El castropolense que quiere que los turistas conozcan por dentro una de las joyas de su pueblo
Paco Fernández posa junto a los retablos del templo. / T. CASCUDO
"La gente venía y preguntaba, pero la iglesia siempre estaba cerrada y esto es historia del pueblo", señala Paco Fernández, que ejerce de guía turístico del templo dedicado a Santiago
Entre las once y las doce y media de la mañana, las puertas de la iglesia de Santiago Apóstol, en pleno corazón de Castropol, están abiertas de par en par. Dentro espera el castropolense Paco Fernández, convertido este verano en guía turístico voluntario. "La gente venía y preguntaba por la iglesia, pero siempre estaba cerrada y esto es historia del pueblo", señala este hostelero jubilado que ha decidido aportar su granito de arena para que los turistas conozcan bien una de las joyas de la localidad. Además, este verano se ha puesto en marcha una campaña de recogida de fondos para acometer las obras de mantenimiento que necesita el edificio.
Cuenta este improvisado guía que la iglesia, de la que no se conoce con exactitud su origen (hay fuentes que localizan su construcción en el siglo XVI y otras en el XVII), tiene muchos tesoros por mostrar. Entre ellos, sus retablos barrocos. De hecho, la implicación de la comunidad vecinal en la reparación de la iglesia y la restauración del retablo de la Asunción, fue uno de los motivos por los que la villa logró, en 1997, el premio al Pueblo Ejemplar de Asturias.
Paco Fernández mostrando el interior del templo. / T. CASCUDO
"Es una catedral en pequeño, a nuestro alrededor hay pocas iglesias de esta categoría", cuenta Fernández, encantado con ayudar a su difusión y mostrar todos sus detalles como una concha gigante traída de Filipinas y que funciona como pila. Desde el Ayuntamiento de Castropol agradecen el apoyo y la concejala de Cultura, Miriam Moya, explica que todos los veranos eran frecuentes las preguntas en la oficina de turismo. "Eran muchos los que pedían visitarla", precisa, encantada con la buena disposición de este vecino y el párroco, Alejandro Fuentevilla.
El cura explica que tienen muchas ideas para relanzar turísticamente este inmueble como restaurar la escalera que lleva al campanario para permitir las visitas a este espacio con espectaculares vistas de la ría del Eo. Este proyecto deberá aguardar hasta el año que viene, ya que la primera tarea que tienen por delante es mejorar el interior del templo, afectado por humedades y con evidentes necesidades de mantenimiento. En este sentido, acaba de constituirse una comisión vecinal que recaudará fondos para acometer los trabajos.
Vista exterior de la torre de la iglesia. / T. CASCUDO
"El mantenimiento estaba muy abandonado. Hay problemas de humedades y queremos pintar y mejorar la instalación eléctrica. Lo primero es la nave principal, pero también habría que arreglar la sacristía", cuenta Fuentevilla. En lo que va de verano ya han reunido unos 6.000 euros y confían en organizar diferentes actividades en los próximos meses para aumentar la recaudación. Una vez sepan la cantidad económica disponible gestionarán los permisos con el Obispado y pondrán en marcha los trabajos. La iglesia de Santiago Apóstol será su primer objetivo, pero Fuentevilla también tiene planes para acometer obras de mejora en el cementerio, así como en la iglesia de Figueras.
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