¿Quo vadis, Unión Europea?
Hoy nos hemos despertado con preocupantes noticias que nos informaban de que la potente Holanda o Países Bajos, de boca de su primer ministro, cierra a cal y canto hasta el próximo 19 de enero todos los colegios, guarderías, institutos, gimnasios, comercios, los pocos bares de que gozan y hasta prostíbulos (tan complicados de cerrar aquí). Parece ser que es el confinamiento más rígido aplicado por los Países Bajos desde el inicio de la pandemia.
No me ha hecho falta escudriñar mucho en mi veterana mente para recordar cuando, no hace mucho, el Gobierno de los Países Bajos era de los más reacios a que se abriese el grifo de las ayudas económicas imprescindibles para Italia y España, para costear los desastres provocados por el covid.
¿Es que nuestros socios holandeses no conocían aquel refrán tan popular desde hace miles de años, o es que la soberbia les impedía aplicárselo? "Cuando las barbas de tu vecino veas afeitar pon las tuyas a remojar?
Y como ahora sufren la desgracia en su propia piel, no puedo menos que lanzar las siguientes preguntas que no se marchan de mi mente, inquietándome:
Viendo la que está cayendo para todos, ¿podrá permitirse el lujo ahora la potente Nederlanden de pasar sin pedir aquellas ayudas que a toda costa trataron de bloquear a España y a Italia?
¿Serán capaces nuestros socios, incluida la vecina Gran Bretaña del brexit, de impulsar la necesidad de que todos los países de la CEE, con la poderosa Alemania a la cabeza y su canciller al frente afligida por el terror, de que este problema tan gordo que nos atañe no es patrimonio de unos pocos países de la Unión sino que, más bien, lo es de todos los que la integran, ricos y pobres, y que ha de resolverse empujando todos a una?
De seguir actuando como hasta ahora, cada uno por su lado, ¿no se agudizarán más de lo que están los problemas de la pandemia, pudiendo conducirnos hasta unos nuevos reinos de Taifas que podrán hacernos ser testigos, a unos pocos porque los otros habrán desaparecido, de una enorme devastación producida por el virus, con un insospechado número de muertos?
¿Es que no son suficientes aún para hacernos ver la realidad de los más de 400.000 ciudadanos europeos fallecidos, junto a la pesadumbre de sus familias, por esta tremenda pandemia que padecemos?
¿Acaso aquel fabuloso Tratado de Maastricht no fue creado a finales del siglo pasado para abordar entre los países que lo componen todos los problemas que se nos presentasen? ¿O fue fundado solo para vanagloriarnos ante el mundo?
Si es así, ¿adónde vas, Unión Europea?
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