Pocos son los castropolenses que conocen por dentro el palacio del Marqués de Santa Cruz de Marcenado, uno de los inmuebles más emblemáticos de Castropol. Por eso fue especialmente simbólica la jornada de puertas abiertas vivida ayer, en la que se permitió acceder al patio y a la capilla de este impresionante inmueble, reconstruido tras un incendio a mediados del siglo XVIII y que hace cuatro años fue rehabilitado por la firma Paisajes de Asturias, liderada por el empresario y médico ovetense Víctor Madera.
Poco amigo de los focos, Madera está pasando unos días de descanso en el palacio y accedió gustoso a la petición de la Fundación Ría del Eo para mostrar al público esta joya. LA NUEVA ESPAÑA tuvo ocasión de conversar unos minutos con él cuando salía a dar un paseo con su familia y expresó el orgullo que él y su mujer, María Obdulia Fernández, sienten por haber afrontado la rehabilitación de edificios singulares de Asturias y Galicia: “Lo hacemos con pasión. Somos asturianos y nos sentimos orgullosos de hacerlo. Es importante que la gente valore el patrimonio y lo cuide; hay que dejarlo a las siguientes generaciones”.
Madera, presidente no ejecutivo de la firma Quirón Salud, rehusó amablemente hacer más declaraciones sobre su pasión por la compra y la restauración de edificios singulares y remitió a su mujer “que es la que entiende de arte, yo solo soy un médico”. Permaneció un rato en el patio del palacio departiendo con los muchos vecinos y visitantes que no quisieron perderse esta oportunidad única de visitar el inmueble. Fue el caso de María Jesús Valderrama, que lleva cuarenta años veraneando en Castropol, y nunca había pisado el palacio: “Ha sido estupendo, está todo fantástico”.
El portavoz de la Fundación Ría del Eo, Ovidio Vila, fue el encargado de recibir a los visitantes en el patio del edificio y pudo confirmar la expectación que generó la jornada de puertas abiertas. “Se lo planteamos a Víctor Madera porque nos pareció una gran oportunidad, mucha gente está deseando conocerlo y otros que ya estuvieron, de volver a verlo”, explicó. También se dedicó a resolver las dudas de los visitantes sobre la capilla, que acabó de construirse en 1745. El retablo, uno de los elementos más destacables del espacio, data de 1746 y se prolicromó un año después.
Vila explica que no está documentada la autoría del retablo, pero su hipótesis es que pueda ser obra de Antonio Borja, escultor de Sigüenza y encargado de obras singulares en Asturias como el retablo de la capilla ovetense del Rey Casto. Se basa en el hecho de que el retablo de la Asunción, que se ubica en la iglesia de Castropol y con el que guarda similitudes, pertenece al citado autor y fue donado por la propia marquesa del palacio.
En la capilla del Marqués de Santa Cruz no solo llama la atención el retablo, sino también el confesionario y la escalera de madera que da acceso al interior del palacio. Otro buen conocedor de la historia local es el castropolense Javier García, quien explica que el inmueble “es un edificación de interés en Castropol y es una pena que apenas lo conozcamos”.
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