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Castropol, Pueblo Ejemplar de Asturias

Se nos va "el cura valiente"

Se nos va "el cura valiente"

    En apenas un par de días, reunieron mas de mil cien firmas, que presentaron al Obispado. Contestaron que no había nada que hacer al estar ya designado el sucesor.

   El es una persona buena y cabal, honrada y valiente. Lo definiríamos como "el cura valiente". Tuvo la sinceridad  de contarnos toda su verdad, también  de enfrentarse con quien hizo falta  sin importarle rangos ni escalafones, para que se  haga justicia, y ahora, NOS LO LLEVAN.( Lo digo así porque lo consideramos como algo nuestro). Por supuesto hablamos de  D. Manuel Viego Tomás, párroco de Castropol.

   No queremos profundizar más en el tema, no sea que se nos escape de las manos. Esperemos que el sagaz lector sepa leer entre lineas. Solo queremos desde este blog de Castropol, desearle a Manuel, la mayor de las suertes en su nuevo destino, y pedirle que no se olvide de Castropol.

4 comentarios

octavio -

Hola me parece excelente la vida y el testimonio del Padre Mnuel Viego..por favor me gustaría contactar con el...si alguien me puede ayudar.
enviar a mi correo. oko57@hotmail.com
gracias desde Panamá

Antonio Murias Vila -

Adelantándome a interpretaciones poco acordes con el sentido del texto anterior, aclaro que lo que ha de tener un Pontífice para convocar con éxito un Concilio es un consenso del que ahora Joseph Ratzinger carece. Lo habría tenido probablemente su precedesor, S.S. Juan Pablo II, pero no ocurre así con Benedicto XVI, entre otras cosas porque el actual Papa no cuenta con un docto apoyo como el que él mismo prestó a su precedesor. Y es una verdadera lástima que se produzcan tales problemas de conectividad o conexión con una inteligencia tan brillante como la que actualmente se halla a la cabeza de la Iglesia.

Antonio Murias Vila -

La última de las reuniones de caballeros a las que alude certeramente (como siempre) Don Luis Legaspi, fue el Concilio Vaticano II, que tiene casi tantos años como el que estas humildes líneas suscribe. Desde entonces, y hace ya casi cuarenta y cinco años, nningún Papa ha tenido lo que hay que tener (como sí tuvo el insigne Roncalli a pesar de un estado de salud más que delicado)para convocar otro Concilio, a pesar de los acuciantes y gravísimos problemas que pesan sobre la iglesia (entendida no ya como institución, sino como comunión de fieles). Y de tal Concilio, en la sesion del 28 de octubre de 1965, se aprobó el Decreto Christus Dominus, en cuyo capítulo tercero se fija lo que ha de ser la clerecía diocesana y las relaciones entre el Obispo y los sacerdotes, concediendo mayor libertad al Obispo y procediendo a la abolición de derecos y provilegios (""Qui, ut ministeria sacra inter sacerdotes suos aptius et aequius disponere valeat, necessaria libertate gaudere debet in officiis vel beneficiis conferendis, suppressis proinde iuribus seu privilegiis, quae eandem libertatem quoquo modo coarctent").
Al propio tiempo, y sin caer en aconsejar el régimen asambleario, o más bien evitándolo, se propone una estrecha relación entre los sacerdotes y el Obispo: "Quare, ut animarum servitium magia magisque promoveatur, episcopus sacerdotes adaolloquium, commune quoque, da re praesertim pastorali, vocare velit, non tantum data occasione, sed etiam, quantum fieri possit statis temporibus." No sabemos si el Obispo ha tenido tiempo suficiente para tal diálogo, que por otra parte se considera tan conveniente o incluso esencial.
Cn independencia de tal diálogo, del que nada sabemos, el mencionado Decreto establece que, cuando el Obispo ha de decidir sobre la idoneidad de un sacerdote pare regir alguna parroquia, ha de tener en cuenta sus dotes y cualidades: "In iuidicio efformando de sacerdotis idoneitate ad aliquam paroetiam regendam, episcopus rationem habeat, non solum de illius doctrina, sed etiam de pietate, zelo apostolico, ceterisque dotibus ac qualitatibus, quae ad curam animarum rite exercendam requiruntur."
Por lo tanto, la decisión y el juicio del Obispo ha de ser razonado y sustentado por argumentos de peso, lo que desconocemos, desconocimiento que en pleno siglo XXI produce desafección, desl mismo modo que las decisiones de nuestros tribunales civiles, si no están debidamente explicadas, hacen que conisderemos que la justicia no es lo que debería ser.
A tod ello se añade el hecho que, tanto el mencionado Decreto como al Codigo Canónico como en conjunto de disposiciones que rigen el ser y el devenir de la Iglesia, abogan por la deseable estabilidad en los cargos: "Parochi vero in sua quisque paroecia ea gaudeant stabilitte in officio, quam animarum bonum requirat".
Y aunque poco sabe el abajo firmante de las necesidades de las almas, aunque conoce a los "almados", lo cierto es que la estabilidad no la pone la Iglesia, sino los feligreses de Castropol, que con tanta entereza están despachando esta incuria arzobispal. Aquí, a nadie se le puede escapar que se ha hecho caso omiso de las normas y de los criterios aplicables.
Probablemente, no lo sé, tardaremos mucho en tener un sacerdote con cura de almas de estas Parroquias como Don Manuel Viego Tomás, quien posiblemente no tardará en ser llamado a más altas responsabilidades y cargos dentro de la Iglesia, que tan necesitada está de hombre de su talla. Pero deseamos fervientemente que el nuevo nombrado se integre como lo hizo su precedesor, en una Parroquia cuya noble feligresía tiene asimismo muchas virtudes y valores. Y no dude Don Manuel que será recordado y querido, está donde esté, ni ha de dudar quien venga que será bien recibido.



luis legaspi -

CAMINAR JUNTOS POR LOS CAMINOS DEL EVANGELIO.

Me adhiero a la nota que aparece en el blog y desde ella expreso algunos matices.
1.-) 1.100 firmas son un núemro considerable y, además, estoy seguro que no son de compromiso.
Deben hacer pensar.

2.-) Para el “gobierno de la diócesis” el problema de los nombramientos es de los más delicados y, probablemente,más ingratos. Algunas veces por circunstancias de personas, otras por razones de eficacia pastoral y, en estos tiempos, por escasez numérica de personal.

3.-) Efectivamente, creo que no hay nada que hacer, y no por la querencia a "sostenella y no emendalla", sino, porque no se debe, creo, caer en el régimen asambleario.

4.-)La protesta correcta y la tradicional presentación de firmas, legítima y plausible (de aplaudir) debe servir como un recuerdo al responsable y asesores inmediatos de firmar destituciones y sustituciones para no encerrarse en conclave con un mapa geográfico generalista y del número aritmético de personas.
Seguro que no es el caso, pero, en ocasiones, tal parece.

5.) Hay en las comunidades cristianos prudentes e, incluso, sabios que pueden ser oídos. El don de discernimiento no es exclusivo de Juan Palomo. Informaciones variadas y discretas darían más aciertos a los caballeros de camelot, reunidos en torno a la tabla redonda, no del todo.

Post data: Creo que además de agradecer a don Manuel su servicio y pedirle que no se olvide de Castropol, cosa que le será difícil, debemos los feligreses darle la satisfacción de que su ministerio, aunque demasiado breve, ha orientado y estimulado nuestra vida y compromiso cristiano. Los curas no van a las parroquias a repicar bien las campanas ni a abrazar farolas, sino a caminar con nosotros por los caminos del Evangelio.