De la fiebre de la juventud depende la temperatura normal de la sociedad No sé muy bien quien hizo esta pintada. A lo mejor fue por las vueltas del Mayo 68. Hubo entonces fiebre e ingenio. Pero no en todas las parábolas, incluidas las evangélicas, el tertium comparationis va a misa.
Bien está que las nuevas generaciones políticas se entrenen y curtan marcando de cerca al gobierno. No se les puede dejar solos, dicen que decía el viejo. También en las cosas pequeñas hay que estar vigilantes. Para eso está la oposición. No aflojéis de la pasión la cuerda, porque lo que empieza en pedo termina en mierda.Aquí, al lado, hay un comentario: «En política es importante discernir entre lo privado y lo público y conservar siempre un equilibrio apropiado para no dañar la imagen de nuestra democracia» De acuerdo. Pero tampoco hay que matar moscas a cañonazos. Ni gastar la pólvora en salvas, ni mojarla con un estornudo. La prudencia es una virtud y la oportunidad una estrategia.
Una sencilla furgoneta al servicio permanente del señor Alcalde que, si es responsable, debe estar de servicio permanente, ocupado y preocupado del municipio, manejada por él mismo, sin ujieres, ni séquito, presto para acudir a cualquier emergencia del vecindario, con desplazamientos fácilmente controlables, el hecho en sí mismo no da para mucha oposición y menos, para acoso y derribo. Incluso, dado lo que se estila a derecha e izquierda del arco parlamentario, puede ser ejemplar, encomiable y rentable por su frugal austeridad.
Otros elefantes nos tragamos en la dieta castropoleira. Ahí sí que no hay que bajar la guardia y vociferar, si menester fuere. ¡Ánimo, pues, a la juventud, a ver si aumenta un poco la temperatura y los viejos, desengañados, dejamos de tiritar y castañear los dientes!
Antonio Murias Vila -
Esta noticia parece un homenaje póstumo a Luis García Berlanga, y un retrato acre de la coyuntura política, con una sutil nota de socarronería asturgaláica.
2 comentarios
legaspi -
De la fiebre de la juventud depende la temperatura normal de la sociedad No sé muy bien quien hizo esta pintada. A lo mejor fue por las vueltas del Mayo 68. Hubo entonces fiebre e ingenio. Pero no en todas las parábolas, incluidas las evangélicas, el tertium comparationis va a misa.
Bien está que las nuevas generaciones políticas se entrenen y curtan marcando de cerca al gobierno. No se les puede dejar solos, dicen que decía el viejo. También en las cosas pequeñas hay que estar vigilantes. Para eso está la oposición. No aflojéis de la pasión la cuerda, porque lo que empieza en pedo termina en mierda.Aquí, al lado, hay un comentario: «En política es importante discernir entre lo privado y lo público y conservar siempre un equilibrio apropiado para no dañar la imagen de nuestra democracia» De acuerdo. Pero tampoco hay que matar moscas a cañonazos. Ni gastar la pólvora en salvas, ni mojarla con un estornudo. La prudencia es una virtud y la oportunidad una estrategia.
Una sencilla furgoneta al servicio permanente del señor Alcalde que, si es responsable, debe estar de servicio permanente, ocupado y preocupado del municipio, manejada por él mismo, sin ujieres, ni séquito, presto para acudir a cualquier emergencia del vecindario, con desplazamientos fácilmente controlables, el hecho en sí mismo no da para mucha oposición y menos, para acoso y derribo. Incluso, dado lo que se estila a derecha e izquierda del arco parlamentario, puede ser ejemplar, encomiable y rentable por su frugal austeridad.
Otros elefantes nos tragamos en la dieta castropoleira. Ahí sí que no hay que bajar la guardia y vociferar, si menester fuere. ¡Ánimo, pues, a la juventud, a ver si aumenta un poco la temperatura y los viejos, desengañados, dejamos de tiritar y castañear los dientes!
Antonio Murias Vila -