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Castropol, Pueblo Ejemplar de Asturias

D. Enrique, párroco de Barres, en Castropol.

D. Enrique, párroco de Barres, en Castropol.

8 comentarios

legaspi -

APUNTES PARA MEMORIA HISTORICA

A pesar de ser asiduo tertuliante de este patio de vecinos se me pasan muchos detalles de la amigable conversación en la que vamos tejiendo y recordando la pequeña historia de nuestro pueblo. Hace meses, abril de 2010, que, a requerimiento de Fernando que preguntaba “sabe alguien decirme en que año nació y murió aproximadamente este señor”. J. Manuel y yo mismo, por más viejo, aportamos datos. Porque, entre otras cosas, este hombre, cura y, además, señor, también conocido por “El Coxo de Barres” o “El Curín de Barres”, títulos que los comentaristas ponen al pie de la foto, fue figura popular en Castropol. Ahora me encuentro con una aportación de Victor Díaz que me suscita recuerdos y comentarios.

Nunca fue “santo de mi especial y gran devoción”, a pesar de ser mi apreciado hermano en el sacerdocio y vecino del que tengo muchas cosas buenas que decir, como otras personas de Castropol. Es verdad que en los primeros momentos, tristes, confusos y convulsos, de la guerra civil del 36 se le atribuyó por alguien el haberse inhibido o de no haberse implicado con fuerza en la defensa de represaliados o condenados a muerte en Castropol por el bando dominante.

Pero la historia y los historiadores han de ser rigurosos y lo más exactos posible en su juicio y expresión. Decir que este hombre ha sido verdugo, que, según el diccionario es “persona que tortura o asesina a otra. o funcionario que ejecuta la sentencia de muerte” me parece un tanto exagerado ni siquiera utilizando el axioma de que “tanto peca el que mata como el que aguanta la pata”. Tampoco conozco testimonios fehacientes de que haya sido delator en ejercicio para señalar a paseables hacia el paredón o la cuneta.

No en disculpa, y menos en justificación, de sus actitudes existenciales e ideológicas, debo recordar el ambiente contra el clero que ya, desde años se venía fraguando. Pepillo del Preferente, José Díaz, en su obra “Octubre Rojo”, preludio del 36, describe: “El cura (mataron a 33) era conducido al Ayuntamiento y allí pasaba el día, mientras los grupos se armaban de escopetas y pistolas y recorrían las calles… ” A su paso los niños, yo entre ellos, cantábamos el himno nacional de la República con la letra muy popularizada que decía. “si supiesen loa curas y frailes la paliza que van a llevar…y algún que otro simulado graznido se oía por las esquinas. No era un clima demasiado confortable para que un cura pasease entre su feligresía. No siempre se guarda el equilibrio en medio de vientos cruzados y fácilmente se producen tempestades. A veces, encuadrada la figura en el marco, se contemplan mejor los matices.

Entrecomillo un testimonio de lo sucesos en nuestro pueblo tranquilo “En los días, ya calientes de julio, el 21, se trasladaron a Ribadeo, el ecónomo de Castropol, Manuel Díaz y su coadjutor, Enrique Rodríguez y el fraile carmelita, Eugenio de San José, que predicaba un triduo en devoción a la Virgen del Carmen. Allí permanecieron tres días disimulados con traje de seglar. El día 24 pensó el párroco que podían trasladarse a Castropol, con afán de celebrar solemnemente la festividad del Apóstol Santiago en que había de predicar el P. Eugenio. Varias personas tratan de disuadirlos, pero no atendiendo a los atinados razonamientos de las personas amigas, se determinaron a regresar atravesando la Ría hasta Castropol. Al saltar a tierra son inmediatamente detenidos. Milicianos, armados con escopetas, los llevan al Comité que ordena encarcelarlos.”

