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Luis Rodríguez Terente, director-conservador del Museo de Geología de la Universidad de Oviedo: «Los meteoritos no traen vida, pero sí los ingredientes de la vida»

A MARIÑA

Este sábado, 2 de agosto, dará la conferencia «Meteoritos: mensajeros del espacio» en la Casa da Cultura de Castropol, hablará del de Cangas de Onís y de la emergencia planetaria que se activó en 2024
01 ago 2025 . Actualizado a las 08:46 h.El 6 de diciembre de 1866 impactaba en Cangas de Onís, en Asturias, un meteorito. Eran las 10.30. Está considerado uno de los más importantes del mundo. Procedía del Cinturón de Asteroides situado entre las órbitas de Saturno y Júpiter y los fragmentos en los que se partió están esparcidos por museos del mundo, de los cuáles varios están en el Museo de Geología de la Universidad de Oviedo. Uno de ellos, de tres kilos, tiene incluso una anécdota un tanto surrealista detrás, que cuenta el director-coordinador del centro ovetense, Luis Rodríguez Terente, quien este sábado precisamente dará la charla «Meteoritos: mensajeros del espacio» en Castropol (Casa de Cultura, 19.30 horas) que impulsa la Fundación Ría del Eo: «De los 40 meteoritos que cayeron en España y que se conservan, nosotros tenemos uno de ellos, el de Cangas de Onís. El edificio histórico de la Universidad de Oviedo fue destruido por un incendio, donde existía el gabinete de Historia Natural. Ardió todo. Al meteorito, como pasó dos mil grados al entrar en la atmósfera, el incendio no le afectó. La muestra que en teoría se había perdido apareció años después. Un profesor de Geología la encontró aguantando una puerta, como tope. Pesa 3 kilos y 178 gramos». Rodríguez Terente le llama «la piedra cero», porque «es la única muestra que conservamos y para mí es como el origen. El meteorito de Cangas de Onís es único». Se da la circunstancia de que parte de su etapa académica, EGB concretamente, la hizo en San Cibrao, y el Bachiller en Foz. Su padre trabajó Alúmina Aluminio. «Tengo muy buenos recuerdos de ahí, tengo mi corazoncito por allí», subraya. También vivió en el Occidente de Asturias, en Valdepares (El Franco) e hizo la tesis sobre el yacimiento de Salave.
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Seguro que es la pregunta del millón: ¿Cuántas probabilidades hay de que te caiga un meteorito?
_Es más fácil que te caiga un rayo encima que un meteorito. Hay un suceso, de una persona de Sylacauga en 1954, en Estados Unidos, que contaré en la charla, aunque la probabilidad es muy remota.
_En Internet se dice «una entre 77 millones».
_Una vez, por curiosidad, miré algo así. Igual es más fácil que te toque la lotería que te caiga un meteorito encima, sí.
«No hay mes al año en que no haya una noticia de un cuerpo que se va a acercar a la tierra»
_Siempre tengo en mente que va a caer uno en cualquier momento...
_Si uno mira por Internet, no hay mes al año en que no haya una noticia de un cuerpo que se va a acercar a la tierra, del tamaño de un estadio de fútbol o del Big Ben... Hay muchas comparativas. O dicen que va a pasar muy cerca, y dicen ’400.000 o 500.000 kilómetros’. La luna está a 374.000. Cuando uno hace la cuenta, piensa que por muy cerca que nos pase no es fácil. El leit motiv de la conferencia de este año, que es descubrir lo que es verdad y lo que es ficción, es porque la ONU activó por primera vez el protocolo de seguridad planetaria por el descubierto en 2024, el YR4, que apareció en diciembre del año pasado y que, de verdad, nos iba a dar, por lo que uno piensa en lo peor... Ni muchísimo menos. En marzo me parece que ya se perdió toda la alarma. De todas maneras, era para 2032 pero en 2028 se va a calcular la órbita exacta y me parece que puede que impacte en la luna, pero en la tierra ya no. Aprovecharé esa noticia para contextualizar, pero quiero darle al público una idea de lo que son estas rocas de qué están hechas, cómo se formaron y cómo las estudiamos. Y a través de anécdotas y sucesos históricos que sea una charla amena.

