Castropol,
T. CASCUDO La Nueva España, 4/1/2013
Santiago Artíme tiene seis años y desde hace dos toca el tambor con la banda castropolense "El Penedón". Es el benjamín y algo así como la mascota de este colectivo de 25 músicos, una de las formaciones musicales más jóvenes de la comarca y en la que destaca la gran diferencia de edad de sus componentes: los seis años del pequeño Santiago contrastan con los 70 de Dioniso Iglesias, «Siso», que es el veterano del grupo y que comparte con Artime la pasión por el tambor.
La banda se creó en 2008 al abrigo de la escuela de música municipal y durante los primeros años Santiago fue el único niño del grupo. Ahora comparte aventura con otros dos pequeños de reciente incorporación, aunque sigue siendo el benjamín.
Lo de este joven músico viene de nacimiento, ya que, según comenta Siso, en una de sus primeras actuaciones se encontraron al pequeño por el pueblo tocando un tambor de juguete. El director de la banda, Luis Feito, retó al niño, proponiéndole diferentes ritmos para reproducir. Artime superó con éxito el improvisado examen del director: «A los niños suele gustarles el ritmo, pero no es tan fácil que lo reproduzcan exacto como hizo él», subraya. Su madre, Maite Muiña, dice que uno de sus primeros juguetes fue un tambor de plástico y con dos años ya iba a ver los ensayos de la banda. A los tres ingresó en la escuela de música municipal y meses después se incorporó a «El Penedón». «Le encanta el tambor, está tocando siempre. Está comiendo y hace ritmos en la mesa, y haciendo los deberes igual... No sé lo que saldrá de ahí pero le encanta», precisa. Cuenta Feito que el benjamín del grupo es todo un talento musical y ya sabe las canciones del repertorio, pero como no tiene cuerpo para cargar con la pesada caja del tambor actúa con una pequeña que le permite tocar sin cansarse en exceso. «Con cuatro años se empeñó en venir a los ensayos con los mayores y me acuerdo de que, como eran tarde, se dormía tocando. Lo despertábamos y seguía», bromea el director, encantado con el progreso de esta joven promesa castropolense.
Artime no falla a los ensayos de la banda y es un habitual de los viajes: «Lo llevamos encantados; además, a todo el mundo que nos ve le llama la atención que sea tan pequeño», cuenta Siso, que decidió terminar el año colgando las baquetas del tambor. El veterano termina el año diciendo adiós a la banda porque dice "que no logra avanzar lo que le gustaría: «La mente y mis manos ya no van a las mismas revoluciones. No noto progreso y ya me estaba costando mucho, por eso prefiero dejarlo», explica. No obstante, Siso recomienda la música a cualquier edad: «Es muy recomendable». A lo que Feito apostilla: «Te sirve para ejercitar la memoria y el físico, va bien para todo. La música es matemática pura». Y si a los mayores les ayuda con la memoria, a los más pequeños, como Santiago, les viene bien para su desarrollo psicomotriz.
Lograr la matrícula de niños y mayores en las escuelas de música no es lo realmente difícil; lo que cuesta es lograr que mantengan el interés y no se marchen durante la adolescencia o cuando se van para estudiar o trabajar fuera: «Lo difícil es motivarlos y eso se logra metiéndolos en un grupo, logrando que creen amistades dentro de la banda», añade Feito, quien también dirige la popular banda naviega «La Reina del Truébano».
Santiago Artime es joven para pensar en su futuro, pero, de momento, no baraja perder de vista su querido tambor. Además, en su lista de regalos para los Reyes Magos no olvida su pasión y este año confía en que los Magos le traigan de Oriente unas baquetas nuevas y un cajón flamenco.
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