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Desenfrenos en la ría del Eo

13 de Septiembre del 2020 - Antonio Valle Suárez (Castropol)

La llegada de las redes sociales a nuestras manos hace unos años nos puso en bandeja de plata las comunicaciones entre grupos de seguidores o followers. Desde entonces, con el más mínimo de los esfuerzos, te puedes enterar de todo lo que se menea, desde la puerta de tu casa, a lo largo del planeta y fuera de él, sin moverte de la cama siquiera. Puedes estar confraternizando desde ella, desde la cocina, la terraza, la playa, el mar o hasta desde el mismísimo excusado. Se acabó la necesidad de tener que salir a la compra, a paseo, al bar, a las tertulias en directo con los amigos, para poder enterarse de todo lo que sucede. Todo, todo lo que te puedas imaginar, de una u otra forma, está en las redes al alcance de todos. Todo este cambio garrafal en la información de caleya, nacional e internacional, en todos los campos -las llamadas news-, ahí la tenemos a golpe de tecla, sin necesidad de sintonizar radios, televisiones o comprarnos periódicos.

Creo que los más disgustados y a contrapelo con este tremendo cambio generacional estamos siendo los mayores. Sin ir más lejos, el grupo que formamos media docena de jubilados en nuestro diario paseo, capitaneados por nuestro pesado amigo Bras, así lo palpa. Hablamos mucho y de casi todo, pero ahora, con las mascaritas que usamos, sentimos que merman nuestras palabras e incluso se modifica el tono de las mismas, teniendo que mirar, a veces, al interlocutor para saber quién es el que habla. Bras es el único que mantiene la figura con su voz radiofónica. A propósito, en nuestra última salida de paseo hasta el Molín de as Acías, Bras nos fue platicando con un tema de rabiosa actualidad, aparte del de las redes, en las márgenes de la ría del Eo, en esta canícula. Nos dijo: "¿Qué os parece el tráfico este verano en la ría, sobre todo en este mes de agosto? Nunca tal se vio en nuestra dilatada vida. Mirad, docenas y docenas de embarcaciones de todo tipo: yates, lanchas, botes a vela -de siempre estos en la ría-, chalanos, piraguas... la surcan sin control ahora por sus cuatro puntos cardinales. Sin respeto alguno, las motos de agua a todo gas los van sorteando a todos para no colisionar levantando, junto a otras rápidas embarcaciones, olas que amenazan con echar a pique a las más pequeñas, muchas de ellas cargadas de niños y gobernadas por inconscientes mayores. Lo nunca visto. Este año navegan de día y de noche. La otra noche, con calor sofocante, no podía dormir y bajé a darme un paseo hasta el muelle. De la oscuridad venía una música al alta la lleva, con una letra que me perturbó: '...ella es callaíta pero pa'l sexo es atrevida, yo sé, marihuana y bebida gozándose la vida...'. Pronto se dejaron ver dos embarcaciones navegando en paralelo, vertiendo música, llenas de luz, con jóvenes bailando en su interior y en cubierta. Pasaron bordeando la costa con rumbo desenfrenado hacia la ensenada de Llan. Allí suelen fondear, amarradas por los costados, hasta más de media docena de embarcaciones por las que se salta de una a otra, mezclándose en una bacanal. Yo me pregunto -prosiguió Bras- ¿no habrá autoridad alguna que ponga coto a estos desenfrenos que se producen de día y de noche en nuestra ría en este mes de agosto?, porque en otros meses sí que está más vigilado. De seguir así surgirá algún abordaje que traerá alguna desgracia. Para poder gobernar cualquier embarcación habría de exigirse un título de competencia marinera, acorde a los metros de eslora de la embarcación y su potencia, lo mismo que se exige para un vehículo terrestre a motor. Con él, y con los conocimientos que conlleva, evitará el patrón colisionar, abordar a otras embarcaciones, quedar varado a bajamar y demás posibles accidentes que suelen ocurrirle al no ducho en la materia". Y terminó su arenga Bras con esta pregunta: "¿Cómo es posible que cualquier ciudadano de a pie, mostrando su simple carné de identidad, pueda presentarse en el muelle, alquilar una embarcación de hasta 5 metros de eslora y lanzarse a navegar sin más, con el inmenso peligro que ello conlleva?".