_Y otra incógnita que nos hacemos, si traen vida.
_No traen vida pero sí los ingredientes de la vida. Nos falta Arguiñano. Tenemos los azúcares, las proteínas, las bases están en un tipo de meteoritos muy concreto que llamamos, cuando los clasificamos, condritas carbonáceas por los compuestos de carbono que tienen. Aunque tengamos toda la lista de lo que se ha encontrado, nadie ha sido capaz, en un laboratorio, de recrear la vida. Es como si te dan los ingredientes de la fabada pero no te dicen cómo cocinarla.

_Esta semana precisamente publicamos «Un bólido espacial y el mar de ardora iluminan la noche de la playa de Carnota», coincidiendo los dos fenómenos. ¿Cómo acabó estudiando meteoritos?
_En mi formación, aparte, soy mineralogista. La pieza más importante en el museo que regento es el meteorito de Cangas de Onís, al que hicimos un estudio en 2013, empezando a mirar con las técnicas actuales. Sabíamos muchas cosas pero no todas. Empezamos a hacer un remake como se dice ahora, con la idea de volver a estudiarlo y ver hasta dónde llegamos. Me tocó hacerlo, con un compañero que es petrólogo, porque los meteoritos son rocas que vienen del espacio y están constituidas por minerales. Me pareció apasionante. Lo vi en la carrera, pero de forma muy liviana (...) Empecé a meterme en el tema, a leer todo lo publicado. Es apasionante. La conferencia la he reducido a una hora pero podría estar hablando una tarde, porque me lo he leído todo de todos. Es increíble lo que estas rocas nos aportan para conocer la Tierra. No deja de ser, en su origen, una suma de estas rocas espaciales que hace miles de millones de años fueron formando nuestro planeta.
«Empezamos a hacer un remake como se dice ahora, con la idea de volver a estudiarlo y ver hasta dónde llegamos»
_Por decirlo de algún modo, ¿’quién envía’ los meteoritos?
_El que más nos manda es Júpiter, por la oscilación gravitatoria que tiene. Casi todas estas rocas se encuentran en el Cinturón de Asteroides pero a veces pasa un cometa por allí. Imagínate el espacio como una mesa de billar, donde están las bolas repartidas. Cuando un cometa atraviesa el cinturón o Júpiter hace una de las suyas y expulsa uno de los cuerpos del mismo, en esa trayectoria el cuerpo se pone en movimiento. Y la Tierra está ahí. Y Marte, la Luna, Venus, Mercurio... Podemos tener un problema cuando la Tierra intercepta la órbita de esos cuerpos.
_¿Qué velocidad pueden alcanzar?
_En el espacio, tranquilamente, unos 50 kilómetros por segundo. Estoy en Gijón... pues es como ir de aquí a Ribadeo en tres segundos.

_¿Tiene alguna referencia de algún meteorito en Galicia?
_En Traspena (Lugo) cayó uno el 18 de enero de 2021. Y está en el museo de Santiago de Compostela.
_El de Rusia de 2013 también fue potente.
_Sí, fue muy espectacular. En el museo tengo también un fragmento. Cuando hablamos de un meteorito no hablamos de una sola piedra. Son varias porque en muchos casos, cuando entran en la atmósfera se desintegran y generan los bólidos que se ven. De algunos del mundo tenemos un ejemplar, pero del de Cangas de Onís, aparte del histórico de 3 kilos, tenemos otros once expuestos, de los cientos que se debieron caer aquel día y que no se recuperaron. Hubo unos 1.500 heridos por el de Chelyábinsk pero fue por la onda expansiva que causó al reventar, afectando a la gente que estaba asomada a las ventanas. No falleció nadie. Se recuperó un fragmento de media tonelada del lago.

