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Antón Fernández (de Fernandón), Juan Fernández (de Fernándón), Manolo Cajetilla, Enrique Martínez Rico (Narizón) y Raúl Fernández (de Fernandón), detrás, Juan del Muelle
A continuación publicamos tres fotos del mismo tema, que seguramente son de las fiestas de Santiago de 1931.
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Sobre la urgente necesidad de tomar medidas para evitar el deterioro ambiental de una zona de gran riqueza.
Quién sabe lo que nos quedará después de este cataclismo. Poco, probablemente. Pero como antes todo parecía basado en lo que no teníamos, lo más seguro será que lo que nos quede sea lo que tenemos, lo que es verdaderamente nuestro. La tierra, por ejemplo.
Vivo en Figueras, a orillas de la ría del Eo. Y se muere, se está muriendo desde 1985. La postal es la misma, o lo parece; pero por dentro, por debajo de la superficie, no hay más que putrefacción, cieno y mierda. Las heridas son muchas: lacontaminación, potenciada por las columnas del Puente de los Santos, que además fueron rellenadas hace pocos años para su desdoblamiento, y las escolleras de uno y otro lados. Decía el geólogo gallego Isidoro Asensio, gran combatiente contra la escollera de Ribadeo, que «un obstáculo en una ría, por pequeño que sea, acaba convirtiéndose en un obstáculo absoluto». Y así está sucediendo. El nivel de sedimentación de lodo en sus orillas hace que las aves limícolas ya no alcancen con su pico el alimento, y éste a su vez disminuye por la cantidad de detergentes y residuos orgánicos que recibe cada día. El Tesón de la Berlinga, que no hace tanto poseía un tesoro de berberechos y aguillolos, ya no posee nada. Y aún peor es lo que le espera: decía el mismo Isidoro Asensio que un día aparecería un junco creciendo en el Tesón. Y que sería el principio del fin, porque imparablemeníe se convertiría en una marisma. El término científico se llama «eutrofízación», y la lectura de la entrada en Wikipedia no es recomendable para espíritus ecológicos sensibles. Terrible.
La ría se ha estrechado, se está colmatando, se está envileciendo. No es difícil imaginar una ría convertida en un juncal, con estrechos canales de navegación, y sólo con pleamar, sin Un ave que no sea carroñera, sin una almeja que no sea artificial, sin un pez que nosea un muil. Eutrofízación.
Hace apenas veinte años la ría era un paraíso armónico. Todavía. Miles de aves migratorias invernaban en ella, y bañarse en cualquiera de sus rincones era una delicia. Ya no, cada año hay menos: eran no hace mucho veinte mil, hace un año tan solo tres mil, este año... En verano es frecuente ver decenas de pequeñas embarcaciones de recreo en la Linera o frente al molino de las Aceñas con muchos bañistas a su alrededor. Lo que no saben es que se bañan en unas aguas que están recibiendo todo el caudal de las alcantarillas de Barres, porque la estación de bombeo no funciona prácticamente desde su inauguración. La ensenada de las Aceñas («O mar pequeño»), era aún en la década de los ochenta un paraje inmaculado en el que incluso había nutrias. Ahora, el lecho de detritus
orgánicos crece cada día y nada, nada sano vive en sus aguas. Ni puede vivir. ,
En los últimos meses se han alzado muchas voces para denunciar los constantes vertidos de aguas fecales de Castropol frente al Tesón de la Berlinga, en el centro de la ría. El emisario revienta, y si se repara vuelve a reventar en otro punto. El alcalde lo reconoce, se declara impotente y se remite al proyecto de estación depuradora. Pero no hay visos de que el proyecto vaya a llevarse a cabo en un plazo previsible, y en las esferas políticas se echan la culpa unos a otros dejando mes tras mes la ría sin sanear.
