El asturiano que colecciona palacios: “Otros compran barcos, yo patrimonio para recuperarlo”
Es el asturiano más rico según la revista “Forbes”, pero le molesta que muchos le vean como una cifra seguida de muchos ceros. “Ese protagonismo no lo quiero ni para mí ni para mi familia. Yo creo que lo importante es lo que haces, lo que creas, lo que ayudas”, afirma el médico y empresario Víctor Madera (Oviedo, 1962). Él ha creado el mayor grupo sanitario privado de España, Quironsalud, y está ayudando a recuperar los viejos palacios de Asturias. En su colección ya hay ocho. “A otros les gusta comprar barcos, a nosotros patrimonio histórico para mantenerlo”, asegura Madera, que conversó con LA NUEVA ESPAÑA tras recibir el jueves en Madrid el premio de la Fundación de Casas Históricas y Singulares de España por un empeño “quijotesco” que se extiende también por Galicia, Baleares y Madrid, donde tiene propiedades de interés cultural.
En la escalinata del palacio de Santa Coloma, cancillería consular de la Embajada de Italia en Madrid, los galardonados por el club de casas históricas posaban para los fotógrafos. En el baño de flashes faltaban Víctor Madera y su esposa, María Obdulia Fernández, que eran los protagonistas de la velada y sucedían en el galardón a Carlos Fitz-James Stuart, duque de Alba. El matrimonio ovetense había pedido expresamente que nadie les hiciera fotos durante la gala y permanecían en el salón donde se habían entregado los premios, que ya estaba casi vacío porque los invitados, la mayoría miembros de la nobleza española, disfrutaban del cóctel en el hall. El mismo Madera que había rogado que no le tomaran imágenes, le dio su móvil a un camarero y le pidió que le hiciera una foto acompañado de su mujer y sus cuatro hijas. Y el mismo Madera que se aleja de la prensa, charló acto seguido con este diario. Eso sí, para empezar, mejor no hablar de dinero. La puerta de entrada fueron los palacios.
Paisajes de Asturias, la sociedad operativa creada por Madera, ya rehabilitó en Castropol el palacio de Santa Cruz, que el médico y su familia utilizan como residencia de veraneo, y en el mismo concejo tiene muy avanzadas las obras de recuperación del palacio de Trenor y de las torres de Donlebún. En obras está también “Villa Excelsior”, espectacular casona de indianos ubicada en Luarca. Pese al ritmo de las rehabilitaciones, Madera asegura que aún no hay definido un uso para esos edificios. “Todavía no hemos decidido nada, de verdad”, asegura Víctor Madera, que afirma que en algunos casos han solicitado licencias de usos turísticos sólo para incrementar las posibilidades. “Ya sé que es difícil de entender, pero lo que nos mueve es la conservación de esos edificios. Somos forofos del patrimonio español y, sobre todo, del asturiano. Alguien tenía que ocuparse de él y nosotros tenemos la suerte de poder hacerlo”, asegura el médico ovetense, que se gira y le pregunta a sus cuatro hijas: “¿Qué tenemos que hacer con el patrimonio?”. Y ellas responden a coro: “Custodiarlo para las siguientes generaciones”. Lección aprendida.
“Siempre nos ha interesado el arte y este tipo de edificios”, explica María Obdulia Fernández, esposa de Madera y, como él, nacida en Oviedo. Ella es profesora. Estudió Geografía e Historia y se especializó en Musicología. “Todo empezó con la búsqueda de una casa para reunir a nuestras familias, que son grandes. Queríamos una casona antigua, para restaurar, y nos gustaba el occidente de Asturias, que conocíamos bien porque la abuela de Víctor era de Cartavio, de Navia”, señala la profesora. “Luego la gente de la zona nos llamaba para alertarnos de que se vendía una casona allí, otra allá. Y cuando veíamos su estado y las barbaridades que algunos promotores querían hacer con ellas acabábamos comprándolas para restaurarlas”, apunta su esposo. Empezó así la colección. “En los ayuntamientos, cuando solicitábamos las licencias de obras, siempre nos decían que podíamos hacer más cosas en las casas, se extrañaban de que no pidiéramos aumentos de edificabilidad, pero es que no queríamos estropear esos palacios”, asegura.
Madera niega rotundamente que su pasión por los palacios responda a un plan de negocio. “No soy tan tonto como para pensar que esto es una buena inversión. El palacio de Figueras (el de Trenor), que estamos a punto de acabar y que de momento no tenemos intención de abrir, tiene una superficie de 3.000 metros cuadrados y la rehabilitación, utilizando los materiales de la época, ha costado una millonada. Como hemos respetado el palacio han salido diez habitaciones y para rentabilizarlo como hotel tendríamos que cobrar la noche a 1.500 euros y lograr una ocupación del 80%, lo que hoy en día es imposible en Asturias”, asegura.
Paisajes de Asturias también adquirió palacios en Llanes (los de El Cercáu y Duques de Estrada), para los que prepara proyectos de restauración, y su última adquisición ha sido la antigua sede de Banesto en la calle Santa Cruz de Oviedo. Un edifico emblemático que mira al Parque de San Francisco y que permanece vacío desde que el banco se trasladó al edifico conocido como “La Jirafa”.
“La operación de Oviedo es más de lo mismo. Como hotel ese edificio es difícil que pueda ser rentable, porque yo me he alojado en un cinco estrellas de la ciudad, como es el hotel de la Reconquista, por 95 euros. Y si restauramos el edificio, lo ponemos en alquiler y encontramos unos buenos inquilinos podríamos sacarle una rentabilidad del 1% o del 1,5%, porque el mercado inmobiliario en Asturias está como está. Eso no es negocio”, insiste Madera, que añade que su interés por el patrimonio “no tiene truco”. “Alguien tenía que cuidar de él, ¿por qué no nosotros?”, insiste.
