HE REGRESADO A TI , RETORNO
He regresado a ti,
igual que un hijo pródigo,
trayendo cual cilicio
hincado entre mis carnes,
la duda de no ser reconocido.
Pero llegué y te vi,
lloré,
y me miraste
con la pupila gris
de tus tejados,
y dejaste caer,
igual que entonces,
tenues gotas de lluvia
en el asfalto,
(Antifaz y mortaja
de mis piedras de antes).
Sonreíste materna
(con la misma sonrisa
de los viejos portales)
al abrirme los brazos
tortuosos de tus calles.
Entonces, supe sí,
que me habías conocido y corrí a
cobijarme en las esquinas
como aquel débil niño y aquel
joven de antaño.
Me abrazaste y me hablaste
con tu voz de silencio, y
jadeante de brisas
me dijiste:
Entra en mi corazón,
tu vieja Iglesia;
reza, agradece y llora,
porque has visto,
que no ha pasado el tiempo,
y lo exterior no es nada.
Que lo que es ir inmutable
y es eterno,
permanece,
(cicatriz incurable
en el recuerdo )
AMADOR GARCIA ACEBO
(Junio, 1981)
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