Poco después, frente a una mesa siéntase el brigada de Zona de Reclutamiento de Pravia. Comienza el cacheo y el interrogatorio, uno a uno. Durante el tiempo de permanencia en la prisión el P. Eugenio confesó a todos sus compañeros y les exhortaba a sufrir las torturas de aquel martirio y que nadie desmayase ante la muerte por la religión de Jesucristo.

Durante el tiempo de permanencia en la prisión el P. Eugenio confesó a todos sus compañeros y les exhortaba a sufrir las torturas de aquel martirio y que nadie desmayase ante la muerte por la religión de Jesucristo

El 25, por la tarde proceden a un minucioso registro de las habitaciones que ocupaban los curas en el Hotel Guerra. en el registro que hasta levantan el hule del lavabo”.

Ya inminente el avance del ejército rebelde, en previsión de un desembarco sobre Castropol, los curas, dos médicos, el registrador, el notario, un propietario ex alcalde… conducidos en cuerda de presos fueron expuestos como una ristra de escudos humanos, por no decir “carne de cañón”, sobre el alto pretil de la calle del muelle. Uno que perdiese el equilibrio, todos a la ribera.

Con el pretexto de haber recibido órdenes severísimas de llevar a Eugenio al Comité de Vegadeo, le obligan esa noche a recoger sus dos maletines, le hacen subir a un coche, sin permitirle despedirse de sus compañeros y, escoltado por milicianos, le conducen al Ayuntamiento de Vegadeo. Algunas personas que vieron descender del auto a un caballero con dos maletines creyeron que se trataba de algún viajante.

Serían las dos de la mañana del día 29, cuando vieron salir al presunto viajante escoltado por milicianos que le conducen al Puente de Porto y le dicen que es necesario salir del territorio asturiano para se vaya al territorio en poder de los fascistas y, a 30 metros, en tierras ya de Galicia, en la carretera que conduce a Ribadeo le aplican la ley de fugas, Le disparan y un tiro entra por la espalda y sale por el vientre. Ya desplomado, le aplican al rostro el cañón del fusil dándole el tiro gracia. Otro tercer tiro presentaba en la muñeca del brazo izquierdo

Hacía las cinco de la mañana obligan a un enterrador a cavar, una sepultura en el camposanto de Vegadeo, para enterrar a un minero que les había traicionado”. Fue la primera víctima de la contienda en el occidente asturiano.

El 1 de agosto, ya ocupada la zona por los sublevados el cadáver del fraile fue exhumado y trasladado a Castropol en donde se celebró un funeral. Su cuerpo, revestido con ornamentos sacerdotales, fue expuesto en la plaza de la iglesia, antes ser inhumado provisionalmente en el cementerio parroquial”

Se motivó así la primera balacera en la Poceira, San Juan de Moldes. Antonio Montero, mi padrino, carabinero, estaba con algún otro atrincherado en la fuente del Trobo, de buen tiro mató al oficial del ejército que venía en “paseo militar” por la recta de la carretera. Montero fue acribillado a balazos (segundo muerto) La reacción del ejército fue fulminante y en despliegue envolvente se lanzaron sobre la villa por Fontela, el Cementerio, Vilarrasa, Quintalonga, La Fuente, Las Barreiras… en donde mataron a ¿Francisco? Canel (tercer muerto) que, al parecer, por confusión, saludó puño en alto a los soldados “liberadores”
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La mortandad más numerosa se produjo en el centro del pueblo. Los milicianos gubernamentales que habían llegado de la Cuencas Mineras, al verse sorprendidos y envueltos por el ejercito que, en vez del ingenuo desembarco por la ría, envolvieron al adversario vadeando el Eo aguas arriba, liberaron a los rehenes y huyeron procurando esconderse. Los presos que eran del pueblo lo tuvieron más fácil, pero los mineros fueron atrapados con armas y bagajes en la calle del Medio y allí mismo como una media docena (he oído cifras distintas) fueron pasados por las armas.