El pasado jueves en Madrid, el presidente de la Fundación de Casas Históricas y Singulares de España, el historiador Javier Bahamonde Santisso de Osorio, calificó de “quijotesco” el empeño del empresario asturiano, que también ha adquirido palacios en la otra orilla de la ría del Eo, en Ribadeo (Lugo), y en Baleares. Madera, que dosifica sus apariciones en actos públicos, no renunció al aplauso del selecto club de los propietarios de edificaciones catalogadas. Eso sí, sin fotos que certifiquen su presencia. “Yo no soy futbolista, ni actor de cine. No me expongo al público. Quiero llevar una vida normal y, sobre todo, pienso en mis hijas. Me molesta que lo que se difunde sobre mí casi siempre se centre en el tema económico”, afirma el médico asturiano , que figura en la lista “Forbes” con un patrimonio de 560 millones de euros, buena parte de ellos en acciones del gigante sanitario alemán Fressenius.
Cuando la compañía germana adquirió el 100% de Quironsalud, Madera se embolsó 400 millones en acciones. Fue la última gran operación corporativa en la que estuvo involucrado el ovetense, especialista en medicina deportiva que tras un periodo de aprendizaje en Estados Unidos formó parte de la primera promoción del máster en Dirección y Gestión de Instituciones Sanitarias de la Escuela Nacional de Sanidad e inició su carrera profesional gestionando pequeños hospitales. Al compás de la externalización de servicios en la sanidad pública española fue subiendo escalones con sucesivas compras, fusiones, entradas de fondos de inversión y cambios de accionariado. Pese a los vaivenes, él nunca ha soltado el timón y preside Quironsalud, grupo con más de 31.700 empleados y más de 300 centros sanitarios y de prevención entre los que se incluyen la Fundación Jiménez Díaz, Ruber, Dexeus y Teknon.
La operación de Fressenius puso bajo los focos a Madera, que se había mantenido hasta entonces en un discreto segundo plano pese a ser considerado ya como e l amo de la sanidad privada en España y sufrir algún “escrache” de los opositores a la “privatización” del servicio público de salud.
“Hace tres años una de mis hijas (que por entonces tenía 16 años) me dijo en verano que quería una lancha para navegar por la ría en Castropol. Yo le dije que ese año no podíamos, que a ver el siguiente. Al poco se cerró aquella operación con Fressenius y un amigo de Castropol le escribió un wasap a mi hija diciéndole: he leído en LA NUEVA ESPAÑA lo de tu padre, ahora sí que os podéis comprar la lancha”, relata Madera, que añade: “No me gusta educar a mis hijas en un entorno en el que piensen que todo lo pueden conseguir de manera fácil, es un tema que me preocupa y de ahí que intente ser muy discreto”.
Madera liga “a la suerte” buena parte de sus éxitos en la gestión sanitaria y en los negocios. “Cuando digo suerte no es una falsa modestia. Es verdad que hay que buscarla y trabajarla, pero para obtener logros se tienen que dar determinadas circunstancias, acertar con el momento, tener los socios adecuados, que tu mujer te permita llegar tarde de trabajar…”.
El médico ovetense lleva años residiendo en Londres, pero afirma que ha llegado el momento de volver a hacer las maletas y de regresar a España. Tiene pensado instalarse en Madrid este mismo año. Influye el “Brexit”, pero sobre todo las hijas, “que quieren volver”. El veraneo seguirá siendo en Asturias. Disfrutando de la tranquilidad de Castropol, de los paisajes de la ría del Eo y de la comida de Casa Vicente, el restaurante de la zona favorito de la familia. “A Asturias regresamos con mucha frecuencia porque allí tengo a mi madre, que ahora vive en Gijón tras la muerte de mi padre, y dos hermanos”, señala Madera.
Y en el Principado atesora también su colección de palacios y una pequeña porción de negocio sanitario. “En Asturias tenemos presencia con nuestras sociedades de prevención”, señala el empresario, al que se le atribuyó mucho interés en entrar en el accionariado del Centro Médico de Asturias, el hospital privado más importante de la región y que está controlado por el grupo empresarial Masaveu. “¿Interés por el Centro Médico? A mí se me ha atribuido hasta la muerte de Manolete”, señala con una carcajada Madera sin querer aclarar si el rumor era o no cierto. No obstante, el empresario reconoce que la situación de Asturias es atípica. “La penetración de la medicina privada está por debajo de la media en España”, apunta sin desvelar si maneja o no planes para la región.
Según Madera, la sanidad tiene en estos momentos “dos grandes retos”. El primero, a su juicio, es “la incorporación de más países” al sistema de asistencia sanitaria digna y ahí el foco está en África. “En Quironsalud creamos precisamente la Fundación Recover para trabajar por un modelo de sanidad sostenible en África. Allí apoyamos la gestión de hospitales sin ánimo de lucro y colaboramos en la profesionalización del personal local”, explica el médico ovetense. Y el otro gran reto que destaca es la sostenibilidad de los sistemas públicos de salud como el español. “Para garantizar esa sostenibilidad yo creo que la clave es la prevención. Si fomentamos el cuidado de la salud podremos prevenir las enfermedades y lograremos reducir los gastos para dedicarlos a lo que realmente se necesita”.
Madera afirma que es feliz y que ello es gracias, fundamentalmente, a su mujer y a sus hijas. De nuevo se gira para dirigirse a ellas y les pregunta: “¿Para ser feliz qué hay que hacer?”. Y las cuatro vuelven a responder a coro: “Hacer felices a los demás”.
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