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Castropol, Pueblo Ejemplar de Asturias

Escuela Hogar 1967/68

Escuela Hogar 1967/68

  Los hermanos Blanco Ureta con sor Felisa

5 comentarios

Ovidio Vila -

Buenos días. Según me comenta una persona de Castropol de toda la vida, si hubo una sor Felisa, que al parecer estuvo aquí poco tiempo y con carácter provisional, por lo que es posible que no figure en la documentación que manejaba Luis Legaspi

Paco López Castelao -

En el magnífico artículo de Luis Legazpi, un impagable hallazgo para conocer la historia de la Escuela Hogar, aparece la relación completa de todas las monjas que pasaron por ahí y no hay ninguna Felisa. Creo que se trata de Sor Julia, una de las pioneras en los inicios de EH, según testimonio de una interna en esa época.
Yo estuve desde el 71 al 78. Las monjas, según cuenta Legaspi y así lo confirmo, estuvieron hasta 1973. Pertenecían a la Orden de Las Hijas de la Caridad.

Javier García Herrero -

Entre las instituciones participantes en la creación de este centro de acogida de hijos de emigrantes, se me olvidó citar a la Diputación y la Diócesis de Oviedo.

Javier García Herrero -

La foto corresponde a una etapa en la que el Colegio de Valledor acogió a hijos de emigrantes a Europa. Fue un acuerdo entre el Ministerio de Trabajo, el de Educación, Cáritas de Asturias, parroquia de Castropol y la congregación de Hijas de la Caridad.
Nos lo cuenta Luis Legaspi, por aquellos tiempos director de Cáritas en Asturias, en uno de sus magníficos artículos, del que copio y pego la referencia a esta etapa (El artículo completo se puede leer en http://castropol.blogia.com/2017/021001.php):
"ACOGER A NIÑOS HIJOS DE EMIGRANTES.
En aquellos momentos, 1963-64, se presenta en España, y con especial incidencia en zonas rurales, el problema de atención a niños hijos de emigrantes a Centro Europa que quedaban sin el debido cuidado directo de sus padres, especialmente en el campo de escolarización.
El Instituto Español de Emigración y Dirección General del Empleo, Ministerio de Trabajo, buscan instituciones que pudieren facilitar acogida en régimen de hogar, próximos a un centro escolar. Ofrecen becas para los niños que se admitan.
Cáritas Española se presenta como entidad colaboradora en la solución de este problema. A la sazón, yo era director de Cáritas en Asturias y miembro de su Consejo Nacional. Pertenecía también, como administrador de la Fundación Cano Mata Vigil, a la Junta Provincial de Beneficencia y, por feliz coincidencia, era asesor religioso de la Hermandad de Inspectores de Enseñanza Primaria, y además sin buscarlo, tenía cercano acceso, relativamente fácil, a Joaquín Tena Artigas, director General de Enseñanza Primaria, y al subsecretario del Ministerio, el gran humanista Luis Legaz Lacambra.
Era una oportunidad de colaborar, sin cohecho ni prevaricación ni trapisonda alguna, a la reanimación de Valledor y a la atención de niños con dificultades en su escolarización y así, en expresión muy popular, aunque poco adecuada para el caso, “mataba dos pájaros de un tiro”. Procuré hacerlo.
A mayor abundamiento, Ramón Platero, castropolense, era también en este momento pro vicario diocesano para la Beneficencia y Acción Caritativa. La conjunción de deseos era obvia y la de estrategia, estaba a la mano. Comunicamos el plan al párroco de Castropol y a las Hijas de la Caridad y se ofrecieron veinticinco plazas de acogida de niños, y se solicitaron las ayudas señaladas para el curso escolar 66-67. El Ministerio de Trabajo aceptó la oferta y accedió de modo inmediato a la solicitud.