La ría es un tesoro para todos sus ribereños. Por belleza, por memoria, "por significado. Y, por qué no, en estos tiempos de pobreza programada, por potencial turístico y económico. No hacer nada para evitar su muerte es un pecado frente a los que nos precedieron y sobre todo frente a los que nos sucederán. Y en estos tiempos en los que la política se ve tan devaluada me atrevo a pedir en nombre de todos los perjudicados (los seres humanos, los pescadores, pero también los peces, los moluscos y las aves), un gran pacto sobre la ría. Ribadeo ya depura sus aguas, pero no así Castropol, Vegadeo, Figueras ni Barres. Si todos se unieran, olvidaran sus campanarios y apostaran por la limpieza de su propia casa, lo conseguirían, y de paso dignificarían su profesión.
Y si después de pedirlo viéramos que todo seguía igual, que del geiser del Tesón de la Berlinga siguiera manando mierda a todas horas, ¿no nos atreveríamos a poner una denuncia por delito de lesa naturaleza, de lesa belleza? Lento «Exxon Valdez», inexorable «Prestige». Como la Shell, que tiene la desvergüenza de llevar una concha en su logo y ahora ha sido denunciada ante el Tribunal de La Haya por cuatro valientes (y desesperados) pescadores de las poblaciones nigerianas de Goi, Oruma e Ikot Ada Udo, porque los vertidos de petróleo «han matado la pesca». Y la Shell va a tener que comparecer. Los moluscos y los peces no saben firmar una denuncia, pero sus pescadores y recolectores sí. La ría (que la pobre ni siquiera está segura de su nombre), tampoco sabe firmar. Nosotros sí. Aquéllos cuyos padres y abuelos vivían de su riqueza, y todos los que añoramos su infinita belleza, hoy mancillada, estercolada y grasienta. Eutrofizada.
Gonzalo Moure Trenor
La Nueva España 14/11/2012
Por considerarlo de rabiosa actualidad, reproducimos a continuación un artículo publicado por D- Luis Legaspi en La Nueva España en 1993
Nota previa: De nuevo salta a nuestra tertulia el tema de las agresiones a la Ría. Hay en “Castropol blogia” muchos comentarios y alguna fotografía, tan bonitas como espeluznantes en las que aparecen distintos surtidores de mierda sobre la tranquila superficie de la Ría.
Yo, hace 20 años, publiqué en La Nueva España las primeras (después otras varias) que, con la venia, reproduzco pro memoria y porque siguen de actualidad.
LA ESCOLLERA GALLEGA Y OTROS LODOS DE LA RIA DEL EO
_____________Luis Legaspi (La Nueva España, 1993)
Cuando yo era “rapacín” escuchaba, tan embelesado como ignorante, a un amigo de la infancia, listo e inteligente, que la Ría del Eo, nuestra Ría, (permitan la licencia de la mayúscula) estaba en regresión. Ante mi cara perpleja, José María Campoamor me ponía en calderilla su teoría: “Mira ese tesón (banco de arena en medio de la hermosa ría) será pronto una buena finca de maíz. Campoamor, eminente diplomático, lleva camino de acertar, aunque al maíz en una época post industrial tampoco se le ve mucho futuro.
José María también ha acertado cuando se oponía públicamente al trazado de la autovía ygriega asturiana hollase los Prados de San Julián, atentando directamente contra una de las joyas del prerrománico asturiano , tema que, por haber sido mal resuelto, sigue dando que escribir. Lodos de otros polvos.
Desde aquellas elucubraciones infantiles siempre he llevado entre ceja y ceja lo de la regresión de uno de los parajes más ricos que han pasado por mi retina, no escasa de paisajes.
Toda agresión a la Ría, y al entorno en que se engarza, me quema el alma y triste ando con ella bastante chamuscada, sobre todo cuando la regresión geofísica, probablemente inevitable, es empujada por agresiones humanas y políticas fácilmente controlables.
“La Nueva España” en estos días se hace eco de nuevo sobre el tema con el interrogante si los lodos que entumecen la Ría son los de una escollera, otra más, que se construye, al parecer, sin un estudio serio sobre las impacto ambiental y con desconocimiento y dejadez de aquellos a quienes encomendamos la vigilancia y administración de la república.