Consigno estas notas, repito, no para abrir heridas ni crispar ánimos ni, siquiera justificar alguna conducta. Sólo pretendo aproximar tristes datos que reflejan el ambiente que yo también en mi niñez y adolescencia he vivido y padecido. ¡Qué no se repita! Como se dice en en otro comentario, “ese tiempo ya pasó”.Se debe satisfacer la justicia y ejercer la satisfacción de perdonar.

P-D. En esta misma bitácora (cfr. fotos antiguas 25/11/2007) hay otra foto de este mismo cura don Enrique, “debruzado” sobre el alféizar de una ventana en su residencia del Hotel Guerra. Está en la amigable compañía de su anfitriona Antonia Guerra directora de Auxilio Social gestionado por Falange Española Tradicionalista y de las Jons. Esto pasa en los pueblos en donde todos nos conocemos y, alguna vez, llegamos a querernos.

Victor de Primote -

También hay que decir que este hombre es tristemente conocido en la zona por haber sido verdugo en la posguerra, de haber indicado las personas que habia que pasear, etc. Se que ese tiempo ya paso, pero no se puede permitir que se olviden los desmanes.

Avelina Rodriguez -

A Legaspi, Soy Avelina Rodriguez, única sobrina de D.Enrique Rodríguez que vive en esta zona, hija de su hermano Manuel Rodriguez, emigrado a Argentina en 1949. Me ha causado una gran emoción la exactitud en los datos biográficos de mi tío. Añadir que Enrique Rodriguez Alvarez falleció el 30/10/1978. Era una persona muy viajera y que llevaba con muchisimo orgullo, el poder decir, en aquellos sitios que visitaba, que era párroco del bello pueblo de Barres. Creó una escuela para niñas en una ala de la Iglesia de Barres en 1965. Y una de sus frases más repetidas era "soy el curin de Barres".

legaspi -

Enrique Rodríguez Alvarez, hijo de Benito y Carmen, nació en Santa Marina de Meredo el 4/X/1904.
En el Asilo del Fresno de Oviedo, fundación del castropolense Padre Vinjoy, hizo sus primeros estudios de Latín. Cursó Filosofía en el Seminario de Valdedios e hizo Teología en Oviedo.
Fue ordenado sacerdote el 22/ VI/ 1930, Al mes siguiente comenzó su ministerio como coadjutor de Castropol, siendo párroco Jesús Pérez Fernández. Permaneció en el mismo cargo con Manuel Díaz, ecónomo de Castropol desde el 34 al 38. Durante toda su estancia en la parroquia, se hospedó en el hotel Guerra.
En 18 de mayo de 1938 se traslada como ecónomo a San Román de Candamo Fenolleda y Valdemoro. Sólo tres meses estuvo en este destino, pues por un cambio poco frecuente en los destinos eclesiásticos, en agosto permutó su puesto con Manuel Díaz. Rodríguez volvió a Castropol y Díaz se pasó a Candamo.
El 23/VIII/1940 pasó a regir la parroquia de Barres hasta su fallecimiento en 1978.

J. Manuel -

Ovidio, arregla lo anterior y pon que murió entre el año 75 y 78.
Saludos

J. Manuel -

Este señor D. Enrique Rodríguez Alvarez, nació en Vegadeo el día 4 de octubre de 1904, residió en este muncipio de castropol desde el año 1930 y creo que murió en los primeros años ochenta, esto último no es seguro.

J. Manuel -

Este señor, de nombre D. Enrique Rodríguez Alvarez nació en Vegadeo el día 4 de octubre de 1904, vivió en este municipio de Castropol, desde el año 1930 aproximadamente y los últimos años, no se si también los primeros, fue párroco de Barres, no se exactamente cuando muríó, pero creo que en los primero años ochenta vivia.

fernando -

SABE ALGUIEN DECIRME EN QUE AÑO NACIO Y MURIÓ APROXIMADAMENTE ESTE SEÑOR?
SALUDOS