Llegué a casa pensando que Bras ahora, a sus años, sentía envidia hacia esas diversiones de los jóvenes y, con la desconfianza que dan los años, hurgué en las redes sociales a mi alcance para ver qué había de verdad en lo dicho por Bras. Me quedé de piedra al leer en una página del Gobierno de España, Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, lo siguiente: "Titulaciones de recreo. No se necesitará titulación náutica de recreo para el gobierno de embarcaciones a motor con una potencia máxima de 15 CV y hasta 5 metros de eslora, las de vela hasta 6 metros de eslora...".

Por mi parte, una vez sabido esto, solo me queda pedirle a Dios el tener conocimiento de cuándo va a salir a la ría, guiado por manos inexpertas, algún pepino de esas características, para dar aviso a familiares y amigos rogándoles se queden en la orilla. Esa legislación, a mi pobre entender de jubilado, es como poner un tráiler de 30 toneladas, o una ametralladora cargada, en manos indocumentadas que, casi siempre, suelen ser inexpertas. Como siempre vendrán las lamentaciones por parte de todos cuando ocurra algún desgraciado siniestro y, entonces, ya será demasiado tarde. Agosto ya ha pasado, pero las autoridades competentes debieran de ir legislando con cabeza y buen pulso para el que viene.

6 comentarios

Juan Martínez -

Creo que ya hemos visto todos que para determinados individuos, la necesidad de disponer de un título universitario se 'arregla' con un máster en la Universidad Rey Juan Carlos I (pública) o una tesis doctoral en la Universidad Camilo José Cela (privada) o la Universidad Carlos III (pública). Y en cuanto a la experiencia profesional se 'arregla' con un puesto de asesor en una concejalía, una junta de distrito o una consejería, cuando no un puestazo de jefe de gabinete del alto representante de la ONU en Bosnia sin necesidad de tener ninguna experiencia previa reseñable.

De modo que no creo que el problema sea realmente la falta de un título universitario o una experiencia laboral acreditable para acceder a los puestos de máxima responsabilidad.

El problema es anterior, mucho más grave y de muchísimo más difícil solución. Es la persistencia en España de unas élites extractivas que gracias a los padrinos y contactos oportunos permiten acceder a unos títulos oficiales y unos trabajos a dedo (puestos de confianza) pagados con dinero público a los que el común de los esforzados mortales nunca tendrá acceso, para a continuación, o a la vez, medrar dentro de la estructura interna de un partido político. La elección del partido probablemente no corresponde siempre con los inexistentes ideales personales, sino más bien con aquel partido en que se tienen más y mejores padrinos.

Y esto probablemente no es de aplicación sólo a dos o tres casos de máximo nivel político de los dos principales partidos. Sino un cáncer que corroe todo nuestro sistema político y administrativo, dando lugar a unos dirigentes educados desde su más tierna infancia en el nepotismo, el tráfico de influencias, el intercambio de favores, la antimeriticracia y la ausencia de toda honradez.

Tampoco es esto un problema nuevo. Desde el conde-duque de Olivares está ya todo inventado. Este sistema realmente no ha cambiado en su esencia desde entonces, lo que pone de manifiesto su grandísima longevidad y robustez.

Antonio Murias Vila -

¿Cómo es posible que cualquier ciudadano, mostrando su DNI, pueda alquilar una embarcación de hasta 5 m de eslora, dotada con un motor de hasta 15 CV de potencia? Pues ello es posible porque la norma se lo permite.
Si alguien se escandaliza por tal norma, no tiene más que plantear su reforma, lo que está al alcance de cualquier ciudadano que desee encabezar un movimiento político en tal sentido.
Y sin lugar a dudas tendría éxito, porque en los tiempos actuales cualquier mentecatez merece atención desmesurada, mientras que los temas verdaderamente importantes son procrastinados sistemáticamente.
Así, mientras se hacen la pregunta anteriormente enunciada, y proceden a darle trámite, se olvidan de otras del siguiente jaez: ¿Cómo es posible que cualquier ciudadano, mostrando su DNI, sin estudios y sin haber trabajado en su vida, pueda acceder a los mayores puestos de responsabilidad de un estado que es una potencia de tamaño medio?
Pues bien, la cosa no acaba ahí: resulta que los destrozos que pueda llegar a causar el audaz aprendiz de navegante suelen estar cubiertos por una compañía de seguros de acreditada solvencia. Pero las catástrofes, tragedias, desastres y pufos que puedan resultar de la mala gestión de un patán descerebrado con cargo político, no hay compañía aseguradora en el orbe que esté dispuesta a asumirlos.
… Y no pasa nada.
En todo caso, puestos a pedir cosas al Altísimo y a rezar y darle gracias, mejor hacerlo por cuestiones que tengan más sustancia. De minimis non curat praetor.