Yo, como eorario practicante, quiero echar mi cuarto a espadas. Los lodos son precedidos de polvos, las tempestades de vientos y “por no ahorrarse una pluma se cagó en los calzones Moctezuma”
A guisa de muestra cito sólo algunos botones salpimentados de interrogantes. Sin amar decirlo todo, porque “sugerir es el arte” y siempre es bueno tener algún balín en el tambor.
Hasta el año, bien reciente, de 1958 la frontera histórico-jurídica astur galaica, en su parte más septentrional, se trazaba por la margen izquierda de la Ría en la cota de la pleamar en las mareas más altas. En la citada fecha el Ministerio de Gobernación, después de un pleito salomónico, escasamente defendido por los asturianos (no eran tiempos para la discrepancia) dividió en dos la Ría del Eo o de Ribadeo. Nótese que en la sentencia también es salomónica la denominación. La mayoría de los ribereños, incluidas las fuerzas vivas, ni se enteraron. Y siguen. “ ¡Todos al suelo, coño ¡”
A partir de ese momento se realizaron en la Ría significativas alteraciones. Ninguna con nocturnidad. No sé si con alevosía. Sospecho que con poco estudio sobre la incidencia ambiental. Casi todas “mejorando” a Ribadeo. Y en lo que sea auténtica mejora, bien que me alegro, los felicito y envidio. Ninguna rivalidad de vía estrecha.
En la orilla izquierda se ha hecho una playa artificial que coincide con acumulaciones de arena, no conocidas por los más viejos del lugar, en la ensenada de a Vilaveya. En Porcillán se ha iniciado una escollera con “vocación” de futuro que será un buen dique de abrigo para embarcaciones de actividad pesquera, comercial y Anteriormente, en la misma ribera se había abierto una hermosa carretera de unión entre Figeueirúa y Porcillán. Amén de ampliaciones en el muelle de Mirasol, dragados y rellenos puntuales en ambas orillas. Nadie se ha preocupado de posibles lodos.
Es bien reciente la controversia sobre el Puente de los Santos. Ahí están “puentados” y bien cercanos, como en el cielo, San Román y San Miguel. Más cerca ya están, desde luego, Ceasa de Navia y el puerto de Ribadeo. También, ENDASA de Avilés y Alumina de San Ciprián. Igual de lejos siguen estando Oviedo, La Coruña, Lugo, Orense y Pontevedra, unidos por carreteras manifiestamente mejorables. Por cierto ¿está pensado el desdoblamiento de la autovía del Cantábrico que se nos anuncia?
Cuando se iniciaban las obras del puente se celebró una reunión en la Biblioteca Popular Circulante de Castropol. Asistían alcaldes y ex alcaldes ribereños. Allí pude escuchar que ninguno tenía idea precisa de los planos y proyectos del puente. Mucho menos de los lodos que tal construcción podría causar en la Ría. Uno tanto acosados informaron que una entrevista, a toro pasado, con el presidente del Gobierno, preclaro eorario, éste les había dicho que por su condición de Presidente se encontraba en desventaja para su intervención. Podría ser interpretado como una cacicada, pues era un tema heredado. Herencia, digo yo, acaso del anterior ministro de Obras Públicas, señor Calvo Sotelo. Así se contó y así lo cuento como testigo de la reunión.
Es un hecho bien cierto que los bajos del Boy y Cascarrías han sido notoriamente cambiados después de estas obras y los de Figueras pasarán pronto a pie enjuto al tesón de la Berlinga. Pero ¿quién soy yo para establecer relación causa a efecto entre polvos y lodos? Alguien habrá, digo yo.
En la ribera derecha tampoco faltaron actuaciones peligrosas. Se establecieron campos de cultivo de bivalvos. Nombres de personajes públicos como Alzaga, oriundo del Eo, y Vizcaya, don Marcos, sonaban como responsables de estas explotaciones. Luego, parece que traspasaron el negocio con pérdidas acumuladas.
