El "desastre" de La Paloma.
A continuación publicamos una sere de fotos, donde se puede ver parte de los árboles tirados (aprox 25) por el "ciclón" de esta noche en el Campo de La Paloma en Castropol. ¡Que pena!
A continuación publicamos una sere de fotos, donde se puede ver parte de los árboles tirados (aprox 25) por el "ciclón" de esta noche en el Campo de La Paloma en Castropol. ¡Que pena!
6 comentarios
Antonio Murias Vila -
Me refiero sobre todo al casco histórico de Castropol: las obligaciones impuestas a los propietarios en lo atinente a conservación de fachadas y elementos arquitectónicos no sólo se han consolidado, sino que se han multiplicado. Habrá opiniones para todos los gustos. Pero el sentido común suele llevarnos a reconocer que es menester una disciplina y esfuerzs por parte de todos. Pero tales esfuerzos, que se imponen para la conservación de los edificios, y los gastos consiguientes, y que también se han visto reforzados con una mayor presión fiscal, como la que resulta de la implantación del Impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana (antiguo Arbitrio de Plusvalía, inexistente en Castropol hasta hace dos años), y de las más reciente duplicación del valor catastral con la consabida repercusión en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles, no se ven correspondidos con una mayor atención a los bienes públicos. Al menos, dentro del casco histórico de Castropol, no se aprecia que sea así.
Si los del casco histórico de Castropol seguimos siendo contribuyentes netos y recibimos menos de lo que aportamos, empezaremos a sufrir un proceso de "catalanización", que tiene efectos sobre todo en el ánimo, y aparecerá probablemente el tipo de homínido que sería el de "castropolenc emprenyat", que pronto reclamaría comparación de balanzas fiscales municipales con las restantes pedanías, y clamaría por una autonomía o incluso la independencia del Peñón de la Costa Verde. Se barajaría entonces la posibilidad de añadir al Paraíso Natural que es Asturias, la posibilidad de alcanzar la categoría de Paraíso Fiscal del Peñón de la Costa Verde, lo que se justificaría con una profunda y procelosa búsqueda de razones y argumentos que fundamentarían los evidentes derechos históricos que corresponden a los pobladores de tal maravilla geográfica, que en un principio lo único que querían era seguir como estaban, y una explicación cabal de la progresiva degradación, que choca con las mayores obligaciones impuestas.
Barcelona, a cuatro de febrero del dos mil nueve.
Javier -
Ovidio Vila -
Espero que esto no ofenda a nadie (Dios me libre de hacerlo intencionadamente), y en todo caso, yo, me considero tan responsable como el primero.
Ero Eo -
antonino -
Si es una pena ver morir estos cipreses en los que tanto jugamos los niños de Castropol; pero ¡que suerte! que este vendaval los haya tirado y no tengamos que lamentar ninguna desgracia, pues desde hace años gran parte de ellos estaban secos y amenazando con caerse.En caso similar se encuentran los árboles del paseo de la punta; espero que esto sirva para que de una vez se talen unos y otros.
Contertulio -
¿Y ahora qué? El Ayuntamiento tiene la oportunidad de mejorar ese espacio entrañable de Castropol.
¿Cómo? Renovando totalmente los árboles, antes de que causen una desgracia. Me atrevería a aconsejar alguna especie de caducifolia, más noble y más resistente al viento que los cipreses.
La ocasión, a la vez, es inmejorable para abrir, aunque en principio fuese en precario (zahorra), la calle trazada en el plan general de la villa, que va desde La Paloma a la Calle Nueva (de Vicente Loriente a calle Vijande)
. Falta hace para librar de un poco de tráfico la zona histórica del pueblo.
Bueno, son ideas que ahí quedan.
Pero por lo menos, lo que podemos exigir es que el campo de La Paloma se deje libre de los árboles ahora caídos y de los bochornosos escombros allí acumulados.
El campo de La Paloma debe ser para uso de todos los castropolenses como lugar de esparcimiento, deporte, ferias, conciertos...
El Ayuntamiento no lo debería usar como almacén de materiales, ni permitir su uso como escombrera.
¿Será mucho pedir que el campo de La Paloma sea un espacio para todos los castropolenses?
El Ayuntamiento, de momento, tiene la palabra.