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Castropol, Pueblo Ejemplar de Asturias

LA ESCOLLERA GALLEGA Y OTROS LODOS DE LA RIA DEL EO

Por considerarlo de rabiosa actualidad, reproducimos a continuación un artículo publicado por D- Luis Legaspi en La Nueva España en 1993 

 

  Nota previa: De nuevo salta a nuestra tertulia el tema de las agresiones a la Ría. Hay en “Castropol blogia” muchos comentarios y alguna fotografía, tan bonitas como espeluznantes en las que aparecen distintos surtidores de mierda sobre la tranquila superficie de la Ría.
  Yo, hace 20 años, publiqué en La Nueva España las primeras (después otras varias) que, con la venia, reproduzco pro memoria y porque siguen de actualidad.



LA ESCOLLERA GALLEGA Y OTROS LODOS DE LA RIA DEL EO

_____________Luis Legaspi (La Nueva España, 1993)


        Cuando yo era “rapacín” escuchaba, tan embelesado como ignorante, a un amigo de la infancia, listo e inteligente, que la Ría del Eo, nuestra Ría, (permitan la licencia de la mayúscula) estaba en regresión. Ante mi cara perpleja, José María Campoamor me ponía en calderilla su teoría: “Mira ese tesón (banco de arena en medio de la hermosa ría) será pronto una buena finca de maíz. Campoamor, eminente diplomático, lleva camino de acertar, aunque al maíz en una época post industrial tampoco se le ve mucho futuro.

   José María también ha acertado cuando se oponía públicamente al trazado de la autovía ygriega asturiana hollase los Prados de San Julián, atentando directamente contra una de las joyas del prerrománico asturiano , tema que, por haber sido mal resuelto, sigue dando que escribir. Lodos de otros polvos.

   Desde aquellas elucubraciones infantiles siempre he llevado entre ceja y ceja lo de la regresión de uno de los parajes más ricos que han pasado por mi retina, no escasa de paisajes.

   Toda agresión a la Ría, y al entorno en que se engarza, me quema el alma y triste ando con ella bastante chamuscada, sobre todo cuando la regresión geofísica, probablemente inevitable, es empujada por agresiones humanas y políticas fácilmente controlables.

   “La Nueva España” en estos días se hace eco de nuevo sobre el tema con el interrogante si los lodos que entumecen la Ría son los de una escollera, otra más, que se construye, al parecer, sin un estudio serio sobre las impacto ambiental y con desconocimiento y dejadez de aquellos a quienes encomendamos la vigilancia y administración de la república.

   Yo, como eorario practicante, quiero echar mi cuarto a espadas. Los lodos son precedidos de polvos, las tempestades de vientos y “por no ahorrarse una pluma se cagó en los calzones Moctezuma”
  A guisa de muestra cito sólo algunos botones salpimentados de interrogantes. Sin amar decirlo todo, porque “sugerir es el arte” y siempre es bueno tener algún balín en el tambor.

   Hasta el año, bien reciente, de 1958 la frontera histórico-jurídica astur galaica, en su parte más septentrional, se trazaba por la margen izquierda de la Ría en la cota de la pleamar en las mareas más altas. En la citada fecha el Ministerio de Gobernación, después de un pleito salomónico, escasamente defendido por los asturianos (no eran tiempos para la discrepancia) dividió en dos la Ría del Eo o de Ribadeo. Nótese que en la sentencia también es salomónica la denominación. La mayoría de los ribereños, incluidas las fuerzas vivas, ni se enteraron. Y siguen. “ ¡Todos al suelo, coño ¡”

   A partir de ese momento se realizaron en la Ría significativas alteraciones. Ninguna con nocturnidad. No sé si con alevosía. Sospecho que con poco estudio sobre la incidencia ambiental. Casi todas “mejorando” a Ribadeo. Y en lo que sea auténtica mejora, bien que me alegro, los felicito y envidio. Ninguna rivalidad de vía estrecha.

   En la orilla izquierda se ha hecho una playa artificial que coincide con acumulaciones de arena, no conocidas por los más viejos del lugar, en la ensenada de a Vilaveya. En Porcillán se ha iniciado una escollera con “vocación” de futuro que será un buen dique de abrigo para embarcaciones de actividad pesquera, comercial y Anteriormente, en la misma ribera se había abierto una hermosa carretera de unión entre Figeueirúa y Porcillán. Amén de ampliaciones en el muelle de Mirasol, dragados y rellenos puntuales en ambas orillas. Nadie se ha preocupado de posibles lodos.

   Es bien reciente la controversia sobre el Puente de los Santos. Ahí están “puentados” y bien cercanos, como en el cielo, San Román y San Miguel. Más cerca ya están, desde luego, Ceasa de Navia y el puerto de Ribadeo. También, ENDASA de Avilés y Alumina de San Ciprián. Igual de lejos siguen estando Oviedo, La Coruña, Lugo, Orense y Pontevedra, unidos por carreteras manifiestamente mejorables. Por cierto ¿está pensado el desdoblamiento de la autovía del Cantábrico que se nos anuncia?

