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Castropol, Pueblo Ejemplar de Asturias

MI ULTIMO ADIOS

A mi villa, Castropol

Dile amigo:

Que nunca volveré.

Que no me espere.

Suplícale:

que quiera recordarme

y que no borre

mis huellas de sus calles,

ni amordace

mi risa adolescente

oculta en sus portales.

¡Que si me fui muy lejos

nunca dejé de amarla!

Ruégale amigo:

que me deje habitar

como una sombra

(una sombra sin sombra)

sus pinares.

Que me deje:

Gritar, cantar, correr,

entre sus vientos.

Caller, dormir, llorar,

en sus tejados.

¡Que me deje habitar,

ya, para siempre,

en su fecundo vientre

desgarrado.

¡Yo sé que pido mucho,

y no merezco nada!

Pero cuéntale, amigo:

Que mi viaje final

está muy cerca.

¡Que me duele su ausencia!

¡Que mi cuerpo reclama!

la entraña de su tierra

y mis ojos se cierran,

llorando su paisaje.

Y que ansioso, le suplico.

me perdone,

cuando estoy ya cerrando

mi equipaje.

 

Amador García Acebo

1 comentario

Anónimo -

Querido Ovidio: Me gustan mucho las poesías de Amador y aunque yo no soy poeta, tengo una poesía dedicada a Castropol. Hace muchos años que falto de la Villa, pero sigue en mi corazón como el primer día.Si te parece la publicas porque a lo mejor les gusta a los castropolenses.
A mi pueblo Castropol

Pueblo adorado de mis recuerdos
la tierna infancia que yo viví,del pecho brotan viejos anhelos,
mi alma ansía volver a tí.
Antigua hermita, Santa María,
que el viejo parque como blasón, guarda celoso; sobre la ría, se alzaba altivo el FIEL torreón.
La mirandilla con su floresta
do se recuesta mi dulce amor; y una iglesia que emerge, esbelta cual ninfa alada, de fé y candor.
Antiguas casas que historia encierran como el palacio de Valledor: angostas calles donde nacieran hijos ilustres de Castropol. Primate.