MI ULTIMO ADIOS
A mi villa, Castropol
Dile amigo:
Que nunca volveré.
Que no me espere.
Suplícale:
que quiera recordarme
y que no borre
mis huellas de sus calles,
ni amordace
mi risa adolescente
oculta en sus portales.
¡Que si me fui muy lejos
nunca dejé de amarla!
Ruégale amigo:
que me deje habitar
como una sombra
(una sombra sin sombra)
sus pinares.
Que me deje:
Gritar, cantar, correr,
entre sus vientos.
Caller, dormir, llorar,
en sus tejados.
¡Que me deje habitar,
ya, para siempre,
en su fecundo vientre
desgarrado.
¡Yo sé que pido mucho,
y no merezco nada!
Pero cuéntale, amigo:
Que mi viaje final
está muy cerca.
¡Que me duele su ausencia!
¡Que mi cuerpo reclama!
la entraña de su tierra
y mis ojos se cierran,
llorando su paisaje.
Y que ansioso, le suplico.
me perdone,
cuando estoy ya cerrando
mi equipaje.
1 comentario
Anónimo -
A mi pueblo Castropol
Pueblo adorado de mis recuerdos
la tierna infancia que yo viví,del pecho brotan viejos anhelos,
mi alma ansía volver a tí.
Antigua hermita, Santa María,
que el viejo parque como blasón, guarda celoso; sobre la ría, se alzaba altivo el FIEL torreón.
La mirandilla con su floresta
do se recuesta mi dulce amor; y una iglesia que emerge, esbelta cual ninfa alada, de fé y candor.
Antiguas casas que historia encierran como el palacio de Valledor: angostas calles donde nacieran hijos ilustres de Castropol. Primate.