El singular vehículo eléctrico para el metro de Madrid que se construye en Castropol (y es único en Europa)
"Está especialmente diseñada para trabajar en los túneles", señala el responsable de Uromac, que ha invertido más de tres años de trabajo en su diseño y fabricación
Fernández-Catuxo con el consejero de Ciencia en la nueva máquina. / T. CASCUDO
La línea de metro de Madrid se remonta al año 1919 y es la más antigua de España. Sin embargo, contará con la flota de vehículos de mantenimiento más moderna de Europa. Las nuevas máquinas, pioneras por trabajar de manera autónoma en modo cien por cien eléctrico, han sido diseñadas y construidas en Castropol por la empresa Uromac Systems, especializada en la construcción de vehículos para ferrocarriles urbanos. El consejero de Ciencia, Borja Sánchez, visitó este miércoles las instalaciones de la firma en el polígono de Barres para conocer estas dos primeras máquinas, que viajarán en cuestión de días a Madrid.
El director general de Uromac, Javier Fernández-Catuxo, explica que los dos vehículos han sido encargados por las empresas españolas Tedecon y Tecsa, que se ocupan del servicio de mantenimiento del metro. "Es una máquina que está especialmente diseñada para trabajar en los túneles de metro porque es eléctrica, muy compacta y no emite gases, ni partículas, ni ruido. Los metros antiguos, como el de Madrid, tienen túneles muy estrechos y no existe una máquina adaptada y que use un sistema eléctrico hecho especialmente para túneles. Así que es un producto muy especial y muy específico, para una problemática muy concreta", precisa. En el desarrollo de estas máquinas Uromac ha invertido algo más de tres años. "Hubo que partir de cero. Investigamos el mercado y buscamos tecnología y luego la integramos en un diseño. Conlleva una labor de búsqueda tremenda, que después hay que integrar en un diseño y fabricar", expone el empresario castropolense.
Entre las particularidades del vehículo, de siete metros de longitud y veinte toneladas de peso, está el hecho de disponer de una cabina presurizada, que permitirá a los trabajadores que viajen a bordo resguardarse dentro en caso de que haya partículas en suspensión o cualquier tipo de contaminación en el ambiente. "No emite gases cuando está trabajando y puede trabajar en modo híbrido o en modo eléctrico puro", añade Fernández-Catuxo sobre estos vehículos con capacidad para seis personas y una velocidad máxima de sesenta kilómetros por hora.
Fernández-Catuxo explica las particularidades de la nueva máquina ante la mirada del director comercial de Uromac (primero por la izquierda), David Menéndez, el consejero de Ciencia y el Alcalde de Castropol. / T. CASCUDO
Las dresinas se ocuparán del mantenimiento de la línea, una labor que se realiza habitualmente por la noche. "Son máquinas polivalentes, se usan para mover personal y equipamiento y para hacer múltiples tareas", señala el responsable de Uromac. Indica que habitualmente para estas labores se usan máquinas ferroviarias de vía convencional y no existía en el mercado una máquina específica para metro, lo suficientemente compacta para adentrarse en los estrechos túneles que tienen algunos trazados.
El responsable de Uromac, una firma que exporta el ochenta por ciento de su producción, explica que estas dos máquinas está especialmente diseñadas para el metro de Madrid, pero su base tecnológica se puede aplicar a cualquier otro metro del mundo. En este sentido, son conscientes de que otras firmas del mercado están expectantes a la espera de ver el trabajo de esta maquinaria, que entrará en servicio muy pronto.
Trabajadores dando los últimos retoques a la segunda máquina en construcción. / T. CASCUDO
El consejero de Ciencia, acompañado por el Alcalde de Castropol, Francisco Javier Vinjoy, alabó el trabajo de la compañía Uromac: "Es uno de estos casos en los que desde Asturias se están fabricando productos muy tecnológicos, muy innovadores para el resto del país y del mundo. Somos firmes convencidos de que la innovación es un vector de productividad muy importante para la competitividad y para la internacionalización de las empresas asturianas". La firma Uromac nació en Castropol en 1991 e inicialmente estaba centrada en la construcción de maquinaria de obra pública y construcción. La crisis del ladrillo motivó su reconversión al sector ferroviario en el que están logrando importantes éxitos. No solo trabajan en Europa, sino también en otros puntos del mundo como Asia y Oriente Medio.
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