La Caja de Ahorros de Asturias se hizo presente en este “affaire” como en otros de la zona. En concesiones diversas una amplia zona se vio agredida por estacas, hierros, plásticos, toneladas de áridos que, además de perturbar el normal discurrir de regatos y corrientes, por su defectuosa señalización constituían un peligro para navegación de pequeñas embarcaciones y, sobre todo, para nadadores y practicantes de algunos deportes como el esquí acuático. Yo mismo he alertado de peligro inminente a una familia que, acaso con alguna imprudencia, trataba de hacer esquí en una zona en la que había hierros a flor de agua.
Hace un año se ha terminado la operación de saneamiento de saneamiento de la Ría enviando a través de un emisario las aguas fecales de Vegadeo, Figueras y Castropol a mar abierta (pero menos). En esta misma semana se ha podido constatar la ruptura (¿una sola?) del tubo emisario que a borbotones suelta algo más que lodos a pocos metros del embarcadero de La Punta y bien cerca de los campos de moluscos. Se oye hablar de otros escapes, incluso en la misma Ribeira de Figueras. Alguien, para quitar materia orgánica al asunto, me explicba que los tales “geiseres” eran sólo aire, es decir “ventosidades” que los poco finos llaman pedos.
A lo mejor así es. Sulforosos efluvios se aspiran en donde anteayer se absorbia yodo y refrescante nordés. ¿Será bandera azul nuestra hermosa Ría? ¿Cómo es posible que revienten tuberías casi sin estrenar? ¿Se ha controlado la calidad? ¿Quién ha recibido esta obra multimillonaria? Algo huele a podrido más acá de Dinamarca y, sin llegar más lejos el La Punta de Castropol.
Tampoco los ribereños, mandos y tropa, debemos exculparnos demasiado. Todavía hoy, a pesar de los servicios municipales de limpieza, usamos la Ría de vertedero y escombrera. No menciono la anarquia del anclaje de embarcaciones y la cantidad de “muertos” insepultos en el pedrero y en el fondo de canales. Existen.
Desmontaron la bien fundada rampa-embarcadero, de valiosos bloques graníticos que alguien se llevó a su finca de verano, porque eran “escombro”. En su lugar endilgaron un endeble pantalanín (que expresivo diminutivo bable!) que no resistió el primer vendaval y que ha de estar varado la mayor parte del año, previo pago, eso sí de amarres, anclajes, varados y botaduras.
Me apena que ahora la Ría del Eo merezca primeros planos y enteras planas de los medios de comunicación. Las autoridades, locales y principales de la izquierda márgen andan nerviosas con las iniciativas gallegas.
¿En dónde estaban hasta ahora? ¿Cómo es posible que nos digan que la primera noticia de la escollera las reciben por el periódico? ¿de qué hablan, o solamente degustan en las cumbres de Ribadeo, Taramundi…? ¿No sería más barato y mejor que las patrullas, con adición al catalejo y a la moto que se dedican fervorosamente al acoso y caza de ribereños furtivos –pobriños- que se llevan a casa dos kilos de carneirolos y tres cangrexos para un arroz -plato socialista donde los haya- se dedicasen, con igual celo, a la vigilancia de agresiones mas serias?
!Porco goberno¡
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La ruta ciclista planteada por Ángel Antonio Díaz ha resultado bastante económica. Sin contar el coste del viaje previo a Cádiz, donde inició el itinerario, el gasto de su ruta de sur a norte del país rondó los 230 euros. Duró 12 días y en ella recorrió un total de 1.135 kilómetros.
Castropol, T. CASCUDO
Doce días, cinco comunidades autónomas, 1.135 kilómetros y una experiencia difícil de olvidar. Es la última aventura del militar castropolense Ángel Antonio Díaz, quien acaba de recorrer en bicicleta de montaña la distancia que separa las costas de Cádiz de su querido concejo de Castropol.
