante con los materiales tradicionales de la plaza y las edificaciones: piedra, madera, tejados de pizarra y verjas de hierro.
No debemos obviar que esta estética tradicional y concreta (con particularidades que la hacen diferente a la de otros lugares) del núcleo urbano de Castropol es objeto de una estricta protección urbanística. Protección que tienen que sufrir todos los vecinos, por ejemplo cuando desean construir o reformar una edificación de su propiedad. Y hasta extremos surrealistas, debido al exceso de celo de determianodos técnicos municipales talibanes que no tienen pudor en crujir a los vecinos con exigencias que rayan lo arbitrario.
Para que luego venga esa misma administración municipal que aplica la norma urbanística y se la pase por el arco del triunfo colocando murales como ese. Entonces parece que esos mismos técnicos municipales, no es ya que no apliquen el mismo listón talibán en la interpretación de la norma, sino que directamente hacen la vista gora y no aplican la norma. Se atreven con el vecino, pero no con el alcalde de turno, con el Principado de ASturias ni con la Fundación Principe de Asturias.
Personalmenrte soy partidario de que no se gaste ni un centimo de dinero público en mantener un monumento mal diseñado (no durable), antiestético y que no pega ni con cola con la estética del entorno. Sino en todo caso quitarlo y poner en su lugar una placa de piedra o metal al uso integrada con el entorno.
1 comentario
José de Mingo -
http://castropol.blogia.com/2018/061905-el-pueblo-ejemplar-se-nos-cae-a-trozos..php
Debo decir que en su momento el material cerámico con que está hecha la placa ya me hizo albergar temores sobre su futura durabilidad y las dificultades para su mantenimiento. Temores que el tiempo ha confirmado.
Tal vez alguien nos pueda informar sobre el estado actual del monumento. Y si el ayuntamiento ha hecho algo desde que se denunció mal su estado, hace ya un año.
Por otra parte, el valor estético del mural no es nulo, sino negativo. Su animación multicolor como una mecedonia de frutas, y su estilo infantiloide son frontalmente discrodantes con la arquitectura del núcleo urbano de Castropol.
Concretamente, detrás del mural está el palacio blasonado y señorial de Villa Rosita, con cuya arquitectura deciochesca, robusta, elegante y solemne no encaja de ninguna manera.
Tampoco hay integración posible con la arquetectura tradicional del resto de de los edificios de la palza, con balcones y galeraías típicos.
Por último el material cerámico del mural tiene una textura plástica también discordante con los materiales tradicionales de la plaza y las edificaciones: piedra, madera, tejados de pizarra y verjas de hierro.
No debemos obviar que esta estética tradicional y concreta (con particularidades que la hacen diferente a la de otros lugares) del núcleo urbano de Castropol es objeto de una estricta protección urbanística. Protección que tienen que sufrir todos los vecinos, por ejemplo cuando desean construir o reformar una edificación de su propiedad. Y hasta extremos surrealistas, debido al exceso de celo de determianodos técnicos municipales talibanes que no tienen pudor en crujir a los vecinos con exigencias que rayan lo arbitrario.
Para que luego venga esa misma administración municipal que aplica la norma urbanística y se la pase por el arco del triunfo colocando murales como ese. Entonces parece que esos mismos técnicos municipales, no es ya que no apliquen el mismo listón talibán en la interpretación de la norma, sino que directamente hacen la vista gora y no aplican la norma. Se atreven con el vecino, pero no con el alcalde de turno, con el Principado de ASturias ni con la Fundación Principe de Asturias.
Personalmenrte soy partidario de que no se gaste ni un centimo de dinero público en mantener un monumento mal diseñado (no durable), antiestético y que no pega ni con cola con la estética del entorno. Sino en todo caso quitarlo y poner en su lugar una placa de piedra o metal al uso integrada con el entorno.