Juan Martínez -

Por otra parte, compruebo que la legislación en vigor permite a una persona en ningún título náutico alejarse hasta 2 millas náuticas de puerto o abrigo en una embarcación de vela de hasta 6 m de eslora sin motor. O en una de hasta 5 m con un motor limitado a 11,26 kW. Si se dispone del 'titulín' la potencia del motor aumenta hasta 40 kW, aunque incomprensible al tener este título la zona de navegación se restringe a 'zonas delimitadas'. Y ya con la Licencia de Navegación se permite disponer de un motor sin límite de potencia, aunque manteniendo el límite de 6 m de eslora y 2 millas náuticas.

Compruebo por otra parte que la distancia entre la ría del Eo y el puerto de Tapia es menor a 4 millas náuticas. Y es evidente que disponer de un motor con potencia suficiente es un elemento de seguridad en el mar. Y más en navegaciones en costas de peligrosos acantilados como los existentes entre la ría y Tapia y en general en casi todo el Cantábrico.

De modo que para disponer de un elemento de seguridad tan fundamental como es un motor en el mar se exige una titulación. Y cuanta más potencia, más titulación se requiere. De modo que a las personas sin ninguna o con menor titulación se les restringe un elemento de seguridad elemental fuera de puerto o abrigo como es el motor, pero sin embargo no se les limita la eslora ni las zonas de navegación.

Demos gracias a Dios porque todos esos navegantes sin titulación ni experiencia ni conocimientos prácticos no salgan en masa a navegar fuera de la ría sin motor. Por ejemplo para ir a Tapia, o a Rinlo a comerse un arroz con bogavante.

Victor de Primote -

Creo que la anecdota fue con mi bisabuelo, Pedro Díaz García "Primote". Y la anecdota tiene relación con el examen que tuvo que realizar al motorizar la lancha de pasaje.

Juan Martínez -

Pues yo siento disentir.

Los títulos náuticos en España están basados en el conocimiento teórico del Reglamento Internacional para Prevenir Abordajes. Este reglamento se basa principalmente en determinar o no si existe peligro de colisión entre nuestro buque y otro segundo buque observando si a lo largo de un tiempo bastante largo varía o no la marcación de dicho segundo buque vista desde el nuestro. Esto si varía el ángulo entre nuestro rumbo y la visual con el segundo buque. Esto tiene sentido para la navegación en el mar, en la cual ante la amplitud y falta de límites y obstáculos a la navegación y por economía y rapidez se trazan rumbos rectos mantenidos durante mucho tiempo.

Sin embargo, en una ría cerrada, estos conocimientos tienen muy poca utilidad. Y la clave es tener una buena formación práctica en el manejo y la maniobrabilidad de la embarcación. Y en mi opinión este conocimiento práctico actualmente no lo proporciona ni el PER.

De modo, que la titulitis náutica únicamente tendría un efecto beneficioso sobre la seguridad en la ría al suponer un descenso del número de embarcaciones, y por tanto de las probabilidades de colisión.

Recuerdo una anécdota contada por nuestros mayores. Cuando la marina mercante empezó a aplicar la titulitis náutica, decidió examinar a todos los marineros y pescadores de los pueblos. En el caso de un experimentado marinero castropolense, que creo recordar que era de la familia Primote, el examinador le preguntó qué haría si varaba en un tesón a lo que este respondió "boto risón e chamo angelote" ante la incomprensión del examinador que no sabía qué era un risón. Esta anécdota, que seguro que conocen y me pueden corregir muchas personas en Castropol, ilustró durante varias generaciones de castropolenses la inutilidad de la titulitis náutica frente al conocimiento práctico y la experiencia. Y yo estoy totalmente de acuerdo con ella.

Nano -

Qué razón tienes Antonio ,pero que políticos le ponem el cascabel al gato? ¿Ría de Ribadeo o Ria del Eo? .unos por otros las mangas por los hombros .Yo que anduve en embarcaciones ya hace años , de Remo y vela nos abasayaban a las lanchas " rápidas" fíjate tú al día de hoy lo que hay por la ría de Ribadeo o del eo