_¿Podemos tener hoy en cierta cierta tranquilidad con la tecnología actual?
_No es como en las películas. Nuestro sistema de detección y de defensa, la misión Dart, fue un éxito total. Si lo encontramos a tiempo,porque la anticipación es lo más importante, podemos desviar cualquier cuerpo que venga hacia la Tierra con la suficiente antelación. Yo doy ese ápice de tranquilidad.





Cuidados intensivos para el retablo de San Isidro, el más antiguo de la iglesia de Castropol
La estructura, que data de finales del siglo XVII, tiene partes muy dañadas por un ataque de xilófagos y está en tratamiento

Un momento del desmontaje del retablo. / R. T. C.
Se podría decir que el retablo de San Isidro, el más antiguo de la iglesia de Castropol, está estos días en la unidad de cuidados intensivos. La pieza, que data de finales del siglo XVII, sufre un serio deterioro por un ataque de carcoma y la Fundación Ría del Eo se ha hecho cargo de financiar los trabajos de conservación que está ejecutando estos días la firma Antiquas Ars Habilitas.
Cabe precisar que este y el resto de los retablos del templo castropolense fueron restaurados a finales del siglo XX, por lo que estos trabajos actuales solo afectarán a la conservación de la estructura y, en ningún caso, señalan los expertos, supondrán un cambio estético. En esencia, se busca frenar un grave ataque de carcoma.
“Se detecta porque tiene mucho serrín, mucho polvillo cayendo, que además tiene depósitos en las cornisas en las que se aprecian pequeñas montañitas de serrín. Cuanto esto pasa es que el ataque de xilófagos está activo y que el daño irá a más”, señala la directora de la obra, la restauradora Ainhoa López Formadela, que hizo hace unos años un estudio sobre los retablos barrocos de Castropol. Precisa que, para casos graves, como ocurre con el retablo de San Isidro, es recomendable el desmontaje de la estructura para que el tratamiento sea más efectivo.

Un momento del desmontaje. / R. T. C.
“Si no los desmontas, dado que son maderas muy gruesas, solo puedes actuar en la parte vista. Entonces, cuando es un ataque grave se desmonta y así puedes darle por todas las partes. Lo impregnas bien con el producto y se envuelve para dejarlo sellado y que el tratamiento actúe y sea más efectivo”, apunta López Formadela sobre este trabajo que ejecuta Antiquas Ars Habilitas. La citada firma ya desmontó la estructura hace unos días. La época, añade, es ideal para hacer este tipo de tratamientos.
Tras la desinsectación, tocará consolidar la madera, de hecho, una de las columnas se fracturó en el desmontaje dado su mal estado. Sin embargo, tranquilizan a los vecinos, ya que es posible recuperar la pieza sin que se note la intervención. Señala López Formadela que el mal estado del retablo “no es generalizado; lo que está mal, está muy mal, pero hay cosas que están bastante bien”. En este sentido, señala que la estructura fue manipulada varios siglos después de su construcción para albergar a tallas de más tamaño que para las que fue inicialmente concebido. En esta modificación de las hornacinas se usó madera de castaño y esta está en mejor estado que la original de nogal.

La columna fracturada por los daños de la carcoma. / R. T. C.
El desmontaje se efectuó en una sola jornada y fue relativamente rápido. Ahora el retablo está a buen recaudo en un local castropolense donde está siendo tratado. Este retablo forma parte del conjunto de piezas barrocas diseminadas por el concejo de Castropol y que proceden de un mismo taller, si bien está pendiente su identificación.



