He vuelto.
A mi familia y amigos de mi pueblo, Castropol,
con toda gratitud.
He vuelto como ave migratoria,
después de treinta años, a
retornar al nido.
He vuelto con mis plumas
sin brillo, humildemente,
apenas aleteando
emociones y frío.
He vuelto, ya sin canto, mi
voz se fue gastando
en gritos desoídos.
¡Sólo mi corazón
y la esperanza
eran los mismos!
He vuelto siendo otro
¿Dónde están mis hermanos?
Todos fuimos cobardes.
Te hemos dejado sola.
Te fuimos desangrando.
Te robamos tus cantos,
tus risas y tus pájaros.
Todo en Ti, es silencio.
Te hemos dejado sola,
llorando tus chubascos
en tus grisáceas tardes.
Te hemos dejado sola
arropada en tus calles
silenciosas, sin niños; con
tus casas llaveadas
tan llenas de recuerdos.
¡Quedaste despoblada!
Te hemos dejado sola en tu vejez
altiva. Ingrávida, sin hombres,
para engendrar más hijos.
¡Qué dolor tan intenso!
DESDE LA LEJANÍA
siento tus estertores, que
son también los míos,
siento que lentamente: te
mueres de añoranzas, te
mueres de tristeza, te
mueres, ya vacía.
Me hablas y te escucho
y me dices: QUE VUELVA,
te contesto: QUE VOY,
porque en mi adentro siento,
que sigo siendo un niño
y que has estado en mí siempre
¡Qué jamás he salido
de tu agreste regazo...,
de tu cuna de viento!
Amador García Acebo
0 comentarios