   Cuando se iniciaban las obras del puente se celebró una reunión en la Biblioteca Popular Circulante de Castropol. Asistían alcaldes y ex alcaldes ribereños. Allí pude escuchar que ninguno tenía idea precisa de los planos y proyectos del puente. Mucho menos de los lodos que tal construcción podría causar en la Ría. Uno tanto acosados informaron que una entrevista, a toro pasado, con el presidente del Gobierno, preclaro eorario, éste les había dicho que por su condición de Presidente se encontraba en desventaja para su intervención. Podría ser interpretado como una cacicada, pues era un tema heredado. Herencia, digo yo, acaso del anterior ministro de Obras Públicas, señor Calvo Sotelo. Así se contó y así lo cuento como testigo de la reunión.

   Es un hecho bien cierto que los bajos del Boy y Cascarrías han sido notoriamente cambiados después de estas obras y los de Figueras pasarán pronto a pie enjuto al tesón de la Berlinga. Pero ¿quién soy yo para establecer relación causa a efecto entre polvos y lodos? Alguien habrá, digo yo.

   En la ribera derecha tampoco faltaron actuaciones peligrosas. Se establecieron campos de cultivo de bivalvos. Nombres de personajes públicos como Alzaga, oriundo del Eo, y Vizcaya, don Marcos, sonaban como responsables de estas explotaciones. Luego, parece que traspasaron el negocio con pérdidas acumuladas.

   La Caja de Ahorros de Asturias se hizo presente en este “affaire” como en otros de la zona. En concesiones diversas una amplia zona se vio agredida por estacas, hierros, plásticos, toneladas de áridos que, además de perturbar el normal discurrir de regatos y corrientes, por su defectuosa señalización constituían un peligro para navegación de pequeñas embarcaciones y, sobre todo, para nadadores y practicantes de algunos deportes como el esquí acuático. Yo mismo he alertado de peligro inminente a una familia que, acaso con alguna imprudencia, trataba de hacer esquí en una zona en la que había hierros a flor de agua.

   Hace un año se ha terminado la operación de saneamiento de saneamiento de la Ría enviando a través de un emisario las aguas fecales de Vegadeo, Figueras y Castropol a mar abierta (pero menos). En esta misma semana se ha podido constatar la ruptura (¿una sola?) del tubo emisario que a borbotones suelta algo más que lodos a pocos metros del embarcadero de La Punta y bien cerca de los campos de moluscos. Se oye hablar de otros escapes, incluso en la misma Ribeira de Figueras. Alguien, para quitar materia orgánica al asunto, me explicba que los tales “geiseres” eran sólo aire, es decir “ventosidades” que los poco finos llaman pedos.

   A lo mejor así es. Sulforosos efluvios se aspiran en donde anteayer se absorbia yodo y refrescante nordés. ¿Será bandera azul nuestra hermosa Ría? ¿Cómo es posible que revienten tuberías casi sin estrenar? ¿Se ha controlado la calidad? ¿Quién ha recibido esta obra multimillonaria? Algo huele a podrido más acá de Dinamarca y, sin llegar más lejos el La Punta de Castropol.

   Tampoco los ribereños, mandos y tropa, debemos exculparnos demasiado. Todavía hoy, a pesar de los servicios municipales de limpieza, usamos la Ría de vertedero y escombrera. No menciono la anarquia del anclaje de embarcaciones y la cantidad de “muertos” insepultos en el pedrero y en el fondo de canales. Existen.

    Desmontaron la bien fundada rampa-embarcadero, de valiosos bloques graníticos que alguien se llevó a su finca de verano, porque eran “escombro”. En su lugar endilgaron un endeble pantalanín (que expresivo diminutivo bable!) que no resistió el primer vendaval y que ha de estar varado la mayor parte del año, previo pago, eso sí de amarres, anclajes, varados y botaduras.

    Me apena que ahora la Ría del Eo merezca primeros planos y enteras planas de los medios de comunicación. Las autoridades, locales y principales de la izquierda márgen andan nerviosas con las iniciativas gallegas.

   ¿En dónde estaban hasta ahora? ¿Cómo es posible que nos digan que la primera noticia de la escollera las reciben por el periódico? ¿de qué hablan, o solamente degustan en las cumbres de Ribadeo, Taramundi…? ¿No sería más barato y mejor que las patrullas, con adición al catalejo y a la moto que se dedican fervorosamente al acoso y caza de ribereños furtivos –pobriños- que se llevan a casa dos kilos de carneirolos y tres cangrexos para un arroz -plato socialista donde los haya- se dedicasen, con igual celo, a la vigilancia de agresiones mas serias?

!Porco goberno¡

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