APOYOS DESDE LA DIÓCESIS Y DE LA PROVINCIA.
Desde Cáritas Diocesana se facilitaron abundantes subsidios: alimentos, veinte literas, colchones, diverso menaje de cocina, algunos tarecos en perfecto uso como mesas y sillas, desplazados de otros centros. La Diputación Provincial, presidida por José López Muñiz, prestó, a nuestra demanda, importante ayuda, como una lavadora y secadora industrial y, para el trasporte, puso a disposición vehículos del parque móvil de la Diputación. La Inspección Provincial de Primera Enseñanza tomó con sumo interés la acción. Empresas comerciales como Creax y Rodríguez Hermanos y otras facilitaban las adquisiciones a crédito. De todas estas gestiones existe documentación escrita que me sirve para redactar estas notas.
Así, recuperando personal religioso docente y titulado, podríamos dar respuesta a la creciente demanda de niños. Pero era necesario hacer nuevas obras en la vieja casona de Valledor. Solicitamos por escrito al Ministerio subvenciones para reformas del edificio y la ampliación de plazas para internos hasta el centenar. El Arzobispo, Vicente de Enrique y Tarancón, como patrono de la fundación, firma esta solicitud en febrero de 1968.
El arquitecto Joaquín Suárez y el aparejador Ramón Cortina Prieto que, a mi petición, habían intervenido gratuitamente en la reforma de los locales de Biblioteca Popular Circulante en la casa de García Paredes, redactaron un proyecto por un montante de quinientas sesenta y seis mil ciento noventa y nueve pesetas de las cuales doscientas veintidós mil setecientas cuarenta y cinco las ponía la fundación y trescientas treinta y nueve mil doscientas cuarenta y cinco se solicitaban al Ministerio. La Constructora Benéfica Santa María de Covadonga, del Arzobispado, se encargaba de gestionar la obra con la intervención directa de Cortina Prieto. Fue encargado de estas obras el constructor Ramón Sela Reigada, Mercadel, de Seares

RESULTADOS SATISFACTORIOS
Toda esta prosaica adaptación material, por otra parte bien austera, iba adobada por el celo de las religiosas, que levantaron el ánimo con las nuevas tareas, y por el interés profesional de toda la Inspección Provincial de Enseñanza. Cito, por personalizar en alguno, a Julián Gómez Elisburu, inspector jefe, a José Mendoza, ponente para este tipo de instituciones, Samuel Fernández y las sucesivas inspectoras encargadas de zona, Francisca Villamor, Carmen Millán y Conchita Lobera, esta hoy afincada en Castropol.
Los resultados (docentes, sociales y alimenticios) para los niños son reconocidos como “altamente satisfactorios” por el testimonio de los padres, por autoridades municipales de las localidades de origen y por la misma Inspección Provincial, circunstancia que iba excitando la demanda de nuevas plazas de acogida, especialmente en las zonas rurales y de montaña en occidente astur.

NUEVAS ADAPTACIONES Y REFORMAS
En abril del 68, el subsecretario Luis Legaz acedía a nuestra petición de más plazas y, previo concurso, empezaron las obras fundamentales consistentes en forjado de viguetas cerámicas sobre hormigón, muros y tabiques, cielo raso, pavimentación de baldosa, servicios higiénicos para dormitorios y patios, dos habitaciones individuales para maestras tutoras, ensanchar huecos, instalación de agua y electricidad, una escalera interior entre plantas, carpintería de castaño, pintura al óleo y al temple sobre picado e instalar una cocina industrial.
Las repuestas de la Administración pública fueron siempre afirmativas, espontáneas y generosas, hasta el punto de que, algún mobiliario y equipamiento se duplicaba y había que llevarlo al desván.
La Inspección Provincial de EGB comunica que, para el curso 1969-70, enviarían hasta un centenar de niños, y pide al colegio un esfuerzo especial, pues aún no están rematadas las obras. Los niños se incorporan con un mes de retraso.

ESCUELA HOGAR EN UN CENTRO PRIVADO.
La acogida en Valledor de hijos de emigrantes fue propiciando la apertura a otros niños de zonas rurales de costosa escolarización, al estilo de las Escuelas Hogar que por la época comenzaban a crearse. Era emblemática, para la zona, la de Navelgas.
Como consecuencia de esta actividad, un tanto eufórica, sensim sine sensu se iba desdibujando el carácter privado de la institución, hasta el punto de que, por una orden ministerial del 30 de agosto de 1967, publicada en BOE nº 287 de 1 de diciembre, se crea, sin previa solicitud del Patronato, una Escuela Hogar en el Colegio Privado de Valledor. Esta anomalía se hizo constar en escrito de junio de 1972 enviado al Ministerio de Educación.
Quedaba, pues, solapada la función de centro privado. El Patronato, en un deseo de salvar su finalidad educativa y el bien del pueblo, hizo, en mayo de 1974, una nueva oferta de cesión del edificio de Valledor. En septiembre del mismo año se reiteró el ofrecimiento, a lo que la Delegación Provincial del Ministerio respondió a la Vicaría Episcopal de Curia del Arzobispado que “se había informado favorablemente la oferta y que no obstante se enviaba nuevamente escrito a la Subsecretaría de Educación insistiendo sobre este tema”. Es el último documento que yo conozco sobre el asunto."

Nano -

Lamentablemente no sé quiénes son los hermanos Ureta como tampoco la hermana Felisa.
Alguien me puede decir algo sobre estos , seguro, entrañables castropolenses?