La ostra de la ría del Eo llega "más gorda" a su undécimo festival anual "Somos la ostra"
"Están muy bien, casi entran depuradas", señalan los ostricultores, que tienen en depuración una remesa de 28.000 unidades, más que en la pasada edición

Manuel Fernández y Eduardo Martín, ayer, trabajando en la depuradora. | T. CASCUDO
Los ostricultores de Castropol trabajan estos días a pleno rendimiento para seleccionar y depurar el producto que se degustará en el XI Festival "Somos la ostra", que tendrá lugar entre el jueves 1 y el domingo 4 de mayo. En total, las dos empresas de acuicultura que operan en la ría del Eo servirán unas 28.000 ostras, una cifra superior a la de la pasada edición.
"La ostra está muy bien, estas semanas de atrás parecía algo floja, pero ha vuelto a engordar. Además, las condiciones de la ría están muy bien y se podría decir que la ostra entra casi depurada", señala el biólogo de Acueo, Eduardo Martín. Coincide con él José Manuel Lojo, de la firma OstrAstur, que certifica el aumento en los últimos quince días del porcentaje de carne del molusco bivalvo.

Martín, ayer, limpiando las ostras recién sacadas de la ría y antes de meterlas a la depuradora. / T. Cascudo
"La ostra está perfecta, creo que llega más gorda que los últimos años gracias al aumento de la temperatura del agua. En general, esta época es buen momento", añade. Los de OstrAstur metieron una remesa de 10.000 ostras en la depuradora del Centro de Experimentación Pesquera de Castropol, mientras que Acueo ha reservado 18.000 unidades para estos días tan especiales. Los trabajos de extracción del producto de la ría comenzaron la semana pasada y concluyeron ayer. Ahora la ostra aguardará en el centro a su gran día.




Así "siembran" versos los alumnos de Castropol: una bella acción para celebrar el Día de la Poesía
"Acercando la poesía a los más pequeños, la poesía crecerá. Estamos sembrando para tener una buena cosecha en unos años", señaló Manuela Busto

La bibliotecaria de Castropol, Manuela Busto, da la bienvenida a los escolares con poesía. / T. Cascudo
La Biblioteca Popular Circulante Menéndez Pelayo de Castropol se sumó a la iniciativa "Asturias, Capital Mundial de la Poesía" con una original siembra de versos. Los protagonistas fueron los escolares del colegio La Paloma de Castropol que no solo leyeron poesía, sino que metieron las manos en la tierra para "cultivar" el amor por la lectura. "Acercando la poesía a los más pequeños, la poesía crecerá. Estamos sembrando para tener una buena cosecha en unos años", señaló la bibliotecaria castropolense, Manuela Busto, sobre esta actividad que coincidió con el Día del árbol.
El centro lector, en colaboración con la Fundación Ría del Eo, adquirió unos lápices especiales que portaban semillas florales en uno de sus extremos. Animaron a los niños a escribir con estos lápices unos versos en unos papeles con forma de hoja verde y después a depositar la hoja y el lápiz en una pequeña maceta en la que verán germinar flores en unos días.

Un momento de la siembra de versos. / T. Cascudo
La pequeña Ángela López, que precisamente este sábado cumplirá 12 años, se mostró encantada con la propuesta y también con la oportunidad de descubrir la poesía. "Este año empezamos a leerla en el colegio y me gusta mucho", confesó, mientras sus compañeros experimentaban en el particular "invernadero" instalado en la casa de cultura de Castropol.
"Sería una belleza que nos crecieran flores en la cabeza, podría saberse fácilmente quien tiene buen corazón y quien tiene triste la mente", señalan los versos de Gianni Rodari que ayer leyeron los escolares. Por su parte, la bibliotecaria, Manuela Busto, leyó un poema de Gerardo Diego donde la naturaleza está presente. "Gerardo Diego es un poeta muy famoso que dedicó un libro a la biblioteca de Castropol", contó Busto, al tiempo que animó a los pequeños a leer y celebrar la poesía. La jornada ventosa obligó a hacer la actividad a cubierto en lugar del parque Vicente Loriente donde estaba inicialmente prevista.