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Castropol, Pueblo Ejemplar de Asturias

El alma de "Duna"

26 de Diciembre del 2019 - Antonio Valle Suárez (Castropol)

Estos días de intenso invierno no son muy agradables para el diario paseo, al menos para los jubilados, ya que al menor descuido, con la sola oposición de nuestra edad, nos puede abordar la gripe o, por lo menos, un fuerte catarro. Ayer al cotidiano paseo faltaron varios compañeros que se quedaron en casa abrigándose de las inclemencias. Solo fuimos cuatro de los ocho que habitualmente vamos. No faltó Bras, nuestro pesado amigo, también jubilado. Desde que iniciamos la senda no se calló ni un momento hasta que regresamos. Nos contó -nervioso- que este año ya había enviado la carta a los Reyes Magos de Oriente. Dijo que no la había mandado para pedirles ninguna cosa, sino más bien para "recomendarles" con toda la humildad del mundo un consejo a seguir a la hora de aprobar las cartas que le envían los humanos solicitándoles mascotas. Nos la leyó y, después, nos dio una copia a cada uno. Os la traslado íntegra:

"Queridos Reyes Magos de Oriente: Os diré que ’Duna’ es -la que me dejasteis en casa hace trece años de la mano de Pepe-, a grandes rasgos, una especie de tres en uno. Siempre tiene a flor de piel asomando la bondad, la inteligencia y la fidelidad personificada que manifiesta todo el año, no solo en Navidad. Goza de un montón de cualidades más que un humano desearía para su persona. Es divertida. Tiene una vitalidad contagiosa. Es muy sociable. Sabemos que es capaz de conducir con seguridad a un invidente hasta el autobús que le corresponde y que reconoce por el ruido del motor. Es amiga fiel de los niños, a los que desde su primer contacto cubre de atenciones, de cuidados, al tiempo que los protege. Los observa, se deja tocar por ellos. Incluso no protesta cuando algún enano de escasas buenas intenciones se sobrepasa en confianzas molestándola en exceso. Si se ve acosada, se limita a apartarse del acosador. Nunca entra en polémica con nadie, ni siquiera con los de su especie. Con los mayores... ¿qué deciros?, es nuestra guarda jurada. Nuestra perrita ’Duna’ no tiene precio. No hay oro en el mundo para pagar sus acciones. Nunca os agradeceremos bastante el habérnosla traído en aquel 2006. Hace las cosas a cambio de nada material. Solo aspira al cariño y al amor que ella derrocha. Lástima que sus años, que, al cambio comparados con los de un humano, rondan ya los 90, la van acobardando. A pesar de la alegría que desprenden sus ojos me da mucha pena al mirarla. Tiene unas cosas de película. Ayer de madrugada, sin ir más lejos, se hartó de llamar la atención con unos descarados ladridos, que excepcionalmente manifiesta. No paró hasta despertarnos a todos. Pasamos un rato observando los motivos de aquel su comportamiento y, una vez descubiertos, me acerqué hasta ella. Me recibió nerviosa moviendo su fuerte cola, como pocas veces hace, pero alegre y zalamera como siempre. La acaricié, al tiempo que la premiaba con las galletas que tanto le gustan, pues es muy llambiona. No las quiso hasta que me condujo a la portada que había abierto el viento de la noche sin nuestro consentimiento. Con ella de testigo fiel, mirándome, cerré las dos hojas de la puerta. Luego comió sus galletas y juntos caminamos en silencio de vuelta a casa, para marcharnos cada uno a sus aposentos... yo ligero, ella cojeando. Los de ella más humildes, peores que los nuestros... ¿Por qué? -me pregunté con cargos de conciencia-. ¿Acaso no los merece por lo menos iguales a los nuestros, queridos Reyes? ¡Qué injusto es el mundo!

Un Papa dijo un día que los animales tienen alma. No lo dudo pero, de verdad os digo, queridos Reyes, en un hipotético caso de que carecieses de ella la querríamos exactamente igual. Incluso aunque no tuviese papeles, que los tiene. Es difícil de comprender cómo un llamado irracional como ella puede ser tan buena y desinteresada con la especie humana cuando esta, muchas veces, no respeta ni la vida de muchos niños, mujeres y mayores. Si el cielo existe, os puedo asegurar, ’Duna’ irá de cabeza a él. Le abrirán la puerta de par en par, sin excusa ni pretexto alguno.

No quiero enrollaros más con mi sensibilidad hacia los animales, queridos Reyes. Sé de vuestras ocupaciones, pero para terminar os suplico de corazón que reviséis bien todas las cartas donde los humanos os pidan mascotas. Hacedlo a conciencia antes de complacer sus peticiones. No las pongáis en manos que no ofrezcan suficientes garantías de cuidados. Dejarles claro que si no las tratan como a ellos mismos, que si las abandonan en la calle, serán severamente castigados. Por favor, decídselo con cara muy seria. Decirles que vosotros os encargaréis de que les llegue el merecido castigo si osan dejar por la calle abandonado a algún cachorro de la raza que sea, labrador o no, pululando, muerto de frío, atemorizado, falto de cariño, pidiendo clemencia.

Yo este año no quiero nada para mí, queridos Reyes Magos. Ya os prometí el año pasado que no pediría nada material nunca más para mí solo. Solo os ruego que nos dejéis a ’Duna’ unos años más, y con ella salud y paz a repartir entre todos. Os doy las gracias anticipadas y os mando un abrazo, queridos Reyes Magos".

 

Cartas de los lectores en  La Nueva España

1 comentario

Ovidio Vila Pernas -

Precios y emotiva carta, Antonio. Que Dios te conserve a Duna muchos años.