Cuenta Díaz que este viaje nació el pasado verano en su casa castropolense, donde tuvo que permanecer inmóvil una larga temporada para recuperarse de un grave accidente sufrido mientras escalaba en la zona de Riglos (Huesca). En la conocida como vía «Galletas» y a más de 150 metros de altura sufrió una caída de 20 metros que le dejó inconsciente durante diez minutos. Pese a lo aparatoso del golpe, sólo tuvo una lesión en un hombro y una rotura de rótula. No obstante, su retiro le sirvió para pensar y valorar lo vivido: «Me di cuenta de muchas cosas que había dejado de lado y me hizo pensar en un nuevo viaje».
Fue así como concibió esta ruta «De Cádiz hasta el faro de la Punta de la Cruz, en Castropol» que desarrolló entre el 5 y el 17 de octubre y que, entre otras cosas, engrasa su faceta aventurera, que le ha llevado a protagonizar retos como el desarrollado en 2008, cuando ascendió hasta el volcán boliviano Nevado Sajama (6.542 metros).
El día 5 de octubre salió de Jaca, pues allí tiene la base el regimiento Galicia al qué pertenece como integrante de la jefatura de tropas de montaña. Salió a las seis y media de la mañana y llegó a Cádiz doce horas después para recoger su bicicleta, enviada por servicio de paquetería el día anterior. En la mañana del día 6, tras pisar la arena gaditana, emprendió la primera etapa en bici.
La ruta diaria no era preconcebida, sino que se desplazaba «a golpe de latido», con una media diaria de unos 100 kilómetros. Unas veces dormía en pensiones, otras con amigos a los que visitó durante su viaje y, en ocasiones, «al raso». Por eso el presupuesto del viaje no excedió los 230 euros.
Al cabo de 1.135 kilómetros y tres pinchazos llegó al faro de la Punta de La Cruz en Castropol, donde tomó la última foto de esta aventura. Fue el pasado 17 de octubre, a las nueve menos cuarto de la noche: «Llegué al faro mientras rugían las olas, todo a oscuras mientras mi padre iluminaba con su coche lo que bien podía», explica. Todo el material grabado -con la cámara que portaba sobre su casco- y las fotos tomadas en el camino servirán para realizar exposiciones sobre sus aventuras.
Las doce etapas se desarrollaron por suelo de Andalucía, Extremadura, Castilla y León, Galicia y Asturias, a través de la vía de la Plata y el Camino de Santiago. Pese a que muchos peregrinos le invitaron a seguir con ellos hasta Compostela, él siempre tuvo muy claro que su meta era otro Santiago, el de su Castropol natal, donde el apóstol es patrón.
El castropolense se ha tomado esta aventura como una preparación para su nuevo y ambicioso proyecto: una travesía en bicicleta de unos 1.200 kilómetros de punta a punta de Cuba, que desarrollará el próximo verano. «Espero arreglar una bici vieja y luego dejarla allí como donación», precisa.
La Nueva España
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Publicamos en dos post, el artículo de la revista "El Nuevo Mundo" del 10 de agosto de 1911
Para su mas fácil lectura, a continuación transcribimos el contenido del artículo publicado sobre la foto.
El 24 del pasado se inauguró en Castropol, Oviedo, la inauguración del monumento en honor del heroico Villamil que mandaba la escuadrilla mosquito como llamaban los norteamericanos a los torpederos que combatieron en 1898 en Santiago de Cuba. El acto fue solemnísimo asistíendo el contralmirante Morgado, que llevaba la regia representación y la del Gobierno, todas las autoridades de la provincia asturiana y cuantas personas y entidades tienen en ella representación y arraigo, que asi han querido tributar homenaje merecido a la memoria de su ilustre paisano. También asistieron fuerzas de Infanteria de Marina idas expresamente desde El Ferrol y los buques Rio de la Plata y Doña Maria de Molina y comisiones de la Prensa, llevando el nombre de la Asociación de Madrid nuestro querido compañero D. Javier Betegón, que pronunció elocuente discurso en el momento de la ceremonia y supo dar realce a la honrosa representación que ostentaba.
Nota: No poner comentarios a este artículo, pues se borrarán, contra mi voluntad al cabo de dos o tres días, por ser